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-Che, ahora que me pongo a pensar, ¿no tendrías que estar en la escuela vos?- Me preguntó el Kun.

-Son solo dos semanas que me pierdo, las otras dos son vacaciones de invierno. ¿Yo te puedo hacer una pregunta?- Le pregunté a mi amigo quien asintió- ¿Vas a estar las dos horas de viaje hablándome?

-Si, ¿por qué? ¿querés hablar con alguien más? 

-No, ¿con quien voy a querer hablar?- Dije confundida.

-¿Con alguien que te regala chicolates?

Sentí la risa de Paulo y yo solo negué con la cabeza.

Minutos después Paulo y Sergio estaban muy entretenidos hablando sobre todo un poco, pero principalmente sobre fútbol como era de esperarse. Mientras tanto yo solo escuchaba. 

Esas dos horas de viaje pasaron relativamente rápido y ahora nos estamos dirigiendo al hotel en un colectivo con los colores de la bandera Argentina, el mismo que los chicos usaban para transportarse en el Mundial Brasil 2014, solo que ahora tenía escrito "Copa América" en vez de "Mundial". Que recuerdos. 

Esta vez me senté con mi hermano quien me dijo que siente mucha presión sobre sus hombros, como todos los años.

Al perder la final del Mundial él quedó destrozado. Todos lo estábamos, pero a él le quedó algo así como un cargo de consciencia, estaba convencido de él que tenía la culpa de esa final perdida aunque claramente no era así.

Odio verlo a punto de llorar cuando recibe críticas como "Sin Messi la Selección estaría mejor", "Messi no siente la camiseta", "Messi es un pecho frío" porque nadie de esas personas conoce realmente a mi hermano.

Nadie puede negar el talento que tiene mi hermano para jugar, y no lo digo porque sea mi hermano, lo digo porque realmente es muy talentoso. Por algo es considerado el mejor del mundo...

Espero que esta vez se le de la oportunidad de ganar una final. En realidad, espero que todos lleguemos a la final y podamos ganarla porque no soportaría tener ese sabor amargo de "estuvimos cerca pero no pudimos lograrlo" tal como pasó el año pasado.

-¿Cómo te cayó Paulo?- Me dijo mi hermano sacando un tema de conversación. 

-Bien, no hablé mucho con él pero me regaló un chocolate- Dije y mi hermano alzó una ceja. 

-Ah que lindo- Dijo y yo reí. 

-No seas celoso. Me dio un chocolate porque Sergio no me quería dar el suyo. 

(...)

Al llegar al hotel nos sentamos todos en el lobby mientras esperábamos que Martino firmara unos papeles. El Tata dijo que solo íbamos a estar nosotros en este hotel por un tema de seguridad. Que se yo, cosas del cuerpo técnico supongo. 

-Te está mirando- Dijo Lionel luego de inspeccionar el lobby con la mirada.

-¿Quién?

-El sillón, boluda, el sillón te mira- Dijo mi hermano con sarcasmo- Paulo, ¿quién va a ser? 

-No Leo, estás flasheando ya- Dije burlándome de él. Si, mi hermano es celoso. Y si, exagera todo- ¿Por qué no la llamas a Anto y le avisas que llegaste?

El asintió y fue a llamar a su novia mientras yo, le mandaba un mensaje a mi mamá para avisarle que habíamos llegado bien. 

-Bueno chicos como ya sabían las habitaciones van a ser compartidas, a cada uno ya le fue designado su compañero. Delfi vos tenes una habitación para vos sola y Javier vos también porque quedan impares- Dijo el Tata y todos asentimos.

El Kun y mi hermano parecían dos nenes chiquitos cuando se enteraron que su habitación era la misma. Van a destruir el hotel estos dos. 

Yo fui a mi habitación para poder descansar un poco. Abrí mi mochila para tomar el cargador de mi celular y vi el chocolate que Paulo me regaló. Sonreí inconscientemente. Saqué el chocolate y lo coloqué en la mesa de luz para comerlo después.

Paulo parece un buen chico, espero que pueda adaptarse pronto. Aunque seguro que si lo va a hacer, los chicos son muy buenas personas, van a integrarlo rápidamente, estoy segura. 

Miré la hora en mi reloj y eran las tres de la tarde, por lo que decidí dormir un rato ya que los chicos iban a tener una reunión el director técnico para hablar sobre los partidos, los entrenamientos, y todo eso.

(...)

Al despertarme lo primero que hice fue ver levantarme para darme un baño y después bajar a ver que hacen los chicos. Les apuesto lo que quieran que están jugando al truco. 

No tardé más de veinte minutos en la ducha, me cambié y luego fui hacia el lobby del hotel. Qué raro, no estaban. Fruncí el ceño y le pregunté a una de las encargadas si sabía en donde estaban los chicos, me dijo que en el comedor ya que pronto servirían la cena.

¿La cena?

Me dirigí hacia el comedor del hotel, y si, estaban todos ahí. 

-¡Por fin te despertaste!- Dijo mi hermano mientras yo me sentaba a su lado. 

-¿Que hora es?- Pregunté.

-Las nueve de la noche- Me respondió el Pipita.

-Jodeme que dormí seis horas de siesta- Dije y todos asintieron- Me voy al carajo- Reí- ¿Y? ¿Que onda? ¿Cuando empiezan a entrenar?- Cambié de tema.

-Pará nena, ¿recién llegamos y vos ya querés que entrenemos?

-Sergio, juegan en menos de cinco días, o entrenan o los hago entrenar ¿estamos?- Dije.

-Si mamá.

No me había percatado que el chico nuevo se encontraba en la mesa con nosotros; se estaba riendo de lo que Sergio y yo decíamos. Que linda sonrisa tiene.

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Hola, hola! ¿Como están? Gracias por leer mi novela, espero que les esté gustando :)




No deberíamos. {Paulo Dybala}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora