*Capítulo 44: Escape

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/Draco Malfoy/

-Bien, traigan al duende tonto, ese Griphook para confirmar si es verdadera- dijo levantándose y mirando con detenimiento la espada.

Colagusano fue quien bajó y a los segundos volvió con el duende.

-¿Es real esta cosa?- se la entregó para que la inspeccionará y lo hizo con detenimiento. -¿Es la que estaba en mi bóveda?, ¡solo haz tu trabajo y dime!

-No podrían entrar, es imposible

-¡Mientes!- le pasó algo filoso por su rostro, haciéndolo sangrar. -Considérate afortunado. Pero.....no diremos lo mismo de ella

-¡Cómo no!- se escuchó y aparecieron corriendo el pelirrojo y Potter.

-¡Expeliarmus!

-¡Desmaius!

Habían desarmado a Bellatrix y a mi Padre quien ahora estaba en el piso.

Obligue a Aubry a dar un paso atrás para comenzar a defenderla de esos dos tontos quienes se acercaban amenazadoramente a nosotros. Mi Madre peleaba a mi lado. Cruzamos varios hechizos hasta que se detuvieron.

-¡Suéltenlas!

Bellatrix tenía a la chica y la sostenía amenazándola con algo filoso contra su cuello.

-¡QUÉ LAS SUELTEN!

Dejaron las varitas caer y yo tuve que acercarme a tomarlas.

-Valla valla, que tenemos aquí- se acercó a ellos lentamente. -Es Harry Potter y se encuentra como nuevo otra vez. Justo a tiempo para el Señor Tenebroso- dirigió su mirada a mi. -¡Llámalo!, !LLAMALO-

Miré a todos lados buscando una salida de esa situación, pero mi Padre fue quien dio el primer paso y alzó su manga dejando ver la Marca Tenebrosa y antes de hacer el llamado un ruido en el techo nos hizo voltear.

Ahí estaba Dobby, mi antiguo elfo quien al parecer le hacía algo al candelabro que colgaba justo sobre nosotros. No tardó mucho en comenzar a caer. Tomé a Aubry de la cintura y la atraje a mi, todos caímos a los lados al mismo tiempo que esa cosa se rompía.

Me levante rápidamente al igual que mi Padre y apuntamos con la varita en forma de guardia.

Potter aprovechó la distracción para desarmarme y arrebatarme el resto de las varitas que tenía.

-¡Desmaius!- por segunda vez mi Padre salía por los aires.

-¡Maldito elfo, casi me matas!- gritó Bella poniéndose de pie apuntando hacia el final de la sala, donde ya se encontraban todos juntos de pie, incluso el duende con la espada estaba ahí.

Mi Madre quien se levantaba intentó atacar pero el elfo le quitó su varita en un segundo.

-¿Cómo te atreves a desafiarnos?- gritó molesta.

Todos tomaron la mano del elfo y comenzaron a desaparecer con él, pero Bella les lanzó un cuchillo el cual también se llevaron. Segundos más tarde desaparecieron dejándome asustado junto a mi chica quien me miraba de la misma manera.

Y a pesar de que ya había pasado su escape lo peor estaba aún por venir.

El cielo comenzó a nublarse y se hizo presente una ventisca.

Voldemort había llegado a la Mansión y no venia sólo, tenía a un par de Mortífagos más con él.

-Señor Tenebr.....

-¡CÁLLATE!

Todos lo miramos temerosos, incluso mis Padres y Bellatrix.

-¿Tienen idea de por que nos fuimos de la Mansión?- preguntó mientras nos acercábamos como si fuéramos pequeños niños regañados. Bella fue la única que se atrevió a negar. -Lo hicimos ¡Porque los Malfoy son UNOS INCOMPETENTES!- estalló furioso.

-Los Carroñeros avisaron lo de Potter- dijo un Mortífago al fondo.

-Sí y ahora les haré pagar......¡Crucio!- lanzó a cada uno, poco a poco.

Mis padres fueron los primeros en sufrir el hechizo imperdonable. Los hombres con los que El Señor Tenebroso venía le ayudaban a hechizar al resto de nosotros.

Bellatrix fue la siguiente quien a pesar del dolor reía.

Él me miró amenazadoramente.

-Joven Malfoy, usted es el que más nos ha fallado- se burló. Estaba muy asustado como para decir algo. -Creo que le haré pagar el doble- miró a Aubry, estaba a mi lado ya entre lágrimas.

-¡NO!, ¡ella no!

Pero me ignoró por completo y solo pude quedarme de pie viendo como torturaban a mi familia y a ella. Les había fallado a todos. Mi dolor por tal pensamiento era mayor incluso no sentí la diferencia en cuanto me lanzaron el hechizo a mí también.

Y en ese momento me arrepentí de todos aquellos malos hechizos que lance a los demás, aquellos que dañaron a más de uno. Las lágrimas corrían por mis mejillas y la sala se llenó de los gritos de dolor de todos. Pero algo me hacía mantener la fuerza. Sentí como la mano de Aubry se estiraba y alcanzaba la mía para tomarla y unirnos.

No supe cuánto tiempo más pasó.

La Sangre De Un Mortífago {Draco Malfoy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora