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Pesadilla

Ya era tarde, Julian tenía que regresar a casa, y decidió irse solo, a pesar de que Bürki le rogó una y otra vez, pero se negó que lo acompañara.

Al estar en la calle, vio un hombre que venia, no le dio importancia, aunque las calles estaban solas a esas horas.

Comenzó a caminar rápido, y sintió aquel hombre un paso detrás de él. Se hizo a un lado pero él no lo hacía.

Cuando se dio la vuelta para enfrentarlo, el hombre ya no estaba. Sin embargo, un brazo ya lo estaba estrangulándolo.

-Te dije que si abrías la boca, lo pagarías...- era la voz de Simon.

Julian comenzó a forcejear, cuando de la nada, apareció otro tipo con bat.

Agarrando vuelo, le metió un duro golpe en la pierna, haciéndolo gritar, y despertarse.

Había sido una pesadilla.

Sin embargo, no se encontraba en su habitación, era otra. No recordaba el por qué estaba ahí, hasta que entro Bürki, agitado.

-¿Estas bien?- Entonces recordó que le había pedido de favor quedarse a dormir en su casa; pues después de la confesión no se sentía de ánimos para volver. No tenía cara que ponerle a su novia.

-Solo fue una pesadilla...- murmuró el alemán.

-Te escuché gritar...

El suizo había dejado dormir a Julian en su cuarto, para que se sentierá cómodo. Así que él se iría a dormir al cuarto se su hermano.

Weigl se revisó la pierna, pues aquel golpe lo sintió muy real.

-Solo fue una pesadilla...- volvió a decir, pero esta vez en voz alta- pero se sitió tan real...

Bürki se acerco y se sentó a un lado de él, sabía de qué iba el sueño.

-Julian, no pasa nada. Fue una pesadilla y ellos no están aquí...- Trataba de tranquilizarlo.

-Tengo miedo...- Julian abrazo sus piernas temeroso.

-Venga, mientras yo este, ellos no te lastimaran- Puso su mano sobre su espalda- No, nadie te hará daño mientras yo este aquí. ¿Me entendiste?

Las palabras de su compañero parecían tranquilizarlo.

-Bueno,- sonrió al ver que había redultado- vuelve a dormir- se levanto pretendiendo irse pero Julian lo detuvo.

-¿Podrías, dormir conmigo?

-¿Estas seguro? No quiero incomodarte.

-Por favor, quedate.

A Roman no le quedó de otra, le dio la vuelta a la cama para meterse entre las cobijas. La noche era fresca pero aun así, Bürki solo vestía un short negro, sin playera.

Se acostó dándole la espalda a Julian, el chico hizo lo mismo. Cada uno en una orilla de la cama.

Después de un momento, Julian habló.

-Eres el único en quien confío aquí... Gracias, por escucharme.

No dijo nada y ambos cayeron dormidos, o mejor dicho, Julian durmió tranquilo, Roman se quedó despierto un poco más, solo para asegurarse que Julian no estaba teniendo otra pesadilla.

Volteo sabiendo que Julian estaba de espaldas. Veía su nuca. Parpadeo, parpadeo y parpadeo y de pronto, ya no estaba.

De levantó un poco asustado, pero al mirar el reloj, se dio cuenta que no había tiempo para esas cuestiones. Ya era tarde, y tenía que ir a entrenar.