Capitulo XXXVII

407 42 5
                                    

Luna: Quiero creer que todo eso es sólo una pesadilla.

Matteo: Todo saldrá bien.

Luna: Hasta ahora nada ha salido bien, Simón va a caminar por el resto de su vida en una silla de ruedas, Ámbar sigue en una sala de operaciones y como si fuera poco, la Sra Álvarez ahora odia a Ámbar.

Matteo: Todos sabemos que Ámbar no estaba en sus casillas cuando disparó, su enfermedad es la razón de que haya disparado. (Luna suspira)

Luna: No quiero imaginarme lo que pasará si Ámbar descubre que fue ella quien disparó al amor de su vida. (Matteo abraza a Luna. Sale el doctor)

Sharon: ¿Qué tal la operación doctor? (El doctor sonríe)

Doctor: Afortunadamente hemos podido detener la enfermedad, Ámbar ahora está bastante débil de modo que no puede recibir visitas, pero les aseguro que esta vez, todo salió de maravilla.

Miguel: Es una buena noticia.

...

(1 mes después: Sabrina toca a la puerta)

Sra Álvarez: Adelante. (Entra Sabrina con unos bolsos de regalo)

Sabrina: Traje desayuno para el enfermo y unos regalitos, sé que no te gusta la comida del hospital.

Simón: Llevas haciendo eso todo un mes, Sabrina, no tenías que hacerlo, hoy me dan de alta.

Sabrina: Enserio Sra Álvarez no comprendo cómo tienes un hijo tan orgulloso y quejica, usted es diferente. (La madre de Simón se ríe)

Sra Álvarez: Salió a su padre. Su padre era igualito.

Sabrina: Eso quiere decir que pasó trabajo a la hora de hacerle regalos. (Se vuelven a reír)

Simón: Oigan, las estoy oyendo.

Sabrina: Mira, te traje huevo fritos, pan, refresco, traje café pero me temo que no te lo vas a tomar hasta que te cures por completo.

Simón: ¿Dónde pone esta norma?

Sabrina: En ninguna parte, debo cuidar de ti y de tu salud. Ah, señora Álvarez, también traje para usted.

Sra Álvarez: Gracias, hija, no era necesario. (En este momento, entra Ámbar tirando del palo de ruedas que sostiene la bolsa del suero en lo alto)

Ámbar: Ho..hola. (La madre de Simón no responde)

Sabrina: Hola Ámbar ¿te dejaron salir?

Ámbar: No, pero...tenía que ver a Simón, me dijeron que hoy lo dan de alta.

Sabrina: Sí. Acabo de recordar que tengo que hacer unas cosas ¿Me acompaña señora Álvarez? (La madre de Simón mira a Simón)

(Simón la hace un gesto con la cabeza)

Sra Álvarez: Cualquier cosa estaré en el pasillo. (Las dos salen cerrando la puerta)

Ámbar: Tu madre me odia y no entiendo por qué.

Simón: ¿Qué haces aquí? Aún no te terminas de curar.

Ámbar: Me enteré que te dieron de alta, ni siquiera sabía que estabas acá.

Simón: Tuve un accidente.

Ámbar: Nadie me dice lo que te ha pasado, en realidad, nadie me dice nada, cuando pregunto por vos, todos evitan hablar.

Simón: Ámbar, no tienes que preocuparte por mí, no tienes por qué hacerlo.

Ámbar: ¿Cómo no voy a preocuparme por el ser que más amo en el mundo?.—llora Ámbar y su voz suena bajo, lento —. Hice todo mal y lo estoy pagando.

Simón: Ámbar, ya no pongas las cosas mas difíciles, por favor, lo nuestro acabó. ( ámbar asiente)

Ámbar: Lo sé, y la verdad me parte el alma, pero ya es momento de aceptarlo. Por un momento pensé que volveríamos a solucionarlo como la otra vez, yo, viniendo a tu cuarto a decirte lo mucho que te amo y vos diciéndome que querías que siguiera, después me diste otra oportunidad.

