Capitulo VIII

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(Los dos se siguen abrazando hasta que Simón se aparta) 

Simón: Creo que deberías irte, es tarde y creo que tu madrina se va a preocupar. 

Ámbar: Sí, tenes razón. —Ambar intenta sacarse la chaqueta. 

Simón: Ya me la devuelves después, hace mucho frío. (Ámbar sólo asiente y camina hacia su carro, triste. Simón se siente el la obligación de disculparse). 

Simón: Oye, siento mucho haberme enojado contigo. 

Ámbar: No pasa nada, está olvidado.—dice Ámbar con la mirada baja. Simón se acerca a ella. 

Simón: Oye, sé que no soy como esos chicos que te rodean, a lo mejor soy algo insoportable, pero te juro que mis disculpas son sinceras, sólo que...no sabría qué hecer si este tipo te llegara a tocar. 

Ámbar: Está bien.—su voz aún suena un poco triste—Lo lamento. 

Simón: ¿Entonces nuestra salida sigue en pie? (Ámbar lo mira. No se esperaba que Simón aún quisiera salir con él) 

Ámbar: Creí que no ibas a querer ir después de lo ocurrido. (Simón sonríe y da a Ámbar un beso en la mejilla) 

Simón: Nos vemos mañana. (Ámbar también sonríe) 

Ámbar: Hasta mañana. (Ámbar sube en el auto y lo pone en marcha. Se despide de Simón con la mano y él hace lo mismo) 

... 

(Ámbar está a punto de subir las escaleras para que su madrina no la vea) 

Sharon: Ámbar Smith Benson.—Ambar se detiene en las escaleras y mira a su madrina. Después sonreí como si nada hubiera pasado. 

Ámbar: Hola, madrina. 

Sharon: ¿Qué horas son esas de llegar? 

Ámbar: Perdón, salí a caminar y me distraje. 

Sharon: Por Dios, tené el celular encendido al menos ¿qué tal si te hubiera dado otro ataque? (Ámbar levanta una ceja) 

Ámbar: ¿Otro ataque? ¿de qué hablas, madrina? 

Sharon: ¿Dije otro ataque? Claro que no, entendiste mal. 

Ámbar: Entendí perfectamente, madrina ¿vos me ocultas algo? 

Sharon: Claro que no, a lo mejor lo dije al azar, sabes que recién te curaste, es difícil aún acostumbrarme. 

Ámbar: Bueno, voy a darme una ducha y después me voy acostar. 

Sharon: ¿Ya cenaste? 

Ámbar: Comí bastante en la casa de Sebastián. (Sharon esboza una sonrisa) 

Sharon: No sabía que estuviste allá. 

Ámbar: Madrina no crees películas, Sebas y yo sólo somos amigos. Ahora sí me permites...

Sharon: Claro... (Se va Ámbar a su cuarto)

(Ámbar y Luna hablan por Skype) 

Luna: ¿En serio? 

Ámbar: Sí, amiga, creo que es como dijo Pedro la otro vez, él difícilmente puede confiar en las personas; cuando me dijo que a todos les da por lastimarlo me entraron unas ganas infinitas de abrazarlo y decirle que yo jamás lo lastimaría. 

Luna: Ahora entiendo porqué es tan distante. 

Ámbar: Te prometo que voy a conseguir que confíe en mí. 

Por tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora