Epílogo

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Diez años después

Pienso en el día que me casé con ella. Estaba tan hermosa con su vestido de novia blanco, parecía una princesa de cuentos. Yo estaba esperándola en el altar mientras que ella caminaba de la mano del señor Williams. Su rostro era iluminado con una sonrisa nerviosa pero sincera, a mi lado se encontraba mi padrino de bodas Erick, quién se acercó y me susurro: «Eres el Maldito más afortunado de todos, yo sería quién le daría mi apellido de no haber sido por ti. Pero no creo que Scarlett se merezca menos, y tú eres más de lo que yo podría ser para ella» sus palabras me conmovieron tanto que un par de lágrimas rodaron por mis mejillas y así muchas otras. Ella era más de lo que incluso podría pedir.

—¿En qué piensas papi?—pregunta mi pequeña Giselle, aunque no tan pequeña. Tiene ya quince años pero para mi siempre será mi pequeña

—En el día que me casé con tu Mami—respondo yo y ella suspira soñadora.

—Pa, Cuéntanos de nuevo como le propusiste matrimonio a mí mamá.— estoy reunido  con ella y sus dos amigas, Dayana y Stefania ayudándoles con sus deberes del colegio. Sonrío por el recuerdo.

—Tu mamá fue una romántica. No se resistió a mí–me encojo de hombros—así que decidió obligarme a que le pidiera matrimonio—las tres ríen a carcajadas y mi hermosa esposa aparece entonces.

—¡Eres un mentiroso Corrigan!—me regaña

—Es verdad cielo, por poco y Giselle quedo​ sin papá.

—¡Papi!—ríe mi pequeña—Quiero la verdadera historia.

Scarlett sonríe y se sienta en mis piernas y yo envuelvo mis manos en su cintura mientras le doy un beso en la comisura de sus labios.

—Tu mamá es difícil de convencer, siempre que quería hablar del tema ella me cortaba...

—Primero mi carrera Corrigan—me interrumpe aportando ella

—Yo en mis ganas de que ella se casara conmigo, cuatro años después la invité a bungee jumping

—Pero yo no sabía que íbamos a ir allí.—repuso ella cortándome de nuevo

—Pero yo sabía que ella moría por hacer bungee, así que decidí que saltaríamos los dos. Una vez nos dieron las explicaciones y las recomendaciones, Scarlett no era más que ansiedad. Nos abrazamos y caímos juntos al vacío.¡Ella casi me rompe los tímpanos de los oídos!—las chicas ríen por mi comentario—y yo decidí decirle

—¡Cásate conmigo!—agregó Scarlett

—Exacto. Y su respuesta está vez fue diferente...

—¡Estás loco Corrigan! Le grité aún cuando yo quería decir ¡Sí!

—Yo sin embargo sabía que a ella no la iba a convencer tan fácilmente. Así que luego que nos quitaran el equipo y saliéramos del lugar hacia la cafetería, la tomé de las manos y guardé silencio.

—Cuando llegamos allí, habían varias personas sosteniendo carteles que decían...

—Cásate conmigo—agregue.

—Y luego varias personas estaban sosteniendo girasoles y me los iban dando a medida que se acercaban a mí y me susurraban «cásate con él»

—Y me hizo sufrir eternidades. Cuando todos se retiraron del lugar y quedamos los dos solos, ella guardó silencio por un largo rato. Así que sin tiempo para darle de que se arrepintiera, hinqué mi pie derecho y saqué el anillo del bolsillo de mis pantalones.—hago una pausa y continuo—Scarlett, tú me haces el hombre más feliz del mundo. Pero me harías el más afortunado si te cansaras conmigo. Y tú  mami todo lo que hizo fue responderme «Pero yo, qué tal nos equivoquemos. Tomás, sabes lo mal que se me da el desorden y tú...» así que no la dejé terminar.

Te elegí para SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora