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12 de junio 2015.

Narra Delfina:

Nos encontrábamos en el avión que nos llevaba rumbo a La Serena, lugar en donde mañana se disputaba el primer partido de la Selección Argentina en la Copa. 

Esta vez me tocó compartir asiento con el Pipita Higuaín y Ángel Di Maria, con los cuales tenía bastante confianza ya que los conozco hace años, y eran de los del grupo de más amigos de mi hermano, se podría decir. 

Gracias a que no dejamos de hablar ni un segundo, el viaje pasó rápido y ya nos encontrábamos aterrizando. Un gran número de simpatizantes argentinos se encontraba esperando al plantel en el aeropuerto. Los chicos se tomaron unos minutos para sacarse fotos y firmarle autógrafos a quienes allí se encontraban para alentarlos en el partido de mañana. 

Yo, por mi parte, me quedé al lado de uno de los guardaespaldas, mirando como mis amigos interactuaban con los fanáticos. Son un grupo muy lindo y estoy muy feliz de poder ser parte de él.

-¿Y vos, no te sacas fotos?- Una voz me sacó de mis pensamientos. Sonreí al ver al cordobés llegando a mi lado.

-No, yo no soy la estrella acá- Sonreí.

-Que perfil bajo resultaste ser- Me devolvió la sonrisa.

-Si, mi hermano es el famoso, yo solamente soy una adolescente a punto de terminar la secundaria.

-Que lindo, ojalá yo pudiera volver a la escuela. Fueron años hermosos- Asintió con nostalgia. 

-Sos famoso y vivís en Italia, ¿me estás jodiendo? como si estos años no estuvieran siendo los mejores de tu vida.

-Si, lo son, pero qué se yo, Córdoba se extraña bastante.

-Me imagino- Di por finalizada la conversación ya que los demás chicos se hacían presentes a nuestro lado, y nos encaminamos rumbo al colectivo que nos llevaría al hotel.

Mi hermano se situó a mi lado mientras caminábamos y me rodeó mis hombros con su brazo derecho. 

-¿Qué hablaban con Paulito?- Dijo de buena manera, pero pude notar un poco de celos en su voz. Sonreí. Mi hermano es el mejor del mundo. Literalmente.

-De todo un poco- Dije simplemente. 

(...)

Llegamos al hotel y nos esperaban con el almuerzo listo. Los chicos luego de almorzar algo liviano fueron al complejo que tenía preparado la Selección para poder entrenar para el partido que se disputaba mañana. Yo, por mi parte, decidí subir a mi habitación para poder darme un baño y luego dormir un poco. 

Los chicos entrenaban toda la tarde hoy, así que voy a poder descansar tranquila. Sin que ninguno me moleste, o me saque fotos. Malditos.

Al salir de la bañera, me puse el pijama y me sequé un poco el pelo con una toalla. Luego tomé mi celular y me acosté en la cama de dos plazas, que por cierto, era muy cómoda. 

Revisé un poco mis redes sociales, respondí algunos Whatsapps del grupo de mis amigos, algunos de mi mamá, y cerré los ojos para poder dormirme. Y eso hice. 

Narra Paulo:

Camino al complejo en donde entrenábamos, me senté al lado del Kun. Mala idea me parece; Delfi días atrás cuando estábamos al lado del la piscina del hotel, me advirtió que  Sergio era uno de los que más disfrutaba de hacer bromas y molestar a los demás.

-¿Por qué me miras con desconfianza?- Se hizo el ofendido el Kun. 

-Porque ya me advirtieron que sos de hacer muchas bromas- Le respondí.

-Ah, ¿en serio? ¿quién me buchoneó así?

-Delfi- 

-Y claro... quién si no. Que pendeja- Entrecerró los ojos. 

-Tuvo compasión de mi, nada más, antes de que yo sea tu objeto de burla- Me reí.

-Conmigo nunca tuvo compasión, es terrible cuando quiere. Parece que le caíste bien a la enana- Me respondió él.

-Parece. Mejor así. Ella también me cae bien- Le dije. Empezó a bajar y subir las cejas rápidamente y me sonrojé.

-Yo te jodo porque ya soy así... pero Delfi es como mi hermana, así que ojo pendejo- Me respondió serio. Yo asentí.

-Somos amigos- Le respondí en mi defensa. Aunque ni eso, solamente somos dos conocidos.

-Amigos que salen a almorzar juntos- Respondió rápidamente él.

-Si, ¿vos nunca saliste a almorzar con ella?- Le pregunté confundido.

-Si, pero yo la conozco desde hace más de diez años. No hace dos días- Se burló.

-¿Posta la conocés hace tanto tiempo?- Le pregunté sorprendido.

-Si, cuando digo que es como mi hermana, lo digo en serio. Soy uno más de los Messi ya a esta altura del partido.

Asentí con la cabeza en forma de "te escuché pero no sé que responder" y él cambió de tema. 

-¿Estás nervioso por el partido de mañana?

Y el resto del transcurso del viaje nos la pasamos hablando de la Selección, del partido de mañana y de lo lindo que era poder vivir todo esto.

Mañana iba a estar en el banco de suplente, pero el entrenador me dijo que probablemente entre en el segundo tiempo. Una mezcla de nervios y felicidad recorrió todo mi cuerpo. ¿Y si no me sale jugar bien? ¿Y si hago todo mal? ¿Y si decepciono a todos?

Vivir todo esto es un sueño es realidad, solo espero que no se transforme en una pesadilla culpa de los nervios.

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Muuuchas gracias a @messiftscocco por las portadas tanto de esta como de la otra novela! :)


No deberíamos. {Paulo Dybala}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora