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31 de diciembre de 2016.

Rosario, Santa Fe.

Delfina:

Estos meses que pasaron siguió todo igual. Con Paulo nos veíamos bastante seguido a pesar de que él vive en Italia y yo en Barcelona. Cuando no tenia que estudiar yo viajaba, o el cuando tenía permiso y no tenía que jugar o entrenar, viajaba para verme. La estábamos llevando muy bien, por suerte.

-¿Cual te querés poner Titi?- le pregunté a mi sobrino mayor mostrándole una remera y una camisa, ambas blancas.

-Esa- señaló la camisa.

-Bien fachero, como la tía- dije.

Le puse la camisa blanca a Thiago y después hice lo mismo con Mateo, quien ya tiene un año y dos meses y es un bebé hermoso. Les saqué una foto a ambos y después guardé el celular para bajar las escaleras con ellos.

-¡Que hermosos están!- exclamó su mamá apenas los vio.

Nos encontrábamos en la casa de Leo en nuestra ciudad natal. Faltaban solo unos minutos para que todos los invitados llegaran para celebrar año nuevo todos juntos. Con "todos juntos" me refiero a mi familia, la familia de Anto, y la familia de Paulo, quienes estaban llegando de Córdoba.

Salí de la cocina para dirigirme al patio en donde ya estaba la larga mesa preparada y en la parrilla estaban Leo y mi papá haciendo el asado.

-Que linda estás- me dijo Leo apenas me vio. Me había puesto un vestido blanco suelto, no era la gran cosa tampoco.

-Gracias- le sonreí.

-¿Y tu novio?

-Debe estar por llegar.

Me encantaba la idea de poder celebrar año nuevo con mi familia y también con Paulo y su familia. Hace unos días que no lo veo porque él pasó navidad en Córdoba y yo acá. Mi cuñada decidió invitarlos para que podamos estar juntos en esta fecha, ¿ven por qué la amo?

Llegó la familia de Anto primero. Me llevaba bien con ellos aunque a veces me molestaba que mis sobrinos tengan otras tías. Soy un poco celosa con ese tema, lo tengo que admitir. Ellos acomodaban algunas cosas que trajeron en la cocina, mientras que yo miraba mi celular esperando recibir un mensaje de Paulo. Sonreí en el momento en el que sonó el timbre y fui rápidamente a abrir la puerta.

-Hola- sonreí al ver a toda la familia de Paulo ahí.

-Hola mi amor- Paulo se acercó a darme un beso. Saludé después a Dolores, Lautaro, Alicia, Romina, Gustavo, Mariano, y también estaban Nahuel y Fede quien ya son parte de la familia. Paulo los considera como hermanos, y van casi siempre juntos para todos lados.

Acompañé a Alicia y Romina a la cocina a dejar las cosas para el postre y las bebidas que habían traído, les había dicho que no traigan nada pero insistieron. Paulo nos acompañó mientras que los demás eran guiados por mi cuñada hacia el patio.

-Que linda estás- me dijo Paulo cuando nos quedamos solos en la cocina por un momento.

-¿Y vos te viste al espejo? Amo como te quedan las camisas blancas.

-Yo te amo a vos- dijo y despositó un beso en mis labios.

(...)

Unas horas más tarde mientras comíamos el postre y todos estaban metidos en sus propias conversaciones, presté atención a mi hermano y mi cuñada quienes estaban a mi izquierda, en la punta de la mesa.

-¿Les decimos ahora?- dijo Leo en voz baja, Anto asintió con una sonrisa.

Ambos se levantaron de sus sillas lo que provocó que todos los presentes les prestáramos atención.

-Bueno...- comenzó a hablar Leo- no soy muy bueno para esto, a menos que tenga un poco de alcohol en sangre.- Todos rieron.- Pero hoy les queremos agradecer con Anto- miró sonriendo a su mujer quien lo abrazó por la cintura- por estar todos acá. Es lindo poder compartir estos momentos en familia, sobre todo que nosotros los extrañamos tanto cuando estamos allá tan lejos. Gracias también a la familia de Paulo por estar acá hoy. Hoy es un día especial, es el último día del año y...

-Bueno amor, resumí- Lo interrumpió Anto provocando que todos rieran.

-Bueno, lo que les quiero decir es que Anto y yo nos vamos a casar.

Abrí mi boca por la sorpresa y mientras todos gritaban y los felicitaban yo me acerqué a abrazar a mi hermano y después a mi cuñada.

-Los felicito, los amo.

-Nosotros te amamos a vos.

Siguieron las felicitaciones para la pareja, y los más chiquitos no entendían nada por lo que se pusieron a jugar entre ellos.

Faltaban cinco minutos para las doce por lo que todos llenamos nuestras copas con champagne para brindar. Paulo me abrazó por los hombros.

-Te amo, ¿sabías?

-Yo también, mi amor- le sonreí y después junté nuestros labios.

Empezamos todos a hacer la cuenta regresiva cuando faltaban solo segundos para las doce.

-Tres.. dos... uno... ¡Feliz año nuevo!- Gritamos y de fondo de sentían los fuegos artificiales.

Paulo agarró mi rostro con ambas manos y me dio un beso, exactamente a las doce en punto. Como pasa en las películas, pero esta vez me está pasando a mí.

-Te amo tanto. Feliz año mi amor.

-Feliz año, yo te amo a vos- lo abracé por su cintura con mi brazo derecho, mientras que con mi mano izquierda sostenía la copa con el champagne para brindar. Paulo me rodeó los hombros con su brazo izquierdo y así, abrazados, comenzamos a brindar con todos los que se nos acercaban a saludarnos.

Me siento realmente feliz. Tengo todo lo que siempre quise, y más. Y no hablo de lo material, hablo de esto, de la familia. De poder pasar momentos con mi familia, con mi novio, todos juntos.

Estoy segura que se viene un gran año.

¿Y cómo no va a ser un gran año si lo empiezo de vacaciones en Ibiza con mi novio, mi hermano y algunos de mis amigos?

No deberíamos. {Paulo Dybala}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora