Capítulo 36

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Samantha

Había llegado totalmente derrotada a casa. Me había acostado sin siquiera haberle dirigido la palabra a Estefany, no tenía ánimos de nada.

Ya eran las 07:35 y en unos minutos tenía que irme al trabajo.
Aún los recuerdos de la noche anterior seguían rondando en mi cabeza como si se trataran de espinas que me lastimaban constantemente.
Estaba sin ganas. Me había afectado mucho todo lo que me dijo Esteban, porque es horrible que te culpen de haber ocasionado la muerte de una persona tan importante y querida.

Suspiré y me puse de pie, tomo mi cartera, las llaves de la casa y unos lentes, ya que el sol estaba muy fuerte el día de hoy.

Estefany seguía durmiendo, me dijo que había ido a tomar algo con Hannah, saliendo de la casa de Lucía ayer.

Salgo del apartamento y entro al elevador. Mi celular suena y veo el nombre de Christian en la pantalla. Corto la llamada y, en cuanto las puertas se abrieron nuevamente, salgo hacia el exterior.

Me acerco a mi auto y noto a Christian recostado en el capó de éste.

—Hola. —le digo en cuanto lo veo.

—Hola, ¿cómo estás? —dice mientras camina hacia mí y me envuelve en una gran abrazo. —Me tenías muy preocupado, amor... —me susurra. —No me respondiste en toda la noche y ahora tampoco. Dime lo que te está sucediendo. —me deposita un beso en el cabello y me separo.

—Estoy bien, en serio. Sólo... me duele la cabeza y no me siento muy bien. —le digo mientras llevo mis manos a los lados de su cintura.

—Sé que algo más te atormenta. Te noto triste. —acaricia mi mejilla y suspira. —Lo único que quiero es lo mejor para ti. Dime qué tienes. —yo me separo de él y paso mis manos por mi cabello.

—Estoy bien, en serio. Tengo que irme a trabajar, llegaré tarde. —él me mira con el ceño fruncido.

Yo abro la puerta de mi auto pero él me toma de la mano.

—Sam. —yo lo miro. —Te amo mucho. —me abraza una vez más y yo le correspondo de igual manera.

—Yo también. Y, gracias por todo. —le doy un beso en el cuello y noto que le causa cosquillas. —Descubrí tu punto débil. —murmuro riendo y me separo de él.

—Me falta descubrir el tuyo. —me dice besando mis labios sonoramente. —Te amo.

—Yo igual. —le doy un último beso en los labios y me separo.

—Pasaré por ti al mediodía para que vayamos a almorzar. —yo asiento. —Si necesitas algo llámame e iré inmediatamente. —yo le sonrío.—Adiós. —me deja un beso en la frente.

Yo entro a mi auto y lo pongo en marcha.

Trato de despejar mi mente, aunque sea por unos instantes.
Yo sé que no fuí la causante de la muerte de Mike y, aunque me duela la acusación de su hermano hacia mí, no puedo dejar que eso me afecte.
El recuerdo de Mike siempre vivirá en mi mente y, sobretodo, en mi corazón, y es lo único que importa.

La vida puso a Christian en mi camino y tengo que aprovechar esta oportunidad, y vivirla de la mejor manera, o al menos intentarlo.

***

Apenas eran las 11:26 y ya estaba cansada. Matt había tenido dos reuniones la mañana de hoy y yo tuve que organizar toda la sala de juntas, entregar carpetas y documentos necesarios para llevar a cabo la reunión. Tuve que imprimir muchas copias de un informe que tuve que hacer a último momento, y también tuve que ir hasta una florería, la cual quedaba del otro lado del mundo, para conseguir un bonito ramo de rosas. Matt se las quería regalar a Estefany.

Mi Otra Mitad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora