Samantha
—¿Qué haces aquí? —le pregunto con cierto tono de enojo.
—Un 'Hola' primero, no estaría mal. —me sonríe, mientras bebe un poco de alcohol.
—¡No empieces, Christian! —le digo al borde de la locura. —¿Qué haces aquí? —él eleva sus hombros.
—¿No te agrada verme? —se pone de pie y arregla su blazer.
—¿Quién te dijo que yo estaba aquí? —le exijo.
—Eso no importa. Lo que importa es que estoy aquí, así que nos vamos a ver por un largo tiempo.
—Yo no pienso quedarme ni un segundos más aquí sabiendo que estás tú. —le digo seria y él tensa su mandíbula.
—No te vas a ir por el hecho de que yo esté aquí. —me dice con un tono más bajo.
—¿Por qué crees vine a este lugar? Lo hice para estar tranquila. —espeto. —Necesito descubrir si realmente puedo confiar en alguien como tú. No sé si puedo darte la oportunidad que quieres.
Su ceño se frunce.
—Tú me has mentido, y ahora pretendes que te perdone tan fácilmente. —prosigo. —Yo aún lo estoy pensando.
—Pero... —alguien lo interrumpe.
—¿Sucede algo, Sam? —Fran se pone a mi lado y frunce el ceño en dirección a Christian.
—¿Quién es éste? —me pregunta Christian mientras observa a Francisco de pies a cabeza.
—Francisco Dónovan, un buen amigo de Sam, ¿y tú? —le contesta éste con tono neutral.
—Amigo. —Christian me observa. —Yo también soy su amigo, uno mucho mejor que tú. —zanja.
—Mejor vamos, Fran, tengo que hacer mis maletas. —Francisco me mira, confundido.
—¿Te vas? ¿Por qué? La estábamos pasando muy bien. —me dice confundido.
—¿Podemos hablar, Samantha? —interrumpe Christian.
—No, y te voy a pedir que respetes mi decisión. —sentencio.
Camino en dirección a la mesa donde estaban los chicos comiendo sushi.
Cuando llego ellos me observan.—Me voy del hotel en este momento. —les digo. —Ha surgido un... inconveniente.
Todos me observan sorprendidos.
—Gracias Jake y Esteban por su amabilidad, fue un placer conocerlos. Buenas noches.
Salgo del restaurante y camino directamente a mi habitación.
Cuando llego, abro la puerta y la tranco por dentro.
No quiero que nadie me moleste en este momento.No puedo estar tranquila en ningún lugar porque aparece él.
Me pone de mal humor su comportamiento, y también el hecho de que no respeta mis decisiones.
Realmente necesitaba poner distancia entre ambos. Por mi bien. Porque me estaba encariñando con él, porque comenzaba a sentir cosas que no sentía desde hace mucho tiempo...
Realmente me dolía verlo a diario, acompañado de Camille. Y, sí, sé que ahora terminó todo con ella. Pero... esa otra chica que afirmó haber caído en sus garras, también Anne con sus estupideces...No sé si puedo confiar en él. No sé si todo lo que le dijo a Luke realmente es mentira. Tal vez esta jugando conmigo.
Y, lo peor, es que no sé cómo hacer para comprobar si cada cosa que me dice es verdad o mentira.
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Mi Otra Mitad ©
Lãng mạnChristian Smith es un hombre de 26 años, quien dirige una gran empresa que su padre le cedió antes de retirarse de su cargo. Él solamente se dedica a sobrellevar la empresa, nada más; Es un hombre frío, arrogante y de escasos sentimientos. No cree...