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3 de octubre de 2015.

Rosario, Santa Fe.

Narra Delfina. 

Las cosas en estas tres semanas que pasaron siguen igual. Siempre la misma rutina de ir al colegio, estudiar, pasar tiempo con mi mejor amiga. Mirar los partidos de los chicos cuando puedo. Los de Paulo los miro siempre y los de Lionel también.

Hablando de Lionel, las cosas ya están mejor. Me pidió perdón mil veces por todo lo que me dijo y yo lo perdoné. Es mi hermano, claramente no puedo estar mucho tiempo peleada con él. 

Ahora estoy en la cuenta regresiva de los días para viajar a Buenos Aires a ver a los chicos, ya que la Selección disputa un partido por las Eliminatorias del Mundial de Rusia 2018 contra Ecuador. Todavía no supero el Mundial 2014 y ya tengo que prepararme mentalmente para sufrir en Rusia y en las Eliminatorias. 

Pensé que iba a estar mucho más tiempo sin ver a los chicos, pero para mi suerte solo fueron cuatro semanas. Que si, es muchísimo, pero por lo menos los voy a volver a ver en tan solo unos días. Ellos en unos días llegan a Buenos Aires pero yo hasta el mismo día del partido no puedo viajar a verlos. Estoy al borde de quedar libre con las faltas en el colegio, pero por suerte falta cada vez menos para egresarme. 

Ahora mismo me encontraba hablando por Whatsapp con Paulo, quien me decía que no veía la hora de verme. Y a decir verdad yo prácticamente estaba contando los días para verlo a él, lo extrañaba muchísimo. 

(...)

8 de octubre de 2015

Al llegar a Buenos Aires, después de unos días que pasaron muy lento, con mis papás nos dirigimos al hotel, pero yo estuve solo diez minutos para dejar mis cosas y ponerme la camiseta de la Selección para luego irme al hotel en donde estaban los chicos.

-Nos vemos en el partido- Saludé a mis papás antes de que las puertas del ascensor se cerraran.

Tardé unos veinte minutos en llegar al hotel del seleccionado y en la puerta del mismo noté como había hinchas esperando por ver a alguno de los chicos. Uno de los de seguridad que estaba siempre con la Selección me reconoció y me dejó pasar. 

-Gracias- Le sonreí para luego mirar hacia adelante en donde estaba uno de mis mejores amigos.

-Pocho- Lo abracé- Te extrañé. 

-Siempre me decís lo mismo- Dijo él negando con la cabeza. 

-Y bueno, encima que te lo digo- Me quejé- ¿Los demás?

-Algunos en las habitaciones, otros jugando a la play- Me dijoy yo me quedé mirándolo, él rió- Paulo, tu hermano y el Kun está jugando a la play en una de las habitaciones.

-¿Me acompañás?- Le pregunté, el asintió. 

Subimos al ascensor y él marcó el piso cinco. 

-Foto en el espejo- Le dije a mi amigo y automáticamente sonrió mientras yo con mi celular sacaba la foto. 

-Pasamela- Rió.

El Pocho tocó dos veces la puerta de la habitación número 521 y del otro lado se sintió la voz de mi novio.

-¿Quién es?

No deberíamos. {Paulo Dybala}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora