El peor de los escenarios

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Harry

Determinado a descubrir el gran misterio, hizo aquello que jamás creyó que haría: Espiar a Louis.

Desde que se despidieron en el restaurante, decidió que no podía esperar ni un minuto más. Dejó a Adeline en casa con la nana y con alguien de su confianza y se montó en su auto. Se estacionó cerca de la casa de Ed para esperar a que salieran. Estaba seguro de que se encontraban allí, por sus autos estacionados y porque vio a Niall abrirle la puerta al gato gordo y gris de Ed, que se había quedado afuera. 

Esperó pacientemente. Después de medianoche, comenzaba a preguntarse si realmente tendrían que salir, si no era otra de tantas mentiras incomprensible. Estaba pensando en irse, cuando vio que salieron de la casa, con ropa oscura, gafas como para cubrirse el rostro y un andar sospechoso. Si no los conociera desde hace más de una década, habría jurado que se dirigían a robar un banco.

Los siguió a distancia. Se estacionaron cerca de MM Management y permanecieron largo rato observando en el auto. Lo único que sabía de esta empresa, es que era la colosal competencia de su esposo, que habían intentado quitarles todos y cada uno de sus clientes y que no habían descansado en ponerles obstáculos para que no progresaran. Eran conservadores y les odiaban, en parte por no ser excluyentes, pero sobre todo por ser libres.

Cuando vio que los chicos se bajaron del auto, esperó a ver lo que hacían. Vio a Niall abrir una puerta y entrar, seguido de Lou y Ed. Se bajó también con la idea de que tal vez alcanzaría a ver algo. Para su sorpresa, la puerta estaba mal cerrada y el pasador no había entrado totalmente, por lo que la pudo abrir con facilidad, el último que entró no puso ningún cuidado en cerrarla bien, por suerte para él.

Cuando entró, los chicos estaban ya en la puerta del edificio, tenían una tarjeta en la mano, sacó su teléfono para verla con el zoom de la cámara y pudo ver los seis dígitos que tecleó para que se abriera. Esperó un momento y entró también. Le sorprendió un poco lo tranquilos que los veía, parecía que tenían todo muy bien planeado y eso lo preocupó, hasta hoy no sabía que fueran capaces, ni sus amigos ni él, de hacer algo como esto. Pero aquí estaban, en medio de la noche, entrando ilegalmente, a hurtadillas, buscando... ¿qué?

Esperó hasta ver que el ascensor subía al tercer piso y para no alertarlos subió por la escalera que estaba justo al lado. Cuando llegó al tercer piso, salió a un corto pasillo, dio la vuelta a la izquierda, siguiendo las voces que escuchaba. Solamente dio tres pasos porque la imagen increíble de lo que encontró lo paralizó. Alguien detrás de él le cubrió la boca con una mano para que no hiciera ruido y lo rodeó con el brazo libre, jalándolo hacia la oscuridad de la primera oficina. No intentó gritar, no intentó correr.

Ed

Cuando Ed escuchó que el elevador comenzó a abrirse su primer instinto fue apagar su lámpara y pararse junto a la puerta, listo para salir si Louis necesitaba ayuda o listo para quedarse si es que lograban despistar a quien estuviese subiendo. Pasaron dos cosas casi al mismo tiempo, escuchó a Louis decir: "¿Qué haces aquí Simon?" y vio a Harry dar unos pasos frente a su puerta, con la mirada fija en la escena increíble. 

Lo jaló hacía adentro tapándole la boca con la esperanza de que nadie más se percatara de su presencia. Lo llevó hasta la esquina más alejada de la puerta sin ninguna resistencia y se arrancó el micrófono del pecho mientras se ponía frente a él para que lo mirara, le hizo una seña de que guardara silencio y quito la mano de su boca, luego apagó el micrófono y lo metió a su bolsillo.

Harry estaba en shock.

-Harry mírame – le dijo Ed en un susurro – es muy importante que nadie te vea. Te explicaré todo pero tienes que confiar en mí.

- Está... vivo... - trató de decir Harry.

-Harry... ¡Harry! – le dijo Ed tratando de sacarlo del impacto - ¿Confías en mí?

-Sí – dijo sin fuerzas.

Ed lo tomó del brazo y se acercaron a la puerta, se asomó con cuidado y vio que Louis estaba hablando con Simon. Así que salieron gateando para que los cubrieran los escritorios y en cuanto dieron la vuelta se alejaron corriendo escaleras abajo. Lograron llegar hasta la puerta exterior.

-Tienes que irte.

Harry todavía en shock asintió con un movimiento de cabeza.

-No debí haber venido, creí que no había nada peor que la incertidumbre, pero me equivoqué. Creí que el peor de los escenarios era nunca saber lo que pasó, pero tú tenías razón. 

-No Harry, todos nos equivocamos. Ve a casa con mi pequeña Ad y... –dijo Ed cayendo en la cuenta de que todos los que solían cuidarla estaban aquí - ¿Dónde está Adeline?

-En casa, no te preocupes, está su nana y como no tenía quien se quedara con ellas, Zayn se ofreció a cuidarla.

Ed sintió vértigo, como si el piso en el que estaba parado se hubiera hundido de pronto y amenazara con tragarlo.

No podía darle largas explicaciones, ni siquiera sabía si sus amigos allá arriba lo necesitaban y no tenían tiempo si Ad estaba en problemas también. Lo peor de todo era que tenía que decírselo, en tan solo unos minutos había descubierto que el peor de los hombres del mundo, del que creían que se habían librado alguna vez, estaba vivo. Y como si no fuera suficiente, tenía que decirle que uno de sus mejores amigos, casi su hermano, a quien podía confiarle lo más valioso que tenía en la vida, era un traidor también.

Si no se lo decía, corría el riesgo de que al llegar, Harry le contara todo y que a su vez, éste le dijera todo a Simon.

-No puedo explicarte ahora, pero debes ir a casa y no separarte de Ad. Zayn está con Simon. Tenemos pruebas de eso, pero no puede saber que lo sabemos.

Harry lo miraba incrédulo, con los ojos desorbitados, sin decir ni una sola palabra. Finalmente asintió, aunque Ed dudaba que hubiese comprendido la gravedad de la situación, no porque no fuera capaz, sino por la negación. Él mismo no acababa de creerlo todavía y sentía que no lo iba a entender nunca.

Harry se fue, desconcertado, confundido, quebrado.


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