Unbreakable

Decepcionados

Fue un día hermoso y feliz. El sol era radiante a pesar de ser pleno invierno, parecía que incluso el cielo sabía lo afortunados que eran. Estuvieron todo el desayuno discutiendo los pros y contras del nuevo pony de Ad. Jugaron videojuegos en la nueva consola de Bear, pasaron largo rato en el jardín decidiendo el nombre del pony y jugando fut bol.

Al medio día Zayn se fue a casa con su mamá y sus hermanas. No intentaron retenerlo por más tiempo, en parte, porque su compañía ya no les resultaba de lo más agradable y en parte, porque Ed había puesto un chip de rastreo en su celular y tenían que trazar un nuevo plan sin su presencia.

Antes de que cada uno se marchara a su casa a descansar, se reunieron en el estudio para votar. No era cosa fácil. Estaban heridos y decepcionados. El andar errático de la vida de Zayn, sus entradas y salidas a rehabilitación, su falta de compromiso en el trabajo, su fuente de ingresos sospechosa, su actitud apática y desinteresada por la vida, todas esas cosas debieron advertirles algo, pero hasta hace poco lo consideraban su amigo, su hermano.

Así es como eran las cosas. Les gustaba creer que había bondad en toda la gente. Lo único que les quedaba era esperar que toda mala situación tuviese un trasfondo transparente y simple, sin malas intenciones o dobles significados. Sin importar la situación, siempre esperaban lo mejor de las personas, así es como eran, así es cómo sentían y comenzaban a creer que nunca cambiarían.

Esta experiencia en particular, se forjaba despreciable. Pero la más insoportable de todas las emociones, era la certeza de saber que solo podían enojarse con ellos mismos. Fueron ellos quienes habían esperado ansiosamente obtener un resultado diferente de una misma persona, fueron ellos quienes creyeron por voluntad propia, sin la mínima interferencia, que él había cambiado. Sin ningún fundamento o base, se encontraron en la total disposición de creer que se redimiría, aunque se había esmerado una y otra vez en demostrar lo contrario.

¿Por qué el auto engaño es tan fácil de ocurrir? ¿Cómo se da lugar en nuestra mente? ¿Por qué se lo permitimos?

Dudaron, lo hicieron, estaban listos para admitirlo. Pero encontraron argumentos que en sí mismos eran absurdos, pero los hicieron válidos a la fuerza de la necesidad, para persuadir a otros de que estaban convencidos de que era la realidad. De que su convicción no carecía de todo sentido.

Y estaban furiosos, pero no con él, no, ellos habían ido directo a la trampa, por su propio pie, tomaron todas las decisiones incorrectas que los llevaron directo al momento en el que esa mezcla de decepción, resentimiento y desconfianza inundaron su sistema.

Y ahora les contaba una historia extraordinaria e increíble.

Querían creerle, pero desearlo no era lo mismo que hacerlo. Y sintieron que la verdad pesaba más que sus deseos.

-Será simple – empezó a explicar Ed - ya teníamos establecida nuestra línea de acción desde antes de que Zayn nos ofreciera su ayuda, así que nos apegaremos al plan. Lo que necesito saber es, si todos están de acuerdo con que lo incluyamos.

-Yo creo que es sincero, está tratando de redimirse – dijo Liam.

Los cuatro voltearon a verlo al mismo tiempo, incrédulos. ¿Es así de fácil? Un hombre puede equivocarse al punto de arruinar otras vidas y luego de repente un día, al darse cuenta de que actuó mal ¿tiene derecho a ofrecer una simple disculpa y seguir adelante? ¿Tiene derecho a esperar que lo perdonen? ¿Puede pedir que expongan de nuevo la fragilidad de sus vidas a su alcance? ¿Hasta qué punto somos responsables por los corazones que rompemos?

-Zayn es una víctima, al igual que todos nosotros, simplemente hizo una mala elección – reiteró Liam para tratar de explicar su postura.

-No estoy de acuerdo, todos estuvimos allí, en la misma posición – Dijo Louis - Su excusa es que la vida lo orilló en esa dirección. Primero fue por One Direction, luego fueron sus deudas y la presión, no sé cómo lo hace, pero siempre se las arregla para no tener la culpa de nada. Que otras personas te hagan daño no te brinda un pretexto para tú también causarlo.