Capítulo 56

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Samantha

En cualquier momento me dormiré aquí.
Estoy cansada y no tengo ganas de trabajar, debido a mi falta de sueño.

Dormir menos de tres horas y, tener que trabajar es, sin dudas, lo peor.

Vuelvo a darle un gran sorbo a mi café y continúo trabajando.

Las puertas del ascensor se abren y visualizo a Christian: está igual o peor que yo. Su rostro está cansado y tiene unas pequeñas ojeras debajo de sus ojos.

Pobrecito.

—Buenos días. —saludo y vuelvo a beber mi café.

—Buenos —bosteza. —días. —sonríe.

—Luces cansado, ¿pocas horas de sueño? —él suspira y asiente.

—Sí, hoy tuve que levantarme muy temprano, debido a mis locas primas. —comenta riendo. —Me dijeron que irás al mediodía. —dice con curiosidad.

—Sí, Kate me lo pidió. Tiene algo importante que decirnos a Lisbeth y a mí. —realmente no tengo idea de lo que ella nos dirá. Espero que no sea nada malo. —Espero que no te moleste mi presencia allí.

—Sabes que tu presencia jamás me molestará, es más, me encanta que vayas a mi casa. —me sonríe ampliamente. —Pero recuerda que tú y yo tenemos una cita esta noche, y también tienes una respuesta que darme. —me recuerda.

Yo dejo la taza a un lado y me pongo de pie.

—No lo he olvidado. —le sonrío. —¿Necesitas algo más? —pregunto con amabilidad.

—Sí, tengo que hablar con Matt, ¿está? —yo asiento y tomo el teléfono para marcar el número de su oficina.

—Señor Collins, el señor Christian Smith quiere hablar con usted. —hablo a través del teléfono y Christian se ríe, posiblemente sea porque dije su nombre completo. —Perfecto.—corto la llamada y Christian me mira con los brazos cruzados.

—¿Te dije alguna vez lo lindo que se oye mi nombre completo saliendo de tus labios? —cuestiona con voz seductora.

—No, es la primera vez que lo haces. —él se muerde el labio y se acerca a mí.

—Estás muy linda hoy. —yo suelto una risa y él pone sus manos en mi cintura.

—¿Linda? Estoy cansada y tengo ojeras, ¿cómo es posible que esté linda? —elevo una ceja.

—Yo también tengo ojeras y aún así estoy lindo. —dice con arrogancia y yo lo empujo levemente.

—Tienes la autoestima muy elevada. —le digo y él eleva sus hombros.

Me observa fijamente mientras que acaricia mi mejilla lentamente.

—Matt te espera. —le recuerdo.

—Sí. Yo... paso por ti en la noche. —me informa. —Espero que la sorpresa que tengo preparada para ti, te guste tanto como a mí.—dice sonriendo.

—Sé que me gustará, no te preocupes por eso. —lo tranquilizo.

Él se acerca a mí y me deposita un dulce beso en los labios.

—Te veo luego. —murmura y me da otro beso, esta vez en la frente.

Se aleja de mí y entra a la oficina de Matt.

Yo tomo asiento nuevamente, y mi celular suena. Deslizo la pantalla y leo el mensaje que me ha llegado de un número desconocido:

"¿En verdad le darás una oportunidad al hombre que te hizo tanto daño?"

Mi Otra Mitad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora