/Draco Malfoy/La primera noche que estuve con ella fue la más difícil para mí, no podía contener mi deseo pero finalmente lo logré.
Conforme el tiempo pasaba intenté tomarlo como una rutina pero igualmente era difícil sentir su cuerpo al lado mío, jamás había estado tan cerca de alguien y me gustaba.
Navidad estaba cada vez más cerca y planeaba comprarle un obsequio, pero para eso tenía que encontrar algo perfecto y como parecería muy obvio si me voy, mandaría a un elfo doméstico, ¿que tan tontos pueden ser?
Aubry había dicho que quería jugar un rato afuera, la noche anterior había nevado y ahora estaba todo cubierto por una gran capa blanca.
Había unas colinas no muy lejos de casa. Nos dirigimos a ellas y comenzamos a deslizarnos entre risas, era todo muy infantil pero por alguna razón no me molestaba, incluso estaba muy seguro de que necesitaba esa clase de cambio, un respiro de toda aquella locura en la que me vi envuelto.
Pasaron horas, incluso perdimos la noción del tiempo pero conforme atardecía, el clima cambiaba y cuando menos lo notamos ya estábamos en medio de una pequeña tormenta que se formaba a metros de nosotros.
El viento soplaba con tanta fuerza que era casi imposible moverse y la nieve azotaba por todas partes, incluso un par de pedazos saltaron con rapidez en mi cara, ignoré el dolor que generó y tomé su mano para guiarla a una cabaña que estaba no muy lejos.
Era de nuestra propiedad y no recordaba haber estado ahí desde que mi madre y yo jugábamos cuando era pequeño y luego contábamos un poco. Todo era diferente en ese entonces.
Abrí la puerta con cuidado y ambos entramos.
-¿Te encuentras bien?- pregunté mirándola quitarse el resto de nieve de la ropa.
-Excelente, no te preocupes, pero tú.....- su mirada cambió y se acercó a mí. -Tu mejilla está sangrando- sonrío de lado.
-Ah, no fue nada- mi mano se dirigió a donde ella indicaba y me mire en uno de los pequeños espejos que aún colgaban en la entrada.
Tenía razón, mi mejilla tenía una extraña abertura, como si hubieran pasado una pequeña navaja en ella.
Lo único que pude hacer fue limpiarme un poco.
Habían un par de sillas en el comedor que aún estaba ahí, tomamos asiento y nos miramos en silencio.
-Supongo que nos marcharemos cuando termine la tormenta- dijo mirando a través de la ventana.
-Así es, mientras tenemos todo este lugar y todo este tiempo para nosotros.... Sólos- Levante una ceja provocando que se sonrojara.
A decir verdad no planeaba hacer nada, solo quería molestarla un poco. Aquello que había pasado en la habitación días antes, se había salido de mi control. Solo quería probar sus labios y acariciar su dulce cabello, en cambio pareciera que buscaba algo más, todo dentro y fuera de mi se había alborotado y su sonrisa no ayudaba a parar. Normalmente es así, necesito demasiada fuerza para alejarme aunque sea un poco de ella.
-¡Definitivamente me traes loco!- suspiré mirando a un punto fijo. Poco después reaccioné dándome cuenta que justo aquella frase había salido de mi boca, ¿acaso había pensado en voz alta? -¿Lo habrá notado?-
Espera. ¿Eso también lo dije en voz alta?
-Si Draco, lo noté- se burló.
-Yo, perdona creo que estoy un poco extraño, ni yo sé que pasa.....
-Si te hace sentir mejor, también me traes loca- confesó sonriendo con nerviosismo.
-Definitivamente eso no me hace sentir mejor- reí.
Y era cierto, solo hacía que me alborotara un poco más.
-Me gustas y mucho, pero no estoy acostumbrado a nada de esto- confesé intentando no mirarla, así era para mí más fácil decir lo que sentía. -Se supone que soy una mala persona, o eso comenta la mayoría. Sabes, las malas personas no merecen ser amadas, el "villano" nunca se queda con la chica, sé que habrá algo que pueda separarnos en cualquier momento y eso me asusta. No sabía que estar enamorado era tan complicado, ahora recuerdo porque siempre lo evité.- finalicé levantándome de mi asiento y posándome frente a la ventana, mirando como poco a poco se desvanecía la tormenta.
El silencio reino unos minutos, no sabía que se supone que pasaba después de un discurso donde confesabas amor.
¿Debía hablar?, ¿disculparme?, ¿besarla?, ¿o sólo fingir que nada pasó?
Iba a girarme para mirarla pero no lo hice, pues sentí como sus brazos rodeaban mi cintura, me abrazó por la espalda y recargo su cabeza en mi hombro. Encajábamos a la perfección.
-Yo...
-Shhhh- me interrumpió. -También me gustas Draco, haría cualquier cosa para estar contigo y que nada nos separe- dijo suspirando.
Sonreí esta vez de manera diferente, me sentía realmente feliz el ser correspondido y sabía que era así, solo necesitaba escucharlo de sus dulces labios.
Me giré para mirarla, su cara estaba tan radiante como siempre.
-¿Algo más que decir?- pregunté encantado en su sonrisa.
-Sí, te golpearé muy fuerte si vuelves a decir que eres el villano o que eres malo para mi- comentó terminando con el bello momento que se había formado entre nosotros.
Lo miré confundido pero después reí al comprenderlo.
-Ven aquí- dije tomándola de la cintura y atrayéndola a mi, giré para acorralarla contra la pared, amaba hacer eso con ella, sabía que la ponía muy nerviosa.
-Deja de mirarme como un tonto y bésame- ordenó tratando de ocultar su sonrisa.
Así que tomé su palabra y lo hice.
La besé tan lento que sentí que el mundo se sacudía a mi alrededor. Una de mis manos aún sujetaba su cintura y con la otra acaricie su mejilla un par de veces, para después posarla en su nuca y atraerla aún más a mi. Todo marchaba a la perfección pero comencé a perder el control en cuanto sentí una de sus manos jugar con mi cabello y la otra acariciando mi pecho con desesperación. El primer botón de mi camisa comenzó a desabrocharse, luego el segundo, en el tercero se detuvo para mirarme. Me encantaba verla así, tan alocada y diferente a lo que siempre veía en ella. Sin dudarlo la volví a tomar de la cintura y la levante un poco para que ella pudiera enrollar sus piernas a mi alrededor, y el beso continuó.
Pero un ruido que conocía a la perfección se escuchó justo a un lado causando que la bajara algo asustado y nos separáramos.
Y aquel elfo había aparecido de nuevo.
-¿Otra vez tú?- pregunté molesto. -¡Largo!- grité.
-Lo lamento amo, no puedo. Su madre me envió a buscarlos tiene algo importante que decirles- dijo y solo se quedó ahí parado.
-De acuerdo, pero sal de aquí- ordené y me alegro verlo marcharse.
Miré a Aubry y me disculpé, después de volver a arreglar un poco nuestra ropa, volvimos a casa.
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La Sangre De Un Mortífago {Draco Malfoy}
FanfictionEn su sexto año a Draco se le es encomendada una tarea de suma importancia y dificultad. Las cosas se complican aún más cuando conoce a una chica que aparentemente lo distrae, pero todo está apunto de acabar. La historia que nace de ellos implica má...