Dos...

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No era tarde, pero Roman ya estaba dormido cuando escucho como tocaban incesantemente.

- ¡Un momento! -Grito, a pesar de como tocaban la puerta, fue despacio.

Puso su ojo en la mirilla para ver quién era, por un momento pensó que era Erik.

- ¿Julian? -Se extrañó, y más por lo que después hablaron el otro día. Se apresuró para abrir la puerta y al verlo dijo- ¿Qué haces aquí?

- ¿Puedo pasar? -respondió con esa pregunta.

Bürki abrió más la puerta para dejarlo pasar. Aun se sentía cansado.

Fueron a la sala.

- ¿Gustas algo? -Le ofreció Roman.

-No, estoy bien -miro a su alrededor- ¿Estas solo?

-Sí, ¿te pasa algo? Estas actuando raro...

-Erik me dio las fotos.

-Lo sé -Bürki agacho la cara.

- ¡¿Qué pretendías al mandármelas con él?!

-Que no le tuvieras odio hacia él...

-No lo hago... -suspiro- caí en la conclusión que no debo. Respeto tu decisión -tomo una pausa antes de continuar- ¿Revistaste las fotos? -Bürki no respondió -Respóndeme -lo ponía nervioso el silencio del suizo- Roman, ¿lo hiciste?

-Si... -se sentó en el sillón que estaba frente del alemán. El joven cerró los ojos, aguantando las ganas de llorar. Ahogando en decepción su corazón.

- ¿Có-cómo las conseguiste? -Trataba de que la voz no le temblara.

-A ti se te cayeron la última vez que viniste -Julian se comenzó a sentir mal, se tuvo que sentar para poder seguir escuchando a Bürki -las encontré en el piso, o mejor dicho el sobre, sabía que no era mía, así que lo abrí y las vi.

El alemán no podía creer que, por un descuido del mismo, Bürki las encontró.

-Si hubiera sabido que eran esas fotos, nunca las hubiera visto... -Julian trato de calmarse antes de poder hablar.

-Faltan dos... -es lo único que pudo decir.

- ¿Qué? -Bürki levanto la vista.

-Hacen falta dos fotografías -tenía los ojos cerrados, no quería que se notaran sus cristalinos ojos -Eran dieciséis fotos, y hacen falta dos...

-No sabía que eran dieciséis.

-Roman, ¿las viste todas? -El suizo no respondió y Julian interpreto su silencio- ¿¡No te basto con ver una!? ¿¡Por qué viste las demás!?

-Julian, no quería, ¡es que era tan irreal!

- ¿¡Qué clase de mente enferma se pone a verlas a detalle!? -Se levantó gritándole, dejando escapar algunas lágrimas- ¿¡Dónde están las demás!?

- ¡No lo sé! ¡Yo no las tengo! ¿Cómo puedes...?

-... ¿creer que tú las tienes? No lo sé... ¿o las tiene tu patético amante? -Roman lo miro sorprendido por las palabras de Julian -Es mejor que me las entregues de una vez Roman o si no...

-O si no, ¿qué? -Roman se levantó del asiento y encaro al arrogante alemán.

Que lo enfrentara de ese modo solo le daba a entender que él las tenía, y que solo podía hacer una cosa con ellas.

-Me das asco Roman -Julian se dio la vuelta para marcharse.

Esta vez Bürki quería permanecer fuerte, no se quería dejar lastimar, pero esas palabras lo destrozaron.

Se dirigió a la cocina y abrió un cajón, donde solía guardar recibos y otras cosas, como dos fotografías.

Las miro por un instante y las volvió arrojar al cajón mientras maldecía.

Regreso a su habitación, buscando su celular para hacer una llamada.

- ¿Erik? ¿Estas ocupado? -Esta vez, él es el que sentía angustiado, pero no iba a dejar que Erik se diera cuenta.

-No, ¿necesitas algo?

-Sí. Tú sabes que es. Ven ahora.

Tal vez el tener sexo con Durm le despejaría la mente, aunque temía no poder ocultar su fragilidad emocional cuando estuviera con él.

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