Capítulo 24

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Samantha

El viaje fue entretenido: Hannah pasó hablando, aunque llegó un punto en el que se cansó y se durmió; Lucía tuvo que soportar las historias que le contaba la señora que estaba a su lado y, cuando ésta se durmió, tuvo que soportar sus ronquidos. Pobre de mi amiga, tuvo un pésimo viaje.

Al llegar, nos fuimos directo al hotel, el cual era hermoso, por dentro y por fuera. Obtuvimos un buen precio, así que no nos podíamos quejar.
Las personas nos recibieron muy bien, todos eran muy amables. Bueno, sin contar a la recepcionista, ella nos miraba de mal modo.

Nos fuimos cada una a su habitación porque estábamos con sueño, Lucía más que nosotras, y era entendible.

Yo llego a mi habitación y desempaco todo mi equipaje.
Me dirijo al baño para darme una ducha, ya que habíamos quedado las tres para merendar juntas, así que aún tengo tiempo.

El vuelo había durado relativamente poco: unas 3 horas, aproximadamente.

El agua tibia hizo que me relajara al instante.

Al fin tengo algo de paz.
Se siente bien estar alejada de todos y de todo. Saber que no está Camille detrás de mí para molestarme, me tiene tranquila. Y saber que tampoco está Christian aquí... es algo que también se siente bien.

Luego de unos largos minutos en la ducha, salgo envuelta en mi bata.

Camino hacia el armario y escojo un lindo vestido azul, ajustado y corto. Es sencillo pero muy hermoso. Y ato mi cabello en una coleta alta.

Miro la hora: 15:10, aún hay tiempo.
A las 17:00 tengo que estar abajo, así que decido sentarme en uno de los grandes sofás y prendo la televisión.

Comienzo a ver una película de comedia mientras pasa el tiempo.

Mi celular suena, así que lo agarro y leo el mensaje:

"Hola, espero no molestar. Sólo quería saber como estuvo tu viaje. Espero que la pases bien y pienses mucho."
C.S.

Decido ignorar su mensaje.
Sinceramente no quiero pensar en él.

Tal vez estoy siendo un poco dura, pero no quiero pensar en nada que tenga relación con él. Me fui de New York porque tenía que poner mi vida en orden. Y, si sigo hablando con Christian, será lo mismo que la nada.

Tengo que pensar en mí solamente. Descubrir si realmente estoy dispuesta a darle una oportunidad, a confiar en él. Hay tantas cosas inconclusas a su alrededor, que me hacen desconfiar de su palabra.

Me concentro en la película y dejo todos mis pensamientos de lado.

(…)

A las 17:05 estaba bajando hacia la entrada del hotel, donde se encontraba el restaurante a un costado.

Las chicas estaban un poco impacientes, pero al verme corren hacia mí.

—¡Pensé que ya no vendrías! —me dice Lucía con un poco de desilusión.

—Estaba viendo una película muy buena. —elevo mis hombros.

—¿Estabas viendo Un espía y medio?—me pregunta Hannah y yo asiento mientras sonrío. —¡Yo también la estaba viendo! ¡Es genial! —ambas reímos.

—Bien, ya, vamos a comer algo que me muero de hambre. —Lucía nos toma de cada brazo y avanza hacia el restaurante.

Nos sentamos en una de las mesas y un lindo mesero nos atiende.

—Hola, bienvenidas. —nos sonríe. —¿Qué desean ordenar? —Hannah lo mira de reojo.

—Yo quiero un café y una tarta de chocolate. —le digo mientras observo el menú. Él asiente y anota.

Mi Otra Mitad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora