SamanthaRespiro con tranquilidad al ver a Hannah de pie, junto a Christian y a mí.
Por un momento pensé que sería Zack.
Ella nos observa elevando una ceja.
—Tuve que distraer a Zack porque estuvo a tan sólo unos segundos de verlos besándose. —nos informa. —Será mejor que dejen esa sesión de besos para otro día... o para más tarde. —me da una mirada pícara y se aleja de nosotros.
—Estuvo cerca... —murmuro.
Christian me observa sin decir nada. Su sonrisa lo decía todo.
—¿Qué? —le pregunto.
Él se acerca a mí y pasa su brazo por mi cintura.
—Me encantas. Y ese beso... —se muerde el labio.
—... estuvo mal. —termino por él.
Christian aprieta más su agarre y yo trato de alejarlo.
—Nos van a ver, suéltame. —exijo.
—Que todos nos vean, no me importa. Sé que ese beso te gustó tanto como a mí, de lo contrario, no me hubieses correspondido. —la picardía es notoria en su voz.
—Suéltame, hablo en serio. —él suspira y me suelta.
—¿Por qué me tratas así? —pregunta de la nada y yo me cruzo de brazos.
—Porque te lo mereces por todo el daño que me has hecho. —suelto.
—¿Será así siempre? ¿Nunca podrás perdonarme? —miro hacia la barra y Hannah está hablando con Zack.
Ella me hace señas para que vaya.
—Debo irme. —Christian me da una mirada de tristeza.
—¿Podemos salir mañana en la noche? —me pide y yo niego. —Sólo será una cena, no tiene nada de malo. Por favor. —me mira fijamente.
—No puedo.
—No seas así, ¿por qué no quieres? Saldremos como amigos si así lo quieres, pero acepta. —miro a mi amiga nuevamente y la noto impaciente.
—Está bien, una cena, nada más. —respondo finalmente y él asiente con entusiasmo. —Debo irme. —él me toma del brazo y me da un beso en la mejilla, muy cerca de mis labios.
Yo me separo rápidamente y camino hacia la barra.
¡Este hombre me vuelve loca!
Hannah me mira con incomodidad y yo sonrío.
—Hola. —saludo a ambos.
—Le dije a Zack que estabas ocupada con tu prima que acaba de llegar. —habla Hannah y me lanza una mirada de complicidad.
—Sí. Me entretuve con ella, lo siento. —le digo a Zack.
—No te preocupes. —responde él.
Hannah se aleja de nosotros y yo tomo asiento a un lado de Zack.
—¿Cómo estás? ¿La estás pasando bien? —me sonríe y yo asiento.
—Sí, admito que todo nos quedó muy bonito, y agradezco que hayan venido todos. —comento.
Mis ojos se dirigen hacia la puerta de la entrada, donde Christian sigue de pie, recostado a la pared con una copa en sus manos.
Su mirada estaba fija en mí y también en Zack.
—No pensé que Christian vendría. —habla.
—Yo tampoco. —respondo mientras lo miro.
—Yo... quiero hablar contigo. —inquiere. —Hannah me dijo que tú estabas pasando por un momento un poco... delicado con Christian, y... —yo frunzo el ceño. —Lo que menos quiero es presionarte. Yo sé que hemos estado saliendo como amigos pero me doy cuenta de que jamás me verás como algo más que no sea un amigo. —hace una mueca.
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Mi Otra Mitad ©
RomanceChristian Smith es un hombre de 26 años, quien dirige una gran empresa que su padre le cedió antes de retirarse de su cargo. Él solamente se dedica a sobrellevar la empresa, nada más; Es un hombre frío, arrogante y de escasos sentimientos. No cree...