*Capítulo 33: La Marca

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/Aubry Illuminot/

Estaba escondida en una casa de seguridad en Londres. Muchas familias de sangre pura se encontraban ahí. Todas tan temerosas como yo.

Se escuchaban rumores de que los Malfoy tenían la tarea de encontrarnos. Estaba segura de que específicamente Draco vendría, más si sabía que yo estaba con vida.

A los días escuche como en la sala algunos chicos platicaban sobre unirse a los Mortífagos, según ellos esa era la solución, ya estaban decididos.

Una mañana escuche gritos provenientes de abajo, después un fuerte golpe. Bajé a toda velocidad para mirar de que se trataba.

Era él.

-Draco- susurré mirándolo.

Todos veían asustado al Malfoy presente.

-Aubry- sonrió débilmente.

No pude soportar un segundo más y me lancé a sus brazos llorando. Él intentó tranquilizarme pero era imposible.

El resto de personas nos veía sin entender lo que pasaba.

-He venido a reclutar Mortífagos- hablo Draco sin soltarme. -No los forzaré si no quieren pero advertiré que de no ser así correrán un gran peligro. Si alguien está interesado síganme. Los esperaré afuera. Tienen cinco minutos para decidirlo- finalizó y salió a la calle conmigo a un lado.

Mis lagrimas habían cesado.

-Creí que te había perdido por completo- noté en sus ojos su sufrimiento.

-No fue así- intenté sonreír.

-No vine a reclutar a más hombres- confesó. -Vine por ti, quieren que seas una de nosotros- bajó su mirada. -Pero no puedo hacerte esto, sería como dañarte. No quiero que tengas una vida de Mortifago. ¡Mira lo que me ha hecho a mi!, es el fin....

-No te preocupes por mí- acaricie su mejilla.

La puerta se abrió de golpe dejando ver a varios chicos cuya decisión había sido tomada.

Así que todos seguimos a Draco.

Llegamos a la Mansió, a la suya y entramos hasta una gran sala, donde todos nos esperaban. Incluso el innombrable.

-Draco, lo lograste y trajiste a más combatientes- sonrió caminando entre nosotros junto a su asquerosa serpiente.

Nunca lo había visto y mucho menos había estado cerca de él pero por alguna razón no sentía miedo, me sentía fuerte.

-Veamos si esta pequeña se nos quiere unir- pasó su varita por mi mejilla.

Vi la mirada de odio que Draco lanzó.

-¡Vuelvan todos a sus tareas!, yo me encargaré de ellos- ordenó y nos llevó a una sala apartada.

Dos horas más tarde me dejaron salir. Para mí suerte no fui torturada ni obligada a nada pero nos ordenaron quedarnos ahí a vivir mientras todo ocurría.

No tenía una habitación en la cual quedarme por lo que busque a Draco.

Toqué la puerta y entré despacio.

-¿Te hizo daño?- preguntó acercándose a mi rápidamente. Sus manos tomaron mis mejillas y comenzaron a revisar mi cara con cuidado.

-No- conteste y ambos nos sentamos al borde de la cama.

El silencio se hizo presente, creo que tenía que contarle lo ocurrido.

-Ellos los mataron frente a mis ojos- dije conteniendo mis emociones. Miré al frente recordándolo. -Mis Padres se habían negado a ser Mortífagos y simplemente los mataron- hice una pausa. -Huí gracias a Bronx, me llevo a la casa de seguridad y se fue, no lo he visto desde entonces- terminé de contar y me recosté apoyando mi cabeza en su hombro, mientras me rompía en mil pedazos.

-Es por eso que no quiero que te conviertas en uno de nosotros. A partir de ello solo habrá sufrimiento. No es algo que yo quiera para ti, eres tan dulce y todo lo contrario a lo que ser un Mortífago significa....

Lo interrumpí con un beso que tanto había esperado. Me separé al sentir mis propias lágrimas.

-Es muy tarde- dije mientras alzaba la manga de mi suéter blanco.

Ahí estaba la marca, la Marca Tenebrosa que ahora yo también portaba.

-No.....- sus ojos se cristalizaron y no pude evitar soltar una lagrima más al verlo destrozado, casi tanto como yo.

Sabía que en cierta forma se sentía culpable, pero no lo era. Lo abracé fuertemente para tranquilizarlo.

La Sangre De Un Mortífago {Draco Malfoy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora