10.

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Narra Delfina:

-Igual no me gusta nadie- Aclaré. El Kun y el Pocho soltaron una carcajada.

Los odio.

-¿Y estos dos de qué se ríen? ¿Saben algo que yo no sé?- Preguntó mi hermano mayor.

-No Leo, no les hagas caso- Le respondí. Todos estaban atentos a nuestra conversación. 

A estos pibes les gustan más los chusmerios que a mí el chocolate, imagínense.

-Ya te dije Leo, a tu hermana le gusto yo- Dijo el Pocho. 

-Si, obvio, bombón- Le respondí yo en tono de broma. Mi hermano se ponía serio en momentos así y yo disfrutaba mucho la situación. Que mala hermana soy a veces.

Narra Paulo:

A veces no nos damos cuenta de algunos sentimientos, o como quieran llamarlo, hasta que el subconsciente nos juega una mala pasada. Hasta que producto de un comentario sentimos un calor que nos recorre todo el cuerpo; no sé como lo llaman ustedes, pero muchos lo llaman celos. 

Al escuchar a Ezequiel y Delfina hablar de esa manera, noté que entre ellos algo pasa. Ella me dijo que eran sólo amigos, pero supongo que eso le dicen a todos. Todo el mundo les creen, pero ellos no los vieron durmiendo juntos, y abrazados, de la manera en que los vi yo. 

El entrenador nos dijo que volviéramos a correr, tres vueltas a la cancha. Fernando comenzó a correr al lado mío y lo único que me dijo fue: -No te hagas la cabeza, son amigos. 

A veces me asusta que en tan poco tiempo pueda haber llegado a conocerme tanto. 

-No me estoy haciendo la cabeza...- Le respondí. 

-¿Ah no? Entonces me pareció a mí nada más que desde que el Pocho le respondió eso a Leo estás raro, y no prestas ni atención a lo que te decimos. Perdón, mala mía.

-Bueno, puede ser que tengas un poco de razón. Pero ellos no son amigos posta, deben ser amigos con derecho, si es que no son algo más- Le respondí yo mientras corría, pero bajando un poco la voz. 

-Nah, no creo. En todo este tiempo que los conozco jamás los vi haciendo nada raro.

Que hago, ¿le cuento o no le cuento, le cuento o no le cuento?

-Yo si- Respondí después de pensar un poco. 

-¿Vos si qué?- Dijo Fernando con un poco de confusión.

-Yo si los vi. Durmiendo juntos, hoy a la mañana.

-¿¡QUÉ!?- Gritó Fernando, sorprendido. Algunos se giraron a vernos- ¿Posta me decís?

-Si, boludo. Pero no digas nada, ellos no saben que yo los vi.

-No digo nada nene, quedate tranquilo vos. Igual fijate, porque capaz que viste algo que nada que ver con lo que estás pensando.

(...)

Narra Delfina: 

Ya estábamos en el hotel, luego del entrenamiento de los chicos. Me dirigí a mi habitación, y minutos después llegó el Pocho con una gran sonrisa burlona en su cara.

-Boluda, ¿vos te diste cuenta?- Dijo mientras se acostaba en mi cama. 

-¿De qué?- Pregunté confundida mientras me sentaba en un sillón que había en la pieza. 

-De la cara que puso Paulo cuando empezamos a joder nosotros hoy.

-Nada que ver- le respondí alargando las "r"- no flashes Pochito. 

-No estoy flasheando, preguntale al Kun, él también se dio cuenta.

-Uh bue, pero entre creerte a vos y creerle al Kun no se cual me conviene más- Dije riendo. 

-Ah que forra que sos- Me miró ofendido- Ya vas a venir a pedirme consejos sobre que hacer con tu nuevo amor. 

-Que decís si jamás te pedí consejos amorosos a vos, nene- Le respondí. 

-Porque sabes que si te veo llorar por un pibe soy capaz de cagarlo a trompadas.

Así es nuestra amistad con el Pocho, y es similar a mi amistad con el Kun. Pueden joderme todo el día, puede ser que a veces (siempre) me den ganas de matarlos, pero no me puedo quejar de nada porque cada vez que necesité algo ellos estaban ahí firmes al pie del cañón.

-Ay no te vas a poner a llorar ahora, me cago de risa- Dijo él sacándome de mis pensamientos.

(...)

Más tarde bajamos al comedor a buscar algo para tomar, justo da la casualidad que están algunos de los chicos mirando televisión y nos ven bajar juntos. Un segundo de tranquilidad pido, nada más.

-Están mucho tiempo juntos ustedes dos, ¿me están dejando afuera de esta amistad?- Dijo el Kun haciéndose ofendido. 

Ezequiel y yo nos miramos y luego miramos a Sergio, para luego responder un "si" al unísono. 

-Bue igual ni los quiero- Dijo y volvió a centrar su mirada en la televisión.

Así son mis días con los chicos, todo es peleas en broma y diversión. Y yo, no puedo ser más feliz. 

Bueno, en realidad si puedo, hay un temita que no deja de hacer eco en mi cabeza. Y ese "temita" tiene nombre y apellido. Creo que a esta altura ya lo saben, ¿no?


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Bueno... volví *la matan*, perdón perdón perdón por haberlas dejado tanto tiempo! Hace poco me di cuenta de que mi gran escape es escribir y que amo hacerlo. No sé si a ustedes les gustará o no la forma en que lo hago pero me siento bien escribiendo esta novela. 

Bueno nada, eso. Gracias y perdón! :)

No deberíamos. {Paulo Dybala}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora