*Capítulo 28: La Verdad

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/Draco Malfoy/

Desperté más tarde en mi habitación.

-¿Cómo estas?- preguntó ella acercándose.

-Mejor nena, no te preocupes- sonreí de lado mientras me incorporaba. A pesar de haberle gritado ella estaba ahí, cuidándome y yo no podía estar más feliz.

-Tuve miedo, temo perderte, no quiero hacerlo- confesó. -Eres muy importante para mí- finalizó pasando una de sus manos dulcemente sobre mi cabello. Me impresionaba la dulzura con la que hablaba, como si yo nunca la hubiera dañado y lo menos que podía hacer era devolverle el gesto.

-No me perderás, pase lo que pase siempre estaré aquí y yo te protegeré de lo que se avecina- la miré un par de segundos más y me decidí.

Ella siempre estaba ahí para ayudar y sólo se preocupaba por mí.

Tomé su mano sobrante y jalándola de la muñeca suavemente la acerqué lo suficiente para besarla. Lo necesitaba desde hace días.

Sus dulces labios correspondieron a los míos en un movimiento lento.

Al separarnos la miré serio.

-Tengo algo que contarte, es sobre mis Padres y sobre todo este asunto. Te contaré la verdad y nada más que eso- suspiré listo para hacerlo.- Sé que es una locura pero necesito tu ayuda.

No soportaría cargar con todo eso sólo, la necesitaba realmente y definitivamente no la quería lejos.

/Aubry Illuminot/

-Cuéntame- pedí con toda seguridad. Se había portado perfectamente desde que despertó y no desaprovecharía su sinceridad que se avecinaba.

-Ven aquí- dijo levantando sus sabanas, quería que me acostara a su lado y así lo hice, entré a la cama con él.

Sonreí transmitiéndole un poco de confianza.

-Mis Padres son unos Mortífagos- confesó de golpe. -Mi Padre tuvo un problema con el Señor tenebroso y al ser descubierto fue enviado a Azkaban, no pudo completar una tarea la cual fue entregada a mi, al convertirme también en Mortífago- cerró los ojos. Levantó su brazo y recogió su manga dejando ver la Marca Tenebrosa. La acaricie con mis dedos lentamente hasta que volvió a abrir los ojos. -Voldemort me pidió Matar a Dumbledore y abrir una especie de portal para que más Mortífagos pudieran entrar a Hogwarts. Pero....- sus ojos se cristalizaron. -Yo no puedo hacerlo, no es que no sea valiente sino que no quiero matar a alguien que muy en el fondo me agrada. ¡No soy un cobarde, lo juro!- confesó y comenzó a llorar abiertamente. -Mis Padres morirán si no lo hago, y yo también- finalizó dejándome helada.

-Me parece que de hecho eres muy valiente por tratar de proteger a tu familia y por llevar el trabajo pesado tú solo. No me gusta ver cómo te desmoronas pensando en todo eso- me acomodé de tal manera en que nuestras cara quedaron frente a frente. -Debe de haber otra solución, una que no te afecte- dije. -Te ayudaré en lo que necesites- prometí besándolo en la frente.

Después de eso me limite a abrazarlo y tratar de tranquilizar su llanto.

.

Los dos despertamos al sentir un poco de luz entrar por la ventana.

En silencio nos levantamos, su cara aún se veía algo roja de la noche anterior.

-Toma una ducha- aconsejé y besé su mejilla para después irme, pero él me detuvo, sonrío y dio un corto beso en mis labios.

-Gracias- dijo para después desaparecer.

Me dirigí a mi habitación con una sonrisa. También me arreglaría para salir a desayunar.

Al terminar lo encontré en la Sala Común esperándome.

-Vamos- tomó mi mano y nos encaminamos al Gran Comedor.

Sus amigos nos miraron al llegar, todos estaban confundidos.

-¿Están bien?- preguntó Blaise seriamente. Los dos asentimos sin decir más.

Después del desayuno las clases continuaron con normalidad y a eso de las seis Draco me guió al Salón de Menesteres.

-Tengo que mostrarte esto- quitó la gran sabana que cubría un gran armario.

-Un segundo, es como el que estaba en la tienda- señalé.

-¿Lo viste?, se supone que estaba oculto- se encogió de hombros. -Sólo que no puedo arreglarlo.

Tomó una manzana de su túnica y la metió al armario, lo cerró con fuerza y tras decir unas palabras lo volvió a abrir.

La manzana no se encontraba más.

-¿Qué paso?- preguntó confundido. -No había pasado algo así, excepto la última vez que apareció mordida mientras yo no estaba.

-¿Qué?

-Si, supuse que Crabbe se la había comido o algo así.

-No, ¿tú eres el que puso esa manzana?- pregunté tratando de comprender.

-Si...

-Pues apareció en Burgin & Burkes- comenté recordando. -Yo mordí la manzana que tú pusiste aquí y apareció allá- sonreí.

-Espera un segundo, ¿eso significa que...?

-Lo lograste Draco, esta cosa ya sirve- lo abracé feliz a pesar de saber la función del Armario y para lo que serviría, pero aquello ya no sería un tormento más para él.

-Wow, está listo, está todo listo. Tengo que avisar- sonrío y ambos salimos del Salón.

La Sangre De Un Mortífago {Draco Malfoy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora