Capitulo XXII

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(Ámbar y Simón llegan en el hospital tomados de las manos. Paran en la puerta de la habitación donde duerme Ámbar) 

Simón: ¿Qué pasó? (Ámbar levanta los brazos poniendo una expresión de niña pequeña. Simón sonríe y la toma en brazos. Simón entra con ella en la sala y la deja sobre la cama) 

Ámbar: Sos todo un caballero. 

Simón: No me digas.—dice Simón cubriéndola con la sábana. 

Ámbar: Acuéstate junto a mí. 

Simón: Eso no es correcto, amor, además, estarás incómoda. 

Ámbar: Por favor, no estaré incómoda. —Ambar se hace a un lado y da un golpecito en el espacio que le cede a Simón —. Anda, sentate acá. (Simón se tumba a su lado. Ámbar apoya la cabeza sobre el pecho de Simón y ése la rodea con los brazos) 

Simón: Me parece que te consiento mucho. 

Ámbar: Sos muy tierno. 

Simón: Deberías dormir, es un poco tarde. 

Ámbar: ¿No te iras, verdad? (Simón niega) 

Simón: No lo haré. 

Ámbar: ¿Lo prometes?.—dice Ámbar alzando su dedo menique, Simón enlaza su dedo meñique con el dedo de Ámbar 

Simón: Te lo prometo.—A continuación le da a Ámbar un beso en la frente. Y se acuestan.

 ... 

(A la mañana siguiente, Sharon abre la puerta del hospital y los ve acostados) 

Sharon: Ámbar... (Simón y Ámbar se destierran sobresaltados) 

Sharon: ¿Qué significa eso? 

Simón: Señora.. 

Sharon: Vos te callas ¿qué crees que haces? 

Ámbar: Madrina, por favor, no hemos hecho nada malo, sólo estábamos dormidos. 

Sharon: Sólo trata de aprovecharse de vos. 

Simón: Estaré afuera (Ámbar asiente. Simón besa su frente y se va)

 Ámbar: No es justo que lo trates así, madrina, Simón me ama. 

Sharon: Sólo te está viendo la cara, comprende. 

Ámbar: ¿Por qué no podes darle una oportunidad? 

Sharon: Lo siento pero no lo haré, y no permitiré que eches a la borda todo lo que has conseguido. Sos mi ahijada. (Ámbar se lleva las manos al rostro)

 Ámbar: Basta, madrina, no es justo que lo juzgues sin conocerlo, de verdad no entiendo porqué haces todo eso. 

Sharon: Porque quiero que abras los ojos, quiero lo mejor para vos.

Ámbar: Ya abrí los ojos, y sólo veo a alguien que me ama a pesar de todo. 

Sharon: Sebastián también te ama. 

Ámbar: Ya, madrina, por favor. Sebastián sólo será un amigo para mí, nada más.

(Tocan a la puerta y entra el doctor) 

Doctor: Buenos días. 

Sharon: Buenos días. 

Ámbar: Buenos días, doctor.

Doctor: Traigo buenas noticias. 

Ámbar: De qué se trata? 

Doctor: Tenemos la fecha exacta para su operación.

Por tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora