88.

4.3K 301 31
                                    

Con Paulo nos dirigimos a la clínica, siendo cuidadosos de que nadie nos vea entrar ni salir. No queríamos que los medios empezaran con los rumores, preferíamos esperar a contarles primero a nuestros seres queridos. 

El médico nos atendió apenas llegamos, supongo que esa es una de las ventajas de Paulo al ser quien es. La verdad es que no nos molestaba esperar, pero el médico insistió por lo que pasamos al consultorio. 

No entendí mucho lo que decían, ya que hablaban en italiano,  por lo que Paulo era el traductor entre el médico y yo. Después de intercambiar unas palabras entre ellos, Paulo me miró y me dijo que me acueste en la camilla que tenía a mi lado. 

Me levanté la remera y el italiano me puso un gel, que estaba bastante frío. Ahora entiendo cuando Anto se quejaba de eso en la ecografía a la cuál yo la había acompañado. Paulo y el médico miraban a la pantalla que estaba a nuestro lado mientras hablaban en italiano y yo seguía sin entender nada. 

No sentí los latidos del bebé, por lo que me preocupé. O no estoy embarazada o algo pasa.

-Paulo, ¿que pasa?

-Nada mi amor, ¿por qué?- me sonrió, noté que sus ojos estaban brillosos. Mi amor, estaba emocionado. 

-¿Y los latidos del corazón?- le pregunté. El intercambió unas palabras en italiano otra vez  y me miró.

-Es muy chiquito todavía como para que se escuche. Estás de siete semanas. Mirá, es igual a mi- señaló la pantalla.

-Si no se ve nada, Paulo- me reí. 

Un rato más tarde después de que el médico dijera cosas que obviamente no entendí, y que le iba a tener que preguntar a Paulo después, nos dirigimos hacia el departamento otra vez. 

-Vamos a ser papás, boluda- me dijo sonriendo apenas cerró la puerta del departamento. 

-Pobre criatura.

-Callate tonta, vamos a ser re buenos padres.

-Obvio que si.

(...)

Estuve dos días más con Paulo. Él ya quería empezar a compar ropa, juguetes y todo lo necesario para un bebé, pero le dije que esperáramos un poco a que sepan nuestra familia y amigos. No da que se enteren porque lo vieron en los canales de chimentos. 

Cuando llegó el momento de volver a Barcelona, no fue tan dura la despedida porque nos íbamos a volver a ver dentro de tres semanas, en los partidos de las eliminatorias de la Copa del Mundo, la cual se va a jugar en Rusia el año que viene. 

Una vez ya en el avión me puse a pensar más en profundidad todo esto que estoy viviendo. Voy a tener un hijo. Con Paulo. No pude evitar imaginarme todo y sonreír. 

Después de una hora y media de viaje el avión aterrizó. Después de tomar mi valija, busqué con la mirada a Anto y mis sobrinos y sonreí al verlos. Me acerqué a ellos y los saludé. 

-Dios, nena, te voy a matar un día de estos- me dijo Anto cuando nos dirigíamos al auto en donde nos esperaba Leo. Ella con Mateo en brazos y yo llevando en una mano mi valija y en la otra tomaba la mano de Thiago. 

-¿Por?- reí. 

-¿Como te vas a ir de la nada? No sabés como nos asustamos. 

-Bueno... perdón- hice una mueca. 

Llegamos al auto de Leo y después de poner a los chicos en sus respectivas sillas, y de poner mi valija en el baúl, nos dirigimos hacia la casa de mi hermano. 

-Delfina, ¿sos boluda vos?- me dijo mi hermano mientras me miraba por el espejo retrovisor. 

-¿Por?- pregunté haciendome la desentendida. 

-Porque no te podés ir de la nada, sin avisar.

-Si te dejé una nota- me excusé.

-Si, y cuando la leímos ya estabas en un avión a Rusia. ¿Sos boluda? ¿Por qué te fuiste así?

-A visitar a Leo Paredes y su novia. Después estuve en Italia con Paulo.

-Y si. Si no es por tu Instagram no nos enteramos de nada- se quejó Anto pero después sonrió- ¿Y algo para contar? ¿Algún chisme que tenga que saber?- me preguntó mi cuñada. 

-Creo que no. Nada importante- le respondí. 

Me sentí mal por mentirle en la cara, pero con Paulo hablamos de que vamos a dar la noticia cuando estemos los dos juntos, por lo que todos iban a tener que esperar tres semanas más. 

Que pasen rápido estas semanas. No veo la hora de estar con Paulo, contarle a todo el mundo la verdad. No puedo ni quiero mentirle a todos. 

Además, no es algo malo lo que tenemos que contar. Es algo lindo, con Paulo estamos felices (y nerviosos) y espero que los demás reaccionen de la misma manera.

No deberíamos. {Paulo Dybala}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora