/Draco Malfoy/Las órdenes de Voldemort eran traer a las familias de sangre pura como Mortífagos, si ellos se negaban les harían pagar el precio de la traición, o al menos eso mi Madre me había dicho.
En la Mansión las reuniones eran cada vez más tranquilas, pero una noche mi Padre recibió una carta.
"Lamentamos informar que su socio y gran amigo ha muerto, la familia Illuminot se vio comprometida y posteriormente acabada, aunque según nuestros informes uno de los integrantes logró escapar con ayuda de su elfo doméstico. Su paradero es desconocido.
Nuestras más sinceras condolencias por tal noticia"-¿Qué?, ¡Tiene que ser una broma!- estallé furioso después de escucharlo leerla. Para mi fortuna estábamos él, mi Madre y yo en la sala, a solas.
Sentí un hueco en el corazón, algo que no sabía cómo describir y también sentía miedo. No quería perderla y ahora no sabía si ya lo había hecho.
Comencé a patear algunas cosas furioso. No dejaba de pensar en lo que le pudo haber pasado. Estaba enojado con todos y en especial conmigo. No pude protegerla.
-¡Draco Lucius Malfoy!- Mi Padre llamó. -Largo de aquí- dijo señalando las escaleras. Imposiblemente me había mandado a mi habitación, al menos tendría un momento a solas.
Dos horas más tarde mi Madre entró al cuarto.
-Draco cariño- dijo sentándose junto a mi. Estaba recostado en la cama sólo que le daba la espalda. No quería que ni ella me viera llorar.
-Debí quedarme- dije.
-¿Con quién?- preguntó acariciando mi hombro tratando de consolarme.
-Con Aubry, ahora no sé si esté viva- contesté. El silencio se hizo presente de ambas partes. -Yo.... Creo que la amo- confesé asustado.
-Vamos Draco, no pierdas la esperanza. Sé que es una chica fuerte, y si ella también te quiere te tendrá en mente, cosa que la hará luchar hasta el último segundo.
-Es raro que hables de esperanza en tiempos tan difíciles- comenté algo frío, molesto más que nada.
-Lo sé, pero ¿qué crees que me mantiene firme y apoyando a tu Padre?- finalizó y luego escuché la puerta cerrarse tras de mí.
Esta era la clase de conversaciones que mi Madre y yo sólo teníamos a escondidas de mi Padre. No éramos tan sentimentales a excepción de unas pocas veces.
Los días pasaron y el silencio se hizo presente.
Teníamos reuniones por las tardes con Él y siempre nos sentábamos en silencio a ver cómo torturaba a todo aquel que le fallara, haciéndome sentir más miedo.
Un día me encontraba en mi habitación en silencio. Más tarde bajé a la sala, me sentía ligeramente más tranquilo aunque cada vez que la recordaba mi corazón latía con fuerza.
Me encontré con que el Señor Tenebroso hablaba con mi Padre.
-Draco- sonrío con malicia al verme. -Hablaba con Lucius sobre algo que te alegrará saber- camino hacia mi. -Necesito que hagas otra tarea por mi- estiró su mano entregándome mi varita la cual me había quitado días antes cuando me descontrolé.
La tomé y me quedé inmóvil. Esperaba no tener que matar a nadie más.
-Encontramos a tu novia viva- se burló. -Tu tarea es convencerla de unirse a nosotros y NO puedes fallar- finalizó y se fue.
Me quedé en silencio analizando sus palabras.
-No vayas a arruinarlo todo. El Señor Tenebroso decidió perdonar tu fracaso- habló mi padre. -Trae a esa chica, tu novia y....
-¡No le haré esto!- inquirí molesto. Podía notar su tono de asco al hablarme y eso me enojaba.
-Me importa un carajo solo tráela- me empujó y se fue.
Mi mente se encontraba confundida. Estaba molesto y alegre de saber que seguía con vida.
Más tarde me preparé para salir esa misma noche a buscarla, sabía en donde podría encontrarse.
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La Sangre De Un Mortífago {Draco Malfoy}
FanfictionEn su sexto año a Draco se le es encomendada una tarea de suma importancia y dificultad. Las cosas se complican aún más cuando conoce a una chica que aparentemente lo distrae, pero todo está apunto de acabar. La historia que nace de ellos implica má...