Korbi Vollmann

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Estaba jugando muy tranquilo con Mason en la parte trasera de su nueva casa. Aventaba el peluche para que el perro lo trajera. Se sentía bien, se sentía libre.

De repente, esa tranquilidad termino cuando escucho el timbre, al principio lo ignoro, no esperaba visitas y Sarah tenía llaves. Entonces una vez más sonó, y otra vez, de nuevo, y cada vez más insistente.

- ¿Qué carajos? -Se molestó, tal vez era algún fan o algo así.

Iba descalzo, Mason corría tras de él ladrando con cada vez que sonaba el timbre. No entendía quién podía ser.

Al ir al interlocutor hablo, pero no escuchaba nada. De nuevo volvió a hablar.

- ¿Quién es? -Espero un momento y por fin contestaron.

- ¿No me invitaras a pasar? -Reconocía totalmente esa voz.

-Korbi... -sentía como su sangre se iba de la cabeza a los pies y su corazón latía a mil por hora.

- ¿Julian? -Volvió a pronunciar su nombre.

Lo único que pudo hacer el joven fue, cerrar sus ojos y oprimir el botón para que el cancel se abriera y su ex compañero pasara.

En algún momento tenía que enfrentarlo.

Fue a la puerta principal y abrió.

-Hola Julian, me da gusto verte -Korbi sonreía ligeramente ante Julian, pero este, estaba totalmente serio -Aunque creo que soy al único que le da gusto. ¿Puedo pasar? -levanto una mano, indicando el interior de casa.

A Julian no le quedo de otra que hacerse un lado y dejarlo entrar.

-Bonita casa -dijo su amigo contemplando la casa, en lo que Julian cerraba la puerta.

-Por favor Korbi, -Julian no se movió de la puerta, no se atrevía a mirarlo a la cara- dilo ya.

- ¿A qué te refieres? -siguió caminando hasta llegar al sofá, donde se recargo.

-Sé a qué has venido. Déjate de tonterías -de repente, Korbi comenzó a reírse.

-Tengo rato de no saber de ti -Korbi cruzo los brazos, seguía en el sofá recargado -Eres mi amigo, y quería sabes cómo estabas.

-Estoy bien -dijo de forma cortante.

-Claro. Si fuera así, me habrías contestado los mensajes, o respondido mis llamadas. Por eso tuve que venir.

- ¿Y ahora qué quieres? -Julian se sentía molesto.

Nunca había sentido tal enojo contra su amigo Korbi, pero jamás.

-Por el momento, una cerveza -sonrió -Así que, ¿dónde está tu cocina?

Julian camino hacia la cocina y Korbi fue detrás de él, viendo la casa y jugando con Mason.

- ¿Cómo te enteraste donde vivo? -Julian buscaba la cerveza en el refrigerador.

-Primero Maxi me dijo, -Julian le destapo la cerveza y se la entrego -decidí hablarle a Sarah para confirmarlo. Fue ella quien me dijo que ya no vivían en los departamentos -le dio un sorbo a su bebida- ¿Sabes?, quería hablar contigo, pero vaya que me sorprendiste cuando no me contestaste,

-Estaba ocupado... -Julian trataba de relajarse.

-Sí, lo imaginé, por eso vine. Porque quería verte, porque te extrañaba amigo -se acercó a él para estar a su lado, hombro con hombro -y porque me preocupas.

-Sé que te lo contaron.

-Pero quiero que me lo digas tú -le puso la mano en su hombro, apretando un poco.

-Ya te lo conto Maxi -quito la mano de Korbi y se dirigió de nuevo a la sala.

-Lo sé, -lo siguió -pero no puedo aceptarlo. Me niego a creerlo -Julian volteo para verlo de frente, un poco confundido. Korbi lo noto -Me niego aceptar que te haya pasado eso. No, no a ti.

-No tengo nada que decirte Korbi -levanto las manos Julian ante las palabras de su amigo -Maxi te conto todo, yo no tengo nada que agregar.

-Sí, puedes agregar algo -Julian lo miro a los ojos -sus nombres. Maxi no me lo quiso decir, por miedo a lo que pudiera hacer- un escalofrió le recorrió la espalda a Weigl. Era verdad lo que decía. En el equipo eran varias las tarjetas que le sacaban por barridas innecesarias y que las hacia apropósito.

-Korbi, ¿qué te dijo Maxi?

-Lo mismo que tú le contaste, pero sin los nombres: Dos compañeros llegaron y te golpearon -decidió tomar asiento en el sofá -y alguno de los dos se les ocurrió pues... follarte... -suspiro y le dio un gran trago a su cerveza -y para hacerlo más humillante te tomaron fotos.

-Korbi tengo que insistirte que lo dejemos así -tomo asiento a un lado de él.

-Entonces es verdad.

-Lo es, fui golpeado y violado por irme del club, una "despedida".

- ¡Por Dios Julian! debemos hacer algo, esto no puede quedarse así -Korbi sonaba desesperado -Tienes que levantar una denuncia.

- ¡No! ¡Jamás! -Levanto la voz Julian -A pesar de que tengo las fotos, no hare nada. Se lo he dicho a Maxi, a Roman y ahora te lo digo a ti...

-Espera, -interrumpió de inmediato- ¿Dónde están las fotos?, y algo más importante, ¿cuál Roman? -No se había dado cuenta que había dicho el nombre de Bürki- ¿Se lo has contado a alguien del club? -Ya no había marcha atrás.

-Si... pero él es muy discreto con todo esto...

- ¿En verdad Julian? -De un jalón termino la cerveza- ¿Qué pasa si un día se enoja contigo y lo divulga?

- ¡No lo hará! Es mi amigo... -entonces, su mente trajo la escena donde Bürki lo corrió de su departamento -Confió en él -agacho la cabeza. Dentro de él esperaba no equivocarse.

-No puedo creer que confiaras más en alguien extraño a ti que en mi -Korbi comenzó a caminar de un lado a otro -Te apuesto que él ya sabe los nombres.

-Korbi que le dijera a Maxi o Roman no fueron opciones.

-De acuerdo, dime por favor que no te has desecho de las fotos -se froto la frente.

- ¿Para qué quieres saber eso?

-Podemos levantar una denuncia, esas son pruebas.

-Las tengo, pero ni de broma levantare una denuncia -tanta insistencia comenzaba a enfurecer a Julian.

-Quiero ayudarte -se volvió a sentar, se sentía frustrado que su amigo no quisiera hacer nada -Déjame ver las fotos.

- ¡¿Qué?! -Aquel pedido lo extraño- ¡No! No podría mostrártelas a ti...- agacho su mirada, avergonzado.

-Por favor -suplico.

- ¿Por qué tanta insistencia?

-Porque... -tomo valor para decirle la verdad -Porque ni me perdono el hecho que te pasara eso...

-No es tu culpa.

-Pero me siento mal porque dentro de mí sabía que podía protegerte.

-Pero no estabas Korbi y no te lo reprocho, lo mismo con Maxi.

-Eres mi amigo. Mi hermano, debe de haber justicia.

-Yo sé que por lo menos uno de ellos no está bien -recordó como Marius le regaba por su perdón.

- ¿Y te sientes bien con ello?

-No...

-Por favor, dime quienes han sido.

Suspiro, se sentía resignado ante la situación, no sabía qué hacer.

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