Capítulo 22

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Christian

Ahora sí no sé qué hacer. Siento que nada de lo que haga valdrá la pena para que Samantha me perdone y crea en mí.
Fui un idiota al no cancelar mi casamiento con Camille a tiempo, pero lo que más me enoja es que Samantha ya no volverá a confiar en mí.

¡Qué idiota soy! ¿Qué debo hacer ahora? ¿Buscarla y pedirle perdón? No. Definitivamente ella no me va a querer ni ver.

Nunca me sale nada bien, siempre hago algo que termina de arruinar las cosas. Y, lo peor de todo, es que lastimo a las personas que... quiero.
Porque, aunque no lo quiera admitir, aprecio a Samantha, la quiero.

Lanzo mi teléfono y choca contra la pared, cayendo al piso hecho pedazos.
Suspiro frustrado y me dejo caer en el sofá de la sala.

La cena que le organicé no sirvió de nada. Quedé como un idiota.
Ella parecía enloquecida. Actuó de manera extraña, como si no fuera ella misma.
Me hizo sentir miserable. Sus palabras me cayeron terrible. Y, me miraba con tanto desprecio...

—¿Qué fue ese ruido, hijo?—me pregunta mi madre ingresando a la sala, casi corriendo.

—Nada. —le respondo de mala gana.

—Dime qué te sucede, cariño. —se sienta a mi lado. —Te noto raro, preocupado. —me mira con tristeza.

—Todo me sale mal mamá, siempre arruino las cosas. —inquiero, enojado.

—¿Qué hiciste ahora? —me dice suspirando.

—Nada. Da igual. —digo sin importancia, y ella me mira fijamente.

—Ahora me cuentas. Soy tu madre y no me gusta verte mal. —apoya su mano sobre mi pierna.

—Ni siquiera yo mismo sé lo que me pasa. Estoy... confundido y enojado conmigo mismo porque nunca me salen las cosas bien. —me quejo. —Conozco a alguien y me siento... bien con esa persona. Pero, luego viene otra persona y hace que esa primera persona se enoje conmigo y me odie hasta más no poder. Pero yo no quiero que esa primera persona se enoje conmigo por culpa de esa segunda persona ¿entiendes? Esa segunda persona quiere adueñarse de mi vida, y yo estoy con ella para sacar de mi cabeza a la primera persona... —digo rápidamente y mi madre me mira tratando de procesar todo lo que dije.

—A ver si entiendo... Conociste a alguien, y esa persona te gusta, ¿no? Es a quien llamas "primera persona" —me sonríe. —Pero hay otra chica que se cree dueña de tu vida, la "segunda persona". ¿Por qué no empiezas por terminar lo que sea que tengas con esa segunda persona? Eso sería lo primero que tienes que hacer. —opina.

—Primero: la primera persona no me gusta.—le dejo en claro, y ella se ríe. —Y, segundo: no es tan sencillo.

—La primera persona es Samantha, y la segunda es Camille, ¿no? —eleva sus cejas.

—¿Cómo lo sabes?

—Una madre lo sabe todo. Ahora, lo primero que tienes que hacer es ponerle punto final a tu "relación" —hace comillas. —con Camille, así todo será un poco mas sencillo.

—Pero...—ella se pone de pie.

_Nada de peros... ve y haz eso. Luego puedes ir con Samantha, decirle todo lo que sientes, y listo.

Yo me pongo de pie rápidamente.

—¡¿Y qué le diré?! —le digo desesperado. —Yo no siento nada por ella, mamá. No me gusta.—le digo.

—¿Entonces por qué estás tan alterado? —cuestiona. —Estás enojado contigo mismo porque ella está enfadada contigo, y eso no es lo que quieres. No intentes mentirme porque ambos sabemos que ella te gusta. No seas tan orgulloso o si no vas a terminar solo. —suspira. —No esperes a que sea demasiado tarde, porque una persona no puede esperar a otra toda la vida. Siempre hay alguien que puede aparecer y cambiar todas las cosas. —yo frunzo el ceño.

Mi Otra Mitad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora