Capitulo XXI

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Sebastián: Entendí perfectamente.—Sebastian se levanta— Mejor me voy. (Se va Sebastián) 

Nina: No es posible que Sebastián no hay entrado en razón

... 

(Suena el celular de Simón) 

Simón: Vuelvo en seguida, es un número desconocido. 

Ámbar: Aquí estaré. (Simón se aleja. Aparece el camarero con los pedidos y de paso le entrega a Ámbar un plato pequeño fe pastel de chocolate y una rosa) 

Ámbar: ¿Y eso?—dice Ámbar emocionada pensando que es un regalo de Simón. 

Camarero: Lo mandó el señor para vos—dice el camarero señalando al hombre elegante que estaba sentado en la otra mesa. Ámbar lo mira y el hombre la sonríe. 

Ámbar: No, llevate eso, no lo quiero.—dice Ámbar devolviendo las cosas. (El hombre se levanta de submesa y se acerca a Ámbar) 

Hombre: Es una invitación de mi parte para la mujer más hermosa de este lugar. 

Ámbar: Se lo agradezco, pero no es necesario. 

Hombre: ¿Es que no puede alguien regalar a una hermosa flor una rosa? (Y justo está entrando a Simón, quien se acerca a ellos) 

Simón: ¿Qué pasa aquí? 

Hombre: Sólo me acerqué porque esta hermosa mujer me cautivó con sus hermosos... (Simón no le deja terminar de hablar y le empuja a un lado) 

Simón: Oiga ¿qué te pasa? Ella es mi novia. 

Hombre: La dejaste sola, así que no culpes a nadie de tu irresponsabilidad. (Simón, furioso le da un puñetazo al hombre, quien se cae sobre una mesa) 

Ámbar: Basta, amor, detente, por favor. 

Simón: Alejate de mi novia. 

Ámbar: Vámonos. —dice Ambar tratando de alejar a Simón, Simón cede y los dos vuelven al cuarto. (Simón se aleja automáticamente de Ámbar, molesto) 

Simón: ¿Quién era ese tipo? 

Ámbar: No sé, es la primera vez que lo veo. 

Simón: eres mi novia y no me gusta que nadie más te mire o te toque. 

Ámbar: Te juro que no me tocó. (Simón la da la espalda furioso y se pasa las manos por el rostro) 

Ámbar: Anda amor, no te enojes, te juro que no me tocó. 

Simón: El sólo hecho de pensar que te ha mirado de esta forma me dan ganas de romperle la cara. Nadie más que merece verte así. 

Ámbar: Anda, amor, por favor, si queres, almorzamos acá, no importa, pero calmate ¿si? Anda, hacelo por mí. (Simón trata de relajarse cuendo Ámbar lo abraza. Él baja la cabeza para besarla)

(Simón y Ámbar se encuentran sentados en el piso de la suite almorazando. Ámbar tiene las piernas sobre el ragazo de Simón. Suena el celular de Ámbar) 

Ámbar: Ah, es Luna.—Ambar pone la llamada en altavoz—. Lunita. 

Luna: ¿Convenciste a Simón de ir a Italia? Por fervor dime que lo hiciste, por favor. 

Simón: No lo hizo.—se burla Simón. 

Luna: Anda Simón, please, si quieres, hago tu servicio en el restaurante, di que sí.

 Ámbar: Se está burlando de vos, claro que lo convencí. (Simón se ríe) 

Luna: Simón alvarez, no me puedo creer que le hagas eso a tu cuñada favorita. 

Simón: No he dicho que seas mi cuñada favorita.—se sigue burlando. (Ámbar le da un golpecito mientras se ríen) 

Luna: Digas lo que digas sé que soy tu preferida, y si no lo admites, convenceré a Ámbar que se enamore de otra persona. 

Simón: Ámbar está locamente enamorada de mí, no puede hacerte caso. 

Luna: Okay, tú ganas. 

Simón: Lo sé. 

Ámbar: Ya dejen de pelear, decime, Lunita. 

Luna: Vamos a la discoteca esta noche ¿os apuntais? 

Simón: Lo siento, Ámbar tiene que volver al hospital. 

Ámbar: Simón tiene razón, no podré asistir, lo siento mucho. 

Luna: Ni modo, otro día será. Bueno tortolitos, nos vemos. 

Ámbar: Chao. (Cuelga Ámbar) 

Ámbar: ¿Te quedarás conmigo en el hospital hasta que me duerma? 

Simón: Me quedaré toda la noche. 

Ámbar: Ay amor, pero estarás incómodo durmiendo en el sofá. 

Simón: No te preocupes, podré aguantar, ni que sea la primera vez. (Los dos se ríen) 

Ámbar: Hablando de primeras veces ¿cuando fue tu primera vez? 

Simón: Por supuesto que no te lo voy a decir.—dice Simón con una sonrisa en los labios mientras se lleva el vaso de jugo a la boca. 

Ámbar: Anda, decime ¿fue con Daniela? 

Simón: No te lo voy a decir no insistas. 

Ámbar: Sos malo 

Simón: Sólo intento evitar que trates de hacer cosas que no estás preparada a hacer. 

Ámbar: Te prometo que no lo haré. —dice Ámbar haciendo pucheros—. Anda, cuéntamelo.

 Simón: Está bien, fue con Daniela. 

Ámbar: ¿Y te gustó? (Simón la mira levantando una ceja) 

Ámbar: Decime

Simón: No pienso decirte nada más. 

Ámbar: Eso quiere decir que sí. 

Simón: No sigas. 

Ámbar: Está bien, no sigo, pero espero que sepas que soy mejor que ella. (Simón se ríe)

...

(Sharon camina de un lugar a otro cuando entra Sebastián) 

Sebastián: Aquí se acaba esta farsa. 

Sharon: ¿De qué hablas? 

Sebastián: ¿Sabes donde está tu ahijada en este momento? 

Sharon: En el hospital. 

Sebastián: Pues no, llegué al hospital y no estaba, se encuentra con su novio. 

Sharon: No puede ser.—dice marcando el número de Ámbar y llevando el teléfono al oído. 

Ámbar: Decime madrina. 

Sharon: ¿Me podes explicar qué haces con este delincuente después de todo lo que te hizo? 

Ámbar: Madrina, hablamos después, lo siento pero debo colgar. 

Sharon: Ámbar, Am...—pero Ámbar cuelga—. No puede ser.—dice Sharon tirando el celular en el sofá. 

Sebastián: No seguiré siendo una sombra en esta relación, si quiere mentir al mundo diciendo que mi padre planeó el robo del dinero hazlo. (Se va Sebastián) 

Sharon: No me puedo creer que arruines tu vida con ese delincuente, Ámbar ¿qué te pasa? ... (Simón nota que Ámbar está un poco distraída) 

Simón: ¿Era tu madrina? 

Ámbar: Si. 

Simón: Si quieres nos vamos. (Ámbar niega con la cabeza) 

Ámbar: No, dijiste que sólo pensaríamos en nosotros y eso voy hacer. (Simón sonríe y se besan)


Por tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora