Samantha
El despertador sonó a las 07:00, estaba un poco cansada aún pero de todas maneras me levanté y me metí en la ducha.
Luego de unos largos 20 minutos bajo el agua, salgo y me cambio por mi ropa de trabajo.
Bajo a desayunar, y mi teléfono suena indicando que tengo un mensaje.
Tomo asiento en el sofá con mi tazón de cereales y yogurt, y abro el mensaje:
"Tengo que hablar contigo. ¿Salimos a almorzar hoy?"
C.SAlgún día este hombre me va a matar.
"No. Tengo un compromiso."
Le envío el mensaje y dejo el teléfono sobre la mesa.
Sigo con mi desayuno y el teléfono vuelve a sonar."Iré a tu trabajo entonces"
C.SLeo el mensaje indignada. Matt me terminará corriendo por culpa de Christian.
"No molestes."
Dejo el tazón sobre la mesa, tomo las llaves de mi auto, mi cartera y salgo del apartamento.
Me meto un chicle de menta a la boca porque no quería que mi aliento apestara.Manejo hacia la empresa y, al llegar, bajo rápidamente.
Entro a la empresa y veo a Anne hablando por teléfono. Cruzo frente al mostrador pero ella rápidamente corta la llamada y se acerca a mí.—Hola, querida enemiga. —me mira con superioridad, y yo ruedo los ojos.
—¿Qué quieres? —le digo cruzando mis brazos.
—Decirte que perdiste a Christian para siempre. —dice riendo.
—No estoy para soportar tus idioteces. —le advierto.
—No es una idiotez, es la verdad. Lo perdiste por andar de idiota y ahora está...¡conmigo! —añade emocionada. —¿Qué? No me mires así, sé que él está con Camille, pero eso no le impidió besarme. —dice elevando sus hombros.
—¿Qué? —cuestiono. —¿Te besó?
—Sé que no me crees y, la verdad, eso no me interesa. —dice sin importancia. —El caso es que él me besó y sé que, aunque no quieras creerlo, sabes que él es capaz de hacerlo. —eleva una de sus cejas.
Yo me quedo en silencio durante unos segundos.
—Él se va a casar con Camille. —le informo.
—¿Y? —se ríe. —No me importa. De todas maneras me besó.
Esto no puede ser cierto, él no pudo besar a esta arpía.
Se va a casar con Camille, y ahora se besa con Anne. ¿Algo peor?
—No sé qué quieres que te diga. —le digo suspirando.
—Nada. Solamente quiero que te consuma el enojo y los celos. —inquiere.
Me alejo de ella, conteniendo mi enojo, y voy hacia mi puesto de trabajo.
En cuanto llego, me dejo caer en la silla y tomo mi cabeza entre mis manos.
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Mi Otra Mitad ©
RomansaChristian Smith es un hombre de 26 años, quien dirige una gran empresa que su padre le cedió antes de retirarse de su cargo. Él solamente se dedica a sobrellevar la empresa, nada más; Es un hombre frío, arrogante y de escasos sentimientos. No cree...