Secretos suaves...

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Era la quinta vez que Bürki hacía sonar el claxon para que por fin saliera Julian con sus cosas.

Rápidamente bajo del auto para ayudar a subir sus cosas en el maletero.

-Creo que vamos tarde- comento Julian al saludar a Roman.

-De hecho, así que sube de una vez- le indico mientras él cerraba la cajuela.

Julian hizo caso y en cuanto se subió, Roman se dio prisa y sin más partieron.

-Oye, no te agradecí por lo del colchón- dijo Julian un poco apenado.

-Ni lo menciones, solo lo mande a lavar- el suizo seguía manejando- ¿No te regañaron mucho ayer?

-No tanto, solo mi papa me bromeo con eso, pero me asusto- tomo una pausa y miro a Bürki, dudaba en sí debería contarle- Todo iba bien hasta que me recordó la 'despedida'.

-¿'Despedida'?- Alzo una ceja.

-Les dije a mis padres que la golpiza que tenía era por una 'despedida' que unos compañeros me dieron. Por celos.

-¿Te llevaron al hospital o algo?

-No, me rehusé. La hermana de mi cuñado es enfermera, ella reviso mis heridas...

-Les mencionaste lo de...

-No- interrumpió de inmediato- A nadie le mencione lo que paso en vestidores...

-Tus padres tuvieron que llamar a alguien...

-No los deje... ¿cómo crees que haría eso después de aquella amenaza? Todo se vendría abajo...- se tallaba los ojos, como si algo le picara, o mejor dicho, para impedir que algo saliera.

Después de escuchar aquello, se le vino una sensación de abrazarlo y no soltarlo.

De juntar sus cuerpos y rosar los labios entre sí.

-Pero todo está bien...- comento Julian sonriendo. Mientras el suizo apretaba el volante después de dar la última vuelta para llegar, trataba de calmarse.

En un pequeño silencio quedaron un rato. Hasta que de nuevo, Julian comenzó a hablar.

-¿Qué pasara con lo que vimos ayer? Lo de Aubameyang y Reus...

-Nada. No hablar de ellos con nadie, ni entre nosotros- estaban casi a punto de llegar al club- Aquello nunca lo vimos, nunca paso. ¿De acuerdo?- Julian asintió mientras Bürki comenzaba a estacionarse -No es regaño ni nada de eso, pero creo que es un asunto que no nos concierne.

Ahora el suizo solo trataba de calmar sus instintos.

Bajaron sus maletas y se fueron a reunir con los demás, en el lugar de entrenamiento. Aún faltaban algunos de sus compañeros.

Dejaron las maletas con las de los demás, para que las acomodaran en el autobús para partir al aeropuerto.

Bürki tomo su celular y comenzó a mandarle mensajes a su hermano.

"Marco, de nuevo
está pasando..."

"¿Qué no se supone
que debes de estar
viajando a Asia?"

"Si, pero aún estamos
esperando a mas
compañeros."

"¿Es con el mismo?"

"Si. Es que pase por él
y me conto..."

Dudo en continuar, pues si, su hermano sabía lo que le había paso a él, pero se lo conto cuando ya eran adolescentes, cuando tenía problemas con su entrenador en aquel tiempo.

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