En su sexto año a Draco se le es encomendada una tarea de suma importancia y dificultad. Las cosas se complican aún más cuando conoce a una chica que aparentemente lo distrae, pero todo está apunto de acabar.
La historia que nace de ellos implica má...
Las dos horas habían pasado más rápido de lo que yo esperaba. Las puertas del lugar se abrieron y ambos entramos lo más apresuradamente posible.
Borgin & Burkes
Conocía qué tipo de cosas podían comprarse en esa clase de lugar.
Aún estábamos tomados de la mano, lo seguía de un lado a otro. Al parecer buscaba algo pero a su vez simulaba como si sólo mirara sin saber qué.
Pasamos a una parte en la que habían cientos de repisas con pequeños y costosos objetos. Eran diferentes, eran especiales y no debían ser tocados.
Mire a mi alrededor y noté que detrás de una cortina se ocultaba algo. Aquello llamo mi atención más que nada.
Me separé de Draco y fui a investigar. Era un gran y viejo armario. Lo abrí casi sin hacer ruido y ahí había una manzana. Tenía hambre, esperaba que nadie notara una pequeña mordida.
Al volver con él ya se encontraba pagando algo que había tomado. Era una caja oscura la cual envolvió en una tela dorada. Me miró y ambos salimos de la tienda.
Al llegar de nuevo a Hogwarts me pidió mantener el secreto y que tampoco intentara abrir la caja, mucho menos tocar su contenido. Según él era peligroso.
Y todo apuntaba a que estaba maldito, había leído sobre eso y era más que obvio, ambos lo sabíamos pero ninguno se atrevió a mencionarlo.
-Mañana tenemos permiso de salir a Hogsmeade- mencioné rompiendo el silencio entre ambos.
-Lo sé, iré sólo por cierto- respondió de una manera algo brusca.
-De acuerdo, está bien- me encogí de hombros restándole importancia.
¿Por qué actúa de esa manera?
Un día me quiere cerca, al otro no y estaba cansada de todo ese asunto del que no me hablaba.
-Vamos, nos esperan en el gran comedor- dijo y volvió a tomar mi mano.
Entramos algo tarde por lo que todos dirigieron sus miradas a la puerta, a nosotros.
A ninguno de los dos nos importó. Nos sentamos en una de las mesas más solitarias y poco a poco sus amigos fueron llegando.
-Se tardaron mucho- comentó Pansy con una sonrisa peculiar.
-De hecho no aparecieron todo el día y créanme que todo Hogwarts lo notó- agregó Blaise. -Será que....- lo interrumpió Draco.
-¿Qué insinúas?- inquirió molesto. -¡Tú no sabes nada!- finalizó.
Aquello nos dejó paralizados a todos.
Tomé su mano por debajo de la mesa para que se tranquilizara pero nada así que decidí abrazarlo sin importar que los demás lo notarán y esta vez sí funcionó por al menos unos diez minutos.
-¿Qué tanto miran esos tontos?- volvió a atacar.
Al levantar la mirada vimos cómo era que Ron Hermione y Harry nos miraban no muy discretos y al notarlo se voltearon de inmediato.
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Mientras que Draco deshizo el contacto conmigo de inmediato.
Me moleste al instante y me levanté lo más rápido posible,
-Nos vemos más tarde- dije y me largué. Apresure el paso y subí a mi habitación.
