TSF

Kitchen Sink

El amanecer había llegado, y los ilumino a los dos en la cama.

No habían podido conciliar el sueño, y por más que fingieran dormir, terminaron por quedarse frente a frente, viéndose a los ojos.

-¿Qué pasó ayer?- Sabía que ahora Julian estaba tranquilo.

-Me asuste... Me dio miedo el pensar en el viaje...- cerró los ojos- Dormí, pero las pesadillas llegaron y... Y entré en pánico... Era tan real... No podía despertar... Y pues...- de nuevo su respiración se agitó de forma desesperada- Roman, yo en verdad no quería eso...- el suizo lo miro un poco confundido- Es decir, ¿es normal que el cuerpo reaccioné así?

-¿A qué te refieres?- Julian mordió su labio y bajo la mirada, estaba avergonzado.

-Cuando aquello paso... yo... tuve... una erección... y me... me vine...

-Jul...

-¡No! ¡No pienses que me gusto!- Interrumpió de inmediato el alemán- No sé por qué pasó... y...- fue poco a poco cambiando el pánico por la tristeza- Eso... me pasó ayer...

-Julian, no te pienso juzgar. Es una reacción del cuerpo y es normal, aunque suena raro pero así pasa, esa parte solo siente la sensación de excitación- puso su mano en su rostro para tranquilizarlo.

-Gracias Roman...- le sonrió, pero Julian seguía decaído.

-¿Sarah no vendrá hoy?

-Sobre eso... te mentí... tuvo que regresar a Munich por unos problemas en algunas materias, no sé cuando regrese...

-Aquí estaré para ti...

-¿Podríamos ser compañeros en el viaje?

-Sí, ¿pero estas seguro de poder hacer el viaje?- Lo miro seriamente.

-Si tú estas conmigo...

-Esta bien.

-Creo que deberíamos tirar el otro colchón- trato de cambiar el tema, pero el suizo tenía otro plan.

-Lo haremos, pero después del desayuno que prepararé- se levanta de un salto, mientras Julian trataba de detenerlo.

-No Roman, eres mi invitado.

-Si pero tengo hambre, así que muevete...

-Pero mi casa es un desastre- se puso en frente de Roman.

-Entonces comienza arreglar mientras yo preparo el desayuno.

-No  quiero ser una molestia.

-Tranquilo- había algo en la sonrisa de Bürki que lo tranquilizaba, le hacía confiar en él.

Bürki se dirigió a la cocina, era verdad, había muchas cosas  tiradas. A su paso fue abriendo las cortinas y dejando entrar la luz.

Cuando llegó a la cocina, vio un desastre. Nada que no pudiera resolver.

Antes que nada empezaría por acomodar todo en su lugar, todo iba bien hasta que llego al fregador; unos trastes sucios, con un poco de comida, pero lo que había llamado su atención era el cinturón atado al grifo.

Un escalofrío le recorrió el cuerpo al pensar eso...

Lo quitó y siguió acomodando todo para después preparar el desayuno.

Mientras tanto, Julian recogía su habitación, en especial el baño que tenía un montón de ropa tirada en el suelo.

Toda la tenía que poner a lavar, hasta su uniforme de entrenamiento. Se sentía tan  molesto y más cuando tomó un pantalón, notó que estaba lleno de semen. Se sintió asqueado, con ganas de llorar.