Samantha
Decir que estoy nerviosa, ansiosa y preocupada, es poco.
Falta muy poco para que sea la hora de mi descanso y, saber que Christian quiere hablar "seriamente conmigo", me tiene muy ansiosa.No sé qué vaya a pasar: puede que se haya fijado en alguien más y por eso actúa de una manera muy misteriosa... O, quizás, Camille volvió a su vida nuevamente.
Muchas preguntas vienen a mi mente y todas son muy malas.
Cuando el reloj marca las 12 en punto mi corazón parece detenerse.
Miro mi celular por largos segundos sin saber qué hacer.Me pongo de pie y junto todas mis cosas con inquietud. En cuanto mi celular suena, me sobresalto y casi cae al suelo.
Un mensaje de Christian:
"Estoy afuera de la empresa, te estoy esperando"
—Ay, carajo. Estoy perdida... —susurro.¿Será que va a terminar conmigo?
Camino hacia el ascensor y, una vez en él, comienzo a hiperventilar.
—Tengo que calmarme... —susurro mientras miro fijamente las puertas cerradas. —Tal vez se cansó se mí y quiere dejarme —reflexiono. —Él probablemente se haya cansado de estar en una relación, es lógico.—Pero debo tomar las cosas con calma... —afirmo, exhalando.
Las puertas se abren y yo tomo una bocanada de aire.
—Enfrenta la realidad, Samantha. —hablo con firmeza y avanzo hacia la salida.
Christian está recostado en su auto mirando en mi dirección.
Mis nervios aumentan y las manos me sudan.
¿Por qué las cosas malas me suceden a mí?Yo sonrío en su dirección, o eso intento. Llego a su lado y él se tensa de inmediato.
—Hola .—murmuro.
—Hola. —responde. Se acerca a mí y me abraza.
—¿Qué sucede? —pregunto sin soltarlo.
—Mejor vamos a otro lugar para hablar con más tranquilidad. —inquiere.
Yo me separo de él y lo miro fijamente.
—¿Qué pasa? —mi voz suena preocupada.
—Vamos a mi apartamento. Te traeré en cuanto termine tu descanso. —evade la pregunta.
Asiento algo dudosa, y entramos a su auto.
—Mira... Sé lo que me quieres decir. —rompo el silencio que se había formado dentro del auto.
Él frunce el ceño y me mira de reojo.
—¿De verdad? —eleva ambas cejas. —No sé cómo te diste cuenta, pensé que estaba siendo cuidadoso. Quizás te diste cuenta por la llamada que recibí. —añade con tranquilidad.
—No fuiste para nada cuidadoso. —dudo. —Digamos que... actitud totalmente sospechosa te delató.
—Para mí es muy complicado todo esto.
—¿Crees que para mí no? —cuestiono. —He tenido que soportar tu actitud extraña por varios días. Y esa llamada... me volvió totalmente loca. —digo con fastidio.
—Ahora sabes el motivo. —susurra.
—Sí, lo sé. Y... me sorprende. —suspiro.
—¿Te sorprende? —pregunta riendo.
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Mi Otra Mitad ©
RomanceChristian Smith es un hombre de 26 años, quien dirige una gran empresa que su padre le cedió antes de retirarse de su cargo. Él solamente se dedica a sobrellevar la empresa, nada más; Es un hombre frío, arrogante y de escasos sentimientos. No cree...