"Por favor Roman..."

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Ya era bastante tarde, Roman le pregunto si se quería quedar a dormir, a lo que Julian respondió con un sí.

-Preparare el cuarto de invitados- Roman se levantó, Julian hizo lo mismo, pero tomo del brazo a Roman y le dijo.

-No, quiero estar contigo- Roman sintió que su corazón latía a mucha velocidad, como si su corazón se fuera a salir de su pecho.

- ¿Quieres dormir conmigo? -Roman lo miro y Julian bajo su mano por el brazo del suizo, para tomar su mano, y entrelazar sus dedos.

Después de eso, el alemán miro al suizo, estaba nervioso.

Cuando entraron al cuarto, Julian miro la cama destendida y su nerviosismo aumento, su cuerpo se tensó y comenzó a pensar cosas malas, pero Roman lo noto.

-Oye, he pasado todo el día en cama, no he visto a nadie -Julian se sintió un poco más relajado, solo asintió y siguió caminando. Se fue a sentar a la cama, mientras Bürki buscaba algo en su armario.

- ¿Piensas dormirte con eso? -Le dijo mientras lo miraba de pies a cabeza- Toma- le entrego un pantalón y una playera.

-Gracias -Julian los tomo y los dejo a un lado, para quitarse los tenis y los calcetines.

Roman al ver esto, se volteo y acomodaba su ropa en el closet, tratando de no observar a Julian, entonces lo sintió, abrazándolo por la espalda, y esto no era un sueño.

-Julian -pronuncio su nombre. El cuerpo del menor ya no tenía ropa, o por lo menos no la playera que tenía, ni sus jeans.

-Por favor, voltéate -sintió los dedos de Julian en sus bíceps, dándole vuelta.

Se miraron a los ojos, el menor esperaba no lucir nervioso. Trago saliva para disimular.

Roman lo observo detalladamente, no estaba desnudo, estaba en ropa interior.

-Julian, no es necesario...- entrelazo sus dedos con los del menor.

-Yo... yo quiero... -miro sus manos, sus dedos juntos. Apretó la mano del suizo.

- ¿Esto es un sueño? -No perdía el rostro de Julian.

-No... -soltó la mano de Roman y paso sus brazos por detrás del cuello de este- Te lo puedo demostrar...- el alemán se acercó peligrosamente, pero el mayor lo detuvo.

-Si me besas, estoy seguro de que no parare -lo miro fijamente a los ojos -No me dominare ante mis deseos.

-Lo se...- las palabras del suizo hicieron temblar a Julian- pero muero por besarte- Roman permitió que el menor se acercara y por fin sentir los labios que trataba de negar que anhelaba.

Cálidos.

Y un estruendo irrumpió la pasión, la lluvia hacia su escandalo afuera, como si el cielo se estuviera cayendo.

Roman rodeo la cintura de Julian, acercándolo más, quería sentir su cuerpo. De apoco, los besos comenzaron a subir de tono. El suizo invadía la boca húmeda del menor, y este a su vez temía al no saber qué hacer ante la situación, así que solo arrugaba sus ojos cuando comenzó a sentir el tacto del suizo en sus caderas.

No lo podía negar que aquel beso no le gustaba, le encantaba poder estar ahí, con él, probarlo, sentir su calidez, pero no estaba seguro hasta donde podría llegar.

Los dedos del suizo se deslizaban por debajo del resorte del bóxer ajustado del menor, mientras hacía que se aproximara más.

Se separaron, Julian jadeo, le faltaba el aire, a pesar de que a Roman también, se fue directo a su cuello, besándolo lentamente. Con uno de sus brazos lo tomo por la espalda, mientras que, con su otra mano, pasaba por el trasero hasta la pierna de Julian, para alzarla, mientras este, se sujetaba del cuello del suizo.

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