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11 de junio 2015.

Narra Delfina:

-Dale pelotuda bajá más rápido- Me decía Sergio quien venía corriendo atrás mío en las escaleras.

-Bueno pará no me apures negro.

La razón por la cuál Sergio estaba tan apurado es porque comenzaba la Copa América y todos nos íbamos a reunir en la sala del hotel para ver el primer partido de la misma. El local era quien jugaba, y Ecuador era su rival.

-Espero que no me hayan ocupado MI lugar porque va a ser tu culpa- Dijo caminando rápidamente por el pasillo.

-¿Tu lugar?- Pregunté confundida.

-Adelante del televisor, negri- Respondió bromeando.

Al llegar a la sala del hotel notamos que ya estaban casi todos allí, faltaban algunos chicos que supongo que ya estaban llegando.

-¿En donde estaban ustedes dos juntos?- Preguntó Romero. Todos saben que entre el Kun y yo nunca jamás iba a pasar nada, pero Leo igualmente se molestaba cuando alguien me cargaba con alguno de sus amigos. En realidad, con cualquier chico, sea su amigo o no.

-En mi pieza- Respondí yo simplemente mientras me sentaba, al lado de Fernando quien me sonreía. Todos automáticamente miraron a mi hermano quien entrecerró sus ojos pero no sacaba la vista del televisor.

-Uh, que golpe bajo, Leo- Dijo bromeando Javier.

-Que yo me entere que le tocó UN pelo y le bajo los dientes de una piña al negro este- Respondió mi hermano. Los chicos que todavía no estaban, se hicieron presentes en el lugar y mientras se sentaban, prestaban atención a nuestra conversación.

-Que decís Lionel, si sabes que el Kun es como un hermano más- Dije.

-Si, mal. Además antes de tocar a esta negra prefiero cortarme un brazo- Dijo Sergio.

-Y además están los códigos, Kun- Respondió el Pocho.

-Si, no estaría con la hermana menor de mi mejor amigo, chicos- Dijo el Kun como si fuera una obviedad.

-Lo digo por mí igual, Delfina es mía- Respondió el Pocho para hacer molestar a mi hermano.

-Callate Ezequiel haceme el favor- Le dijo "la Pulga". Sentí una risa proveniente de mi izquierda y noté que era de Paulo Dybala, quien había llegado en medio de la conversación. Le sonreí al ver que se había sentado a mi lado.

Así que, me encontraba sentada entre Paulo y Fernando. Creo que soy la envidia de más de una adolescente argentina.

-Bueno ahora se callan todos porque empieza la apertura- Dijo el Tata finalizando con la "discusión". No tengo idea desde cuando él está acá, les juro que no había notado su presencia.

La tan esperada apertura duró más o menos media hora. A algunos nos gustó, a otros no tanto. A Fernando, por ejemplo, creo que no le gustó mucho porque apenas habían pasado cinco minutos y él ya había apoyado su cabeza en mi hombro en señal de aburrimiento.

-Creo que se durmió- Le hablé al chico que se encontraba a mi izquierda. El mismo rió a ver a Fernando así.

-Parece que si. Igual, despertalo porque el partido no creo que se lo quiera perder- Me miró.

-Ay no, pobre. Si lo despierto me va a odiar. Despertalo vos- Le dije.

-Ah, claro, y que me odie a mi, ¿no?- Rió el cordobés negando con la cabeza.

-Y bueno, pero yo soy la nena del plantel- Dije con voz inocente- A mi no me pueden odiar.

-Caprichosa- Se burló él.

-Obvio- Le respondí yo guiñándole un ojo.

Para despertar a Fernando, Paulo tuvo que acercarse más a mi, ya que el bello durmiente estaba a mi derecha.

-Fer, empieza el partido- Lo movió un poco Paulo. El jugador de Boca no se despertó.

-Bueno pero si lo vas a intentar despertar con esas ganas mejor dejalo así- Me reí.

-Ah te haces la piola, despertalo vos a ver si podes- Me miró entrecerrando sus ojos.

-No me subestimes... mirá y aprendé- Miré a Fernando durmiendo tan tranquilo y me daba pena despertarlo, pero bueno, me da más pena que se pierda el partido que él seguramente va a querer ver.- FERNANDO DESPERTATE- Le grité en el oído. Él pegó un salto inmediatamente, asustado, al mismo tiempo que todos sacaban su vista del televisor y nos miraban.

-¡ME ASUSTASTE BOLUDA!- Me gritó Fer. Capaz se enojó en serio. Igual yo me fui un poco al carajo, cómo le voy a gritar así si estaba durmiendo.

Me quedé callada, por las dudas de que en serio esté enojado.

-Perdón enana no te quise gritar, pero me asustaste pelotuda- Dijo al mismo tiempo que me abrazaba.

Volvió todo a la normalidad.

-Perdoname vos, yo no te quise asustar- Dije mientras le correspondía el abrazo.

El partido comenzó un par de minutos después y verlo con los chicos era simplemente único. Estaban los que hablaban de las tácticas, los que no acotaban una palabra y no sacaban la vista del televisor, los que se ponían a joder a sus compañeros (imagínense quienes pueden llegar a ser...), los que gritaban como si fueran chilenos o ecuatorianos. En fin, todos miraban el partido a su manera.

No pude evitar fijar mi mirada en el cordobés que tenía a mi lado, él no sacaba la vista del televisor y no acotaba una palabra. Que lindo pibe, por favor. Y qué ojazos verdes tiene.

Él debe haber sentido mi mirada sobre él y volteó a verme, pero yo rápidamente miré el televisor y me hacía la concentrada en el partido mientras mis mejillas se tornaban de un color rojizo, vi que el sonrió un poco y volvió a concentrarse en Chile- Ecuador, en el cual los locales iban ganando por 1 a 0.

No deberíamos. {Paulo Dybala}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora