Capítulo 8: Egos

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/Aubry Illuminot/

En la mañana siguiente noté que Draco me miraba de lejos, segundos más tarde sus amigos voltearon como un montón de avestruces girando su cuello.

Reí por el hecho de que fueron súper obvios.

Seguí mi camino sola hacia el gran comedor y tomé asiento junto a mis amigas.

-¿Puedo?- preguntó Draco llegando frente a mí, en un lugar que no estaba ocupado.

Miré sus ojos grises y asentí.

Ambos comimos en silencio, algo incómodo a decir verdad, lo único que hacíamos era lanzarnos miradas y ligeras sonrisas. Ignorando por completo el hecho de que mis amigas se encontraban atentas a nuestros movimientos.

-¡Ya sé quién eres y por qué mis Padres se llevan tan bien con los tuyos!- soltó emocionado cuando terminamos de comer. -No sé cómo no me di cuenta antes, eres una Illuminot, de las familias con más sangre pura, con uno de los mejores linajes que hay- sonrió de una manera algo coqueta. -Igual que yo- guiñó su ojo para finalizar.

-Olvidaste mencionar que mi riqueza es mayor a la tuya- alardee para molestar un poco.

-Mentira, ganamos los Malfoy aunque sea por poco- una vez más sus aires de grandeza estuvieron presentes.

-Cierto, pero yo soy más bonita que tú- recalqué. Básicamente esto se había convertido en una guerra de egos.

-Okay Okay, eres linda, lo admito, pero admite que yo soy el más galán de todo Hogwarts, el rey.

-Mmm....

Mire a mi alrededor fingiendo que buscaba a alguien más lindo que él, pero era obvio que no lo había.

-Creo que tienes razón- guiñé un ojo y me retiré dejándolo confundido como él lo había hecho un día anterior conmigo.

Disfrutaba eso de hablar con Malfoy, antes no me había atrevido a acercarme, habían rumores de cientos de chicas que andaban tras de él y de lo muy mala persona que era con ellas y con todos en general. Pero estaba segura de que todo era mentira por cómo se comportaba conmigo.

Ahora oficialmente yo me sumaba a la lista de chicas que lo deseaban, pero tenía una gran ventaja y sabía que lo ganaría como a un trofeo. A decir verdad yo no podría perder jamás.

/Draco Malfoy/

-¿Entonces te rechazó?- preguntó Pansy al verme volver con ellos.

-No, de hecho creo que coqueteamos un poco- me encogí de hombros pues no estaba muy seguro de lo que había pasado.

-Eso es Draco, mantenla a tus pies- rugió Blaise.

El resto del día la pasamos en clases de un lado al otro hasta que dieron las seis. Caminé hacia la Sala de Menesteres, no me daría por vencido, tenía una tarea y sólo una. Mi Padre confiaba en mí y no le fallaría en lo absoluto.

Una manzana fue lo que puse dentro del armario, esperaba que funcionara.

Lo cerré. Dije unas palabras y lo volví a abrir.

Nada. Simplemente no había ocurrido nada.

Di un portazo y me alejé del lugar molesto. Este trabajo era una tortura.

Rápidamente bajé a la biblioteca topándome con Hermione. Me miraba incrédula. Intenté pasar de largo pero no soporté quedarme callado.

-¿Qué miras sangre sucia?- pregunté molesto.

Ella sólo gruñó y se alejó.

Tenía que buscar algo que me ayudara a resolver el rompecabezas, ¿qué era lo que faltaba para arreglar ese estúpido mueble?

Tomé un montón de libros de hechizos, algo tenía que servir, pero no fue así. Debía pensar en algo más, o sería mi fin.

¿Cómo dejaría entrar a más Mortífagos sin que nadie lo notara, o peor aún, cómo mataría a Dumbledore sin que sospecharan o supieran que fui yo?

La Sangre De Un Mortífago {Draco Malfoy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora