La Sangre De Un Mortífago {Draco Malfoy}

*Capítulo 17: Baile

/Draco Malfoy/

Al día siguiente al despertar contemplé que probablemente esa había sido la única noche en la que no tuve pesadillas, y todo gracias a ella.

Me sentía alegre a pesar de las circunstancias.

El invierno se acercaba, por lo que las vacaciones también lo hacían.

Le había propuesto a Aubry que visitáramos a mi Madre la mitad de los días y luego a los sus Padres la otra mitad. Ella aceptó sin excusas. Aunque pensándolo bien me atemorizaba lo que mi familia pudiera decir al respecto.

En todo Hogwarts habían rumores de que Slughorn organizaría una fiesta para despedirnos y las invitaciones llegarían en lechuzas en los próximos días.

Pero pasó incluso una semana y a mí no me había llegado nada.

La fiesta era ya el viernes próximo y realmente quería ir pero no estaba considerada mi presencia. Algunos chicos de Slytherin e incluso Aubry si tenían invitación. Mentí diciéndoles que yo también tenía la mía y que probablemente asistiría un rato porque no tenía muchas ganas.

El día había llegado y todos estaba listos y arreglados, incluso yo.

Nadie dejaba fuera de una fiesta a un Malfoy. Sin importar las consecuencias yo me presentaría.

Caminaba por ahí del tercer piso cuando uno de los profesores me encontró.

-¡Vamos chiquillo, esto no se quedará así!- dijo mientras me arrastraba con él.

Intenté zafarme un par de veces pero no pude, hasta le había dicho que estaba invitado para que me dejara en paz, pero no lo hizo.

Llegamos a donde todos estaban y me miraron asustados.

El profesor que me traía arrastrando explicó lo sucedido.

-¡Estás bien, me invité solo!- confesé después de tanto alboroto.

Todos me miraron de tan diferentes formas pero no me importó, a excepción de Aubry. Quien llegó de inmediato frente a mí, su mirada reflejaba enojo, algo que no había visto en ella nunca.

-Yo lo escoltaré- dijo Snape y me empujó a las afueras del lugar. Sabía que quería hablar conmigo, o más bien gritarme y así fue.

En cuanto estuvimos lo suficientemente lejos me arrojó contra la pared.

-¿Qué has hecho a la chica Draco?- mencionó refiriéndose a Katye Bell a quien le había caído la maldición del collar por error.

-Tal vez hechicé a la chica, tal vez no- dije.

-¡Yo juré protegerte, no vayas a arruinar las cosas!- inquirió molesto empujándome una vez más.

-Fui elegido yo, no te necesito y no voy a fallar- espeté alejándolo de mi.

-Tienes miedo, y yo puedo ayudarte.

-NO, ¡este es mi momento!- finalicé y me fui caminando más que furioso.

Entré a la Sala Común de Slytherin, y para mi sorpresa ahí me esperaba Aubry.

-Deberías estar en la fiesta- gruñí.

-No, aquí es donde quiero estar, la fiesta es solo una tontería y acepte ir porque creí que tú lo harías.

-Vaya escena que monté ¿no?

-Draco...- se acercó lentamente. -No me importa lo que los otros digan, el único que me importa eres tú- acarició mi mejilla haciendo que me relajara por completo.

-Creí que estabas enojada, al menos eso parecía.

-Lo estaba si, pero no contigo sino con todos los demás por no dejarte entrar, por tratarte como lo hacen y después quejarse de lo malo que eres sin siquiera darse cuenta que ellos lo ocasionan.

-Yo solo quería bailar- confesé.

-Entonces hagámoslo- sonrío y tomó mi mano.

Tomé su palabra y la acerqué a mi tomándola por la cintura. Posó su cabeza en mi hombro y comenzamos a balancearnos sin importar que lo hacíamos al ritmo de la lluvia que comenzaba a caer.