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Narra Paulo: 

Al llegar al hotel nos dijeron como iban a estar organizadas nuestras habitaciones. El Tata fue diciendo los nombres de quien compartía habitación con quien. A mi me tocó compartirla con Fernando Gago. No me molesta tener que compartir habitación con él, parece un chico muy tranquilo y bueno. 

Reí al ver como el Kun y Messi parecían dos nenes cuando se enteraron que iban a compartir habitación. Estoy seguro de que nuestra estadía acá no va a terminar sin que ellos rompan algo. 

Cada uno de nosotros se dirigió a sus respectivas habitaciones. Mientras dejaba mi valija en el suelo y me acostaba en la que iba a ser mi cama por el próximo mes, Fernando comenzó a hablar conmigo.

-¿Como estás? ¿Nervioso?- Dijo mientras se acostaba en su cama también.

-Un poco- Admití- Todo esto es un sueño.

Él asintió.

-Paulo, si te sentís incómodo en algún momento este mes no dudes en decírmelo... Entiendo lo que se siente ser el nuevo en un equipo por eso no dudes en contar conmigo para lo que necesites.

-Muchas gracias Fer- Le agradecí sonriente.

(...)

A eso de las tres de la tarde nos reunimos todo el equipo en el lobby del hotel, el director técnico quiso hacer una reunión con nosotros para hablar sobre los partidos, los entrenamientos, la convivencia, en fin, sobre la Copa América.

Nuestro primer partido es en cinco días contra Paraguay. 

-Ah, y otra cosa, ustedes van a poder salir del hotel cuando quieran pero no tienen que volver muy tarde. Empiezan a entrenar mañana.

Cuando él terminó de hablar todos asentimos y algunos de los chicos tenían una que otra duda que le consultaron y luego de eso cada uno volvió a su habitación.

Fernando y yo nos pusimos a hablar un poco de nuestras vidas; me contó acerca de su esposa y su hijo, también que en dos meses nace su hija y se va a llamar Antonella. Justo en este momento ese nombre no quiero escucharlo para nada.

(...)

A las 20.30 mi compañero de habitación y yo llegamos juntos al comedor en donde nos sentamos en una mesa con Lionel, el Kun, Ezequiel, Gonzalo y Di Maria. 

-Te apuesto lo que quieras- Le decía el Pocho Lavezzi a el Kun Agüero cuando llegamos a la mesa.

-No, apostar es yeta- Le respondió Sergio.

-Vos serás yeta. Dale, apostemos.

-¿Que mierda queres apostar?- Dijo Sergio, un poco alterado. 

A todo esto, los demás presentes escuchábamos su conversación mientras esperábamos que la cena esté lista. Yo, por mi parte, no entiendo de que hablan.

-Tu casa- Dijo Ezequiel como si de un caramelo estuvieran hablando.

-¡No!-

-Uh bueno, eh, tu auto- 

-No, Pocho.

-Tu muj... No nada. ¿Doscientos pesos?

-Cien.

-Ciento cincuenta.

-Bueno.

-¿Se puede saber que apostaron?- Dijo "pintita".

-Le dije a Sergio que el sábado hace un gol y él dice que no. Si llega a hacer uno yo me gano ciento cincuenta pesos.

-¿Tanto quilombo para eso?- Se quejó Fernando.

No deberíamos. {Paulo Dybala}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora