Unbreakable

Nota de la autora

Quiero agradecer a todas las personas que han llegado hasta aquí. Que me acompañaron en el más asombroso de los viajes. Que estuvieron conmigo cada capítulo, dándome ánimo y apoyo, que confiaron plenamente en que llegaría al final, cuando incluso yo misma lo dudé.

Escribir, para mí, ha sido mucho más que un pasatiempo. Los compromisos de mi vida diaria y las responsabilidades que la vida adulta implica, me demandan tanto, que no me queda tiempo para nada más, así que he tenido que luchar, verdaderamente pelear por el tiempo que he dedicado a hacerlo.

 He sacrificado horas de sueño, de comida, de descanso, de socializar, hasta un poco de trabajo para lograrlo. Pero puedo decir con absoluta certeza, que nunca antes había encontrado una actividad tan satisfactoria y por la cual valga la pena tanto esfuerzo. Lo que Adeline y Unbreakable me han dado, es simplemente indescriptible.

Escribir me ha permitido conectarme con otras personas que viven en otros países, con otras culturas y otros ideales y a pesar de la distancia, sentirlas cerca. Me ha dado esperanza, porque llegué a creer que la empatía, la compasión y muchos otros sentimientos que deberían caracterizarnos como seres humanos, se habían perdido. Me permitió construir una utopía más allá de mis sueños, en la que el mundo no fuera tan injusto como para destrozar dos almas jóvenes solamente por amarse, uno en el que el amor puede existir, de verdad.

Hace tiempo escuché a un hombre que le explicaba a su nieta, que toda obra de arte, ya sea una pintura, una canción, un libro, un diseño, cualquier expresión artística, mientras es construida por el artista le pertenece a este, no importa cuánto tiempo se tarde en crearla. Pero cuando la ha terminado y la lanza al mundo en su totalidad, entonces ya no le pertenece, su trabajo se convierte en propiedad de su público, le pertenece a aquellos que la escuchan, que la observan, que la admiran, en este caso, que la leen.

De este mismo modo, siento que Adeline ya no me pertenece. Le pertenece a aquellos que llegaron a amarla, a los que lloraron su muerte, a los que permitieron que cambiara sus vidas y se instalara su recuerdo de forma permanente en sus corazones.

Gracias por su paciencia, por su tiempo y por tanto cariño. Les aseguro que siempre los llevaré conmigo.

Hasta siempre.