... estaba haciéndote el amor

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Aquel golpe le había dado a la pared le causo mucho dolor, sacudía su mano. A lo lejos escucho como azotaban la puerta, estaba seguro que había sido Julian.

"Lo tenía en mis manos, él quería...", pensaba Bürki hasta que recordó el rostro de su compañero. "No, él solo estaba borracho.

Entro a su habitación y se recargo un instante en la puerta, suspiro.

- ¿Estas bien? -Nunca se percató de que Erik estaba adentro ya, se estaba poniendo su playera para dormir.

-Si...

- ¿Seguro? Luces angustiado. -Se acerco, estaba jugueteando con su playera, parecía no decidir si ponérsela o quitársela.

Por un momento vio a Erik, lucia cansado, un poco sudado y tenía rojizas sus mejillas, como si hubiera hecho ejercicio. Entonces comprendió y le dio sentido porque Jonas salió de inmediato, cuando Erik salió.

- ¿Esta es mi cama? -volteo a ver la cama que estaba tendida, ya que la otra estaba desordenada.

-Este... si...- miro su cama- Es que hace rato estaba acostado...

-Que bien, -se sentó en la cama que le correspondía- ¿y también tiene rato que se fue Jonas?

-Pues él...- se quedó callado- No lo he visto desde hace rato.

-Claro. -Sonrió para volverse a poner de pie y comenzarse a quitar la ropa.

Erik se quedó parado viéndolo, como si fuera una escultura de arte. Sin embargo, fue descuidado y Roman lo vio, le sonrió coquetamente.

-Perdón. -Erik se voltio totalmente sonrojado y se puso (ahora sí) la playera- Veía tus tatuajes.

-Ven, velos de cerca.

Erik dudo, pero aun así se acercó y con sus manos toco los bien trabajados brazos del suizo.

- ¿Tienes más? -Erik ya se había acercado DEMASIADO.

-Si...- Bürki le levanto el rostro y lo miro a los ojos- ¿quieres verlos? –"Te tengo".

Erik solo asintió y Bürki se acercó más.

-Me gusto aquel beso...- admitió el menor.

Roman no dejo ir aquella oportunidad y lo beso, lento y lleno totalmente pasión, mejor que el beso del juego.

Erik se separó de Roman, pero este lo volvió atraer hacia él. Erik no resistió más y comenzó a quitarse su playera y Bürki solo quería tenerlo más de cercas, sentirlo, desahogarse.

El suizo arrojo a la cama, Erik solo tenía puesto su short.

-No sabes cuantas ganas tenia...- susurro esperando que no lo escuchara, desabrochando su pantalón.

Se puso sobre Erik, besándolo por el cuello, tocando su masculinidad del alemán, sintiendo como se empezaba a poner duro.

Erik gemía...

Era como si el tacto del suizo le diera en los puntos exactos, su piel se ponía chinita.

Bürki estaba totalmente excitado...

Terminaron despojándose de toda la ropa, al ver a Erik desnudo se sintió como una fiera, viendo su presa y se abalanzo hacia él.

Lo puso de lado, dándole la espalda comenzó a besarlo, mientras se acomodaba para penetrarlo.

Lo deseaba tanto, pero él no era Julian...

Un dolor placentero sintió el alemán, mordiendo el labio inferior del suizo. Sintiendo la mano de este masturbarlo. Erik podría jurar nunca haber sentido algo así en su vida, algo tan placentero. Era nostálgico...

Bürki comenzó a mover sus caderas, adelante y atrás, sin un mínimo de cuidado, de manera acelerada y continua.

-Gime...- susurro Bürki al oído del alemán, que como si eso le haya destapado la boca y comenzó a emitir leves sonidos que hacían que Roman aumentara la pasión de sus movimientos.

Llego un momento en que el mayor volteo a Erik, dejándolo en cuatro. Recargándose sobre sus codos, sujetando una almohada y mordiéndola al sentir de nuevo la intrusión de su compañero, con un brazo lo sujetaba del pecho, mientras con la otra seguía sus movimientos estimulantes y las envestidas rítmicas continuaron, pero esta vez con una aceleración.

-Gime para mí. -Decía entre alaridos vehemente.

- ¡Ah! ¡Roman! -El mencionado mordisqueo el lóbulo de Erik que hizo que gritara un poco más, elevando la libido del suizo.

Lo soltó del pecho y se enfocó en acelerar los movimientos, recargándose en la espalda de Erik, dejándolo con la cara estampada en la cama, llegando al clímax el alemán. Manchando su mano, para que un momento después, Roman llegara al orgasmo máximo, corriéndose dentro de Erik.

Dejándolo sin aliento, separándose de él...

A punto de descansar, Roman vio a Erik acostarse...

"No, nunca podría hacerle esto a Julian..."

-Lo siento, -comentó Bürki- me iré si lo deseas.

"Pero, ¿a dónde?" pensó.

-No, descuida...- se reincorporo, poniéndose de pie- A veces pasa...- bajo la cabeza y se dirigió al baño.

Pero antes de irse, Roman lo tomo del brazo para detenerlo. Sus mejillas estaban rojas por el esfuerzo físico y en ellas, el suizo deposito un beso.

Sus labios sintieron algo húmedo y no era sudor. Una lágrima.

-Erik, -le levanto el rostro- ¿quién te ha hecho tanto daño que aceptas despojos de amor?

El alemán no pudo retener más las lágrimas...    

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