Capítulo 35

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Christian

¿Esteban? ¿Quién era ese?

Samantha cambia su expresión totalmente. Ahora estaba totalmente seria.

—¿Quién es ese tal Esteban? —le pregunto a Sam, pero ella niega.

—Nadie, no importa. —dice mirando detenidamente todo el lugar.

—¿Quién es? —le pregunto a Lucía y ella hace una mueca en señal de que no me dirá nada. —Sam. —le digo en modo de advertencia.

—No importa quién sea. —me dice y yo la miro con los brazos cruzados. —Él es... un viejo amigo. —me dice finalmente.

—¿Qué pasó entre ustedes? Puedo notar que no te agrada la idea de que él esté aquí.—ella suspira.

—Fuimos amigos y nuestra relación no terminó nada bien, por eso me pone de mal humor el hecho de que él esté aquí. —me explica y luego mira a Lucía.

—Vengan, será mejor que se relajen y tomen algo. —dice Lucía mientras nos invita a dirigirnos a la sala.

Llegamos y vemos a una multitud de chicos y chicas de nuestra edad.
Saludamos a todos y tomamos asiento en un sofá.

Unos minutos después veo entrar a un chico a la sala y Samantha se tensa por completo.
Aquel sujeto no quitaba sus ojos de ella, la miraba fijamente, con cierto odio.

Samantha le sostuvo la mirada, hasta que él se acercó a nosotros.

—¿Qué haces tú aquí? —le dice él con enfado.

Samantha se pone de pie y queda frente a él. Yo frunzo el ceño y copio u acción.
Ese hombre no me da buena espina. Percibo cierta rabia que no me gusta.

—Yo la invité, Estaban. —habla Lucía.

Así que él es Esteban.
Samantha lo mira con odio.

—¿Qué haces aquí? ¿Quieres arruinarme a mí también? —él le echa en cara, mientras la empuja levemente.

—¡Oye, con ella no te metas! —le advierto, frunciendo el ceño. —No la toques.

Miro a Samantha, y ella se mantiene estática sin decirle nada al idiota.

¿Qué estaba pasando aquí?
Es como si... ella estuviera esperando esta reacción de su parte.

***

Samantha

Tener a Esteban frente a mí, hizo que los recuerdos con su hermano volvieran a mi mente nuevamente.

Y también hizo que me sintiera culpable por lo que le sucedió.

—¡Eres una maldita! —me grita. —¡¿Cómo es que puedes seguir viviendo tan tranquila después de lo que le hiciste a mi hermano?

Christian se acerca a él para pegarle pero yo lo tomo del brazo, impidiendo que lo haga.
Sé que Esteban habla desde el dolor. Comprendo su enojo.

—¡No voy a permitir que le hables así! —le grita Christian.

—¡Tú no te metas, no sabes nada! —ataca Esteban.

—Basta, chicos, no discutan ahora. —dice Lucía mientras que los demás se dispersan hacia el balcón del apartamento. —No es el momento. —añade en voz baja.

—¿Qué sucede, Sam? —me pregunta Christian preocupado. —Dime, amor.

—¿Tu noviecito no sabe lo que le hiciste a mi hermano? —suelta Esteban con hipocresía.—Sigues siendo igual que siempre.

Mi Otra Mitad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora