Enamorada de mi estupido vecino.

Capítulo II

Si ahí estaba él mi estúpido y guapo vecino mirándome con esos hermoso ojos grises y sonriendo, ¡Cielos! ¿por qué tiene que ser tan hermoso?

-Oye Maya, yo que tu me apresuro si no quieres que el señor Harrison te deje afuera de la clase - dijo mientras se rascava el cuello

-Ya lárgate de aquí Alex!!

Y así fue el muy imbécil se largó no sin antes soltar una carcajada, enserio odiaba a ese chico a pesar de que es tan jodidamente sexy. Deje de pensar en el idiota de mi vecino, encontré mi zapatilla y baje rápidamente para irme cuando me percate en la hora 6:50am. La jornada escolar empezaba a las 7:00am y era un trayecto de 12 minutos desde mi casa al instituto, no lo podía creer era obvio que llegaría tarde y el señor Harrison no me dejaría entrar pero este día era tan importante que lance mis penas a un lado y salí corriendo de mi casa hasta que si, al fin llegue con los malditos dos minutos de retraso pero al fin entre y estaba decidida a enfrentármele a Harrison para que me dejara entrar ya que era muy probable que ya estaría cerrada la puerta y si, así fue el muy desgraciado cerró la puerta al menos en el camino había elaborado una buena excusa para que me dejara entrar. Tu muy bien maya... Y se preguntaran ¿Maya por qué no te quedaste en casa si ya todo había valido bagres? Si pude haberlo hecho pero resulta que este día era súper importante ya que hoy había asignación de parejas para todo el año y la verdad es que quería estar con mi mejor amiga Madeline pero  ¡rayos! a quien engaño, hoy eso no iba a pasar.

Usualmente los que llegan temprano les asignan a los mas sobresalientes y si no pues a los pasables y mi problema no era en si llegar tarde, si no que me tocara con algun idiota que sea un bueno para nada. En fin viendo la puerta con una cara de derrota dibujada en mi rostro me digne a abrir la puerta no sin antes tocar claro.

-Llega tarde señorita Stewart, y con 6 minutos de retraso - Dijo el desgraciado.

-Lo siento señor pero por favor déjeme pasar, usted sabe que yo nunca llego tarde, será la ultima vez que llegue tarde, es enserio porfavor...- y pare de suplicar cuando escuche la voz de mi de profesor.

-Señorita si la dejare pasar- Me dijo mientras alzaba las manos para tranquilizarme.

-¿Que?, ¿Es enserio?, ¿Usted me dejara entrar?, usualmente usted me hubiera cerrado la puerta en mi cara ¿Señor Harrison se siente bien? ¿Ya desayuno? porque podría ir por algo a la cafetería.

Le pregunte no lo podía creer, el señor Harrison era de esos que me hubiera tirado la puerta en la cara pero no lo hizo, tengo que admitir que este día aparte de ser malo se había puesto raro...

-El señor Blake cuando llego me dijo que usted se sentía un poco mal de salud y que era muy probable que no viniera pero al verla aquí desesperada por las asignaciones de pareja, decidí que si pasara a ver los resultados de las asignaciones y no pondré justificante de su retardo ya que es la primera vez que llegar tarde - Me explico mí ya no tan desgraciado maestro.

Mire a Alex quien me miraba desde su asiento guiñándome el ojo, o sea ¿Alex había dado la cara por mí? Si sabía que era estúpido, tarado y sexy pero jodidamente sexy, amm... si y un imbécil el hubiera dicho alguna tontería sobre mí para que pasara vergüenza pero no fue así, talvez mi guapo vecino no era tan imbécil como creí.

-Stewart tome - El señor Harrison me dio un rollo de papel higiénico entero - es por si ya sabe, le dan ganas de ir...

Hable demasiado pronto, escuche los murmullos de risa, si el imbécil de Alex lo había vuelto hacer, voltee a verlo furiosa y él con una sonrisa maliciosa y llena de satisfacción se mostraba es su preciosa cara... enserio odiaba a este chico.

Y bueno ya se imaginaran como la paso Maya, la chica diarreica el resto del día, ah, y si creen que me asignaron con Madeline pues no; le asignaron a Michael el segundo mejor jugador de Football de la escuela y muy inteligente y por si fuera poco ellos se gustan desde hace mas de tres años. Y bueno adivinen quien me toco... ¡Si! El imbécil de Alex, este dia no podía ser peor...