Samantha
Me encantaría decir que me desperté al oír sonar mi odioso despertador o los gritos de Estefany, o el sonido de la puerta. Pero no.
Ni siquiera logré dormir, ni un maldito ojo pude cerrar.
¿Por qué?
Por el simple hecho de que estoy en la cárcel.
La noche no terminó bien, Estefany y Hannah estaban más que ebrias, como era de esperarse, y luego Hannah armó un gran lío con una chica. Ellas venían muy bien acompañadas, eran como 6 y nosotras sólo 4, sin contar que Lucía y yo no fuimos quienes comenzaron la pelea.
FlashBack
—Chicas... ya es muy tarde, creo que será mejor que nos vayamos. —les dije.
Eran las 04:30 y no podía ir con resaca a trabajar. Aunque no estaba tan tomada.
—Sí, chicas, Sam tiene razón. —me apoyó Lucía.
—No sean aguafiestas, por favor. ¡Esto está muy bueno! —grita Hannah alzando su vaso.
—Además la estoy pasando bien con Matt. —dijo Estefany haciendo un puchero mientras bailaba con Matt, quien solo se reía.
—Chicas, ¡por favor! —les dije un poco estresada.
—Cálmate, Sam... —me susurra Christian a mi lado.
—Es que no eres tú quien tiene que cargar con ellas luego. —le digo suspirando. —¿Saben qué? —dije lo suficientemente fuerte como para que ellas me escucharan. —¡Me voy, si ustedes se quieren quedar, bien! —tomo mi bolso y camino hacia la salida.
—Espera. —Christian camina a mi lado mientras que subíamos las escaleras para salir.
Siento que me silba un chico mientras subíamos, y Christian se detuvo enseguida. Yo lo tomo de la mano para que siga. No quería problemas, no ahora.
Salimos de allí y respiro profundamente.
—Le iba a romper la cara a ese idiota. —me dice señalando hacia adentro. —Claro, ignórame.
—¿Podrías calmarte un poco? —le digo harta.
Oigo unos ruidos de tacones y unos gritos por parte de las chicas.
—Sam... Samie... primita hermosa. No te vayas. —dice Estefany cuando llega a mi lado. Me abraza fuertemente y luego se separa.
—Ya me aburrí, chicas. —les digo. —Ustedes pueden seguir aquí, no hay problema. —les digo.
—No, yo me voy contigo. Vivo contigo y no quiero que cierres la puerta con llave y me dejes afuera. —dice mi prima haciendo drama.
—Quédate un rato más, Sam. —me implora Hannah mientras bebe del pico de una botella. —Esto está delicioso. —dice saboreando sus labios.
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Mi Otra Mitad ©
RomanceChristian Smith es un hombre de 26 años, quien dirige una gran empresa que su padre le cedió antes de retirarse de su cargo. Él solamente se dedica a sobrellevar la empresa, nada más; Es un hombre frío, arrogante y de escasos sentimientos. No cree...