Simón: Ya no tiene caso hablar de eso. (Ámbar se seca las lágrimas y respira profundo)

Ámbar: Tenés razón, no pienso volver a molestarte, espero de verdad que seas feliz.

Simón: Yo espero lo mismo.

Ámbar: Nunca sería feliz con otra persona que no sea vos. Adiós, Simón. (Simón asiente con la cabeza. Ve a Ámbar dar media vuelta y alejarse poco a poco, una lágrima se desliza por su mejilla sintiendo cómo su corazón de parte en mil pedazos. Entra su madre)

Sra Álvarez: No la dijiste nada?

Simón: Ya dije que no quiero que nadie la diga nada sobre lo que pasó, nunca debe saberlo.

Sra Álvarez: Está bien.

Simón: Mejor dejame solo, por favor. (Su madre asiente y sale del lugar)

...

(Ámbar se sienta en el piso en medio del pasillo y se echa a llorar. Sebastián se acerca a ella)

Sebastián: Ámbar, te busqué por todas partes.—Sebastian la ve llorar—. Ámbar ¿qué tienes?

Ámbar: Simón no quiere volver, lo nuestro es definitivo.

Sebastián: ¿El te lo dijo?

Ámbar: Siempre me lo dijo, pero nunca quise hacer caso y lo peor de todo es que su madre me mira como si yo hubiera hecho algo malo, no comprendo lo que pasa.

Ámbar: Sebastián, vos sabes lo que pasa? Vos sabes porqué Simón está en el hospital? (Sebastián se encoge de hombros)

Sebastián: No lo sé, la verdad.

Ámbar: Siento que ha pasado algo horrible, por eso nadie me dice nada.

Sebastián: Ya no te tienes que preocupar por eso, trata de recuperarte. Anda, te llevaré a tu habitación.

...

(Los médicos ayudan a Simón a sentarse sobre su silla de ruedas, por las mejillas de su madre bajan unas lágrimas)

Simón: Mamá, deja de llorar, por favor, sabíamos que tarde o temprano me iba a sentar en esta silla.

Sabrina: Simón, comprende, para tu madre no es fácil verte así.

Simón: No quiero que nadie se lamente por mí, ni quiero que tengan esas caras de funeral, la vida sigue. (Entran Nico y Pedro)

Nico: Hola..

Simón: Hola, chicos..

Pedro: ¿Ya te dieron de alta? ¿por que no los dijiste?

Simón: Porque no quiero molestar.

Pedro: Amigo, vos sabes que nunca molestas.

Sra Álvarez: Gracias por haber venido.

Nico: Simón es como nuestro hermano y lo queremos mucho.

Sra Álvarez: Sí, ya me di cuenta. .. (Luna se encuentra sentada en el salón de su casa haciendo los deberes cuando aparece Mónica)

Mónica: Creí que ya te habías ido al hospital. (Luna suspira)

Luna: Decidí hacer todos mis deberes ahora para quedarme a dormir con Ámbar esta noche y así controlar que nadie la diga lo que pasó mientras no se ha terminado de curar.

Mónica: Es horrible lo que está pasando, no comprendo cómo el destino puede jugarle sucio a dos jóvenes como Ámbar y Simón.

Luna: Ámbar no sabe que Simón no puede caminar, tampoco sabe que ella lo disparó, yo sé que decirla la verdad, que su enfermedad la impulsó a eso no la hará sentir menos culpable. No sé que hacer.

Mónica: Esperar, y darle tiempo al tiempo, Simón tampoco quiere que le digan a Ámbar, Simón no quiere verla mal y todos debemos respetar su decisión.

Luna: Simón la ama después de todo, y por sobre todas las cosas. Me gustaría ir a verlo, pero su madre jamás lo permitiría, piensa que hemos arruinado la vida de su hijo.

Mónica: Escucha, cariño, ella es madre y es el dolor que está sintiendo que la impulsa a decir eso.

Por tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora