*Capítulo 25: ave*

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/Draco Malfoy/

No podía soportar la idea de que pude haber matado a dos personas completamente ajenas al problema.

Había evitado todo tipo de contacto por un par de días.

No había ido a las clases ni siquiera había salido de mi cuarto y mucho menos me atreví a ver a Aubry, solo me ocultaba como un cobarde.

Incluso por las noches lloraba en silencio a pesar de lo mucho que la necesitaba.

El tiempo se agotaba y tenía que hacer algo imperdonable cuanto antes, pero me asustaba y me asustaba aún más fallarle a mi Padre.

En la mitad de la noche me escabullí a la Sala Común de Slytherin y aunque me cueste admitirlo me dolió no verla ahí esperándome como solía hacerlo, preocupándose por mí como siempre. Simplemente no había señales de ella.

Intenté recobrar un poco la compostura y salí hacia el séptimo piso, a la Sala de Menesteres.

Antes de entrar miré la jaula con un pequeño canario no dudé en tomarlo. Lo usaría para hacer una prueba con el Armario Evanescente. Tenía que saber de una vez por todas si podía transportar a algún ser vivo. Se supone los Mortífagos entrarían por ahí.

Entré y encontré lo que buscaba. Abrí la puerta del gran mueble e introduje el ave, la cerré de inmediato para que no pudiera escapar. Se oían aún sus aleteos y como cantaba desesperado para salir.

Dije las palabras necesarias y volví a abrir la puerta para encontrarme con su cuerpecito sin vida.

Di un portazo fastidiado.

¡Si tan sólo uniera obtenido esa suerte líquida!

¡Ojalá no hubiera fallado en el primer intento!

Ni mencionar lo que pasó con el segundo intento desesperado por completar la misión.

Aquella misión que me estaba llevando a la miseria y la quiebra emocional poco a poco.

Estaba decidido. Pediría ayuda a Snape o algo parecido. Realmente lo necesitaba.

Pero por otra parte no podía dejar que eso pasara, me mostraría débil e inútil y le diría a mi Madre de aquello, algo imperdonable para mi familia, me convertiría en la desgracia en persona.

No podía permitir todo eso, debía concentrarme.

Mientras tanto las actividades en Hogwarts seguían con normalidad, decidí dejar de faltar a clases o sería algo muy evidente, sobre todo para el entrometido de Potter.

La primera vez que me presente mis amigos no dudaron en lanzar miles de preguntas. No los miré, no les hable, fingí prestar atención mientras en mi cabeza solo taladraban sus voces.

Finalmente me habían dejado en paz y tenía un tiempo para ir a tomar un poco de aire. Iba a salir a los jardines cuando noté a esa sangre sucia merodear por ahí, decidí volver al castillo y sentarme junto a una gran ventana, había escalones por lo que no fue difícil.

 Iba a salir a los jardines cuando noté a esa sangre sucia merodear por ahí, decidí volver al castillo y sentarme junto a una gran ventana, había escalones por lo que no fue difícil

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Me había preguntado por qué de repente se sentía tanta paz en el ambiente y después la recordé.

En cualquier momento llegaría a buscarme y no sabía como me sentía al respecto.

La Sangre De Un Mortífago {Draco Malfoy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora