Capítulo XXVII

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Eran las 4:00 am, los abundantes piquetes de mosquitos me habían quitado el sueño decidí ponerme un suéter y salir a caminar ya que era imposible conciliar el sueño de nuevo, llegué hasta el lago que luego de un debate sobre geografía y como miraba el mundo a mis 12 años me hicieron llegar a la conclusión que era una laguna pero ahora era más grande que podría considerarse un pequeño lago.

Llegué y trepe a una gran roca que estaba a la orilla para apreciar el amanecer, la vista era demasiado hermosa y poco a poco se iba poniendo más claro, todo estaba bien hasta que sentí que unos dedos me tocaron el cuello, me gire encontrándome con la mirada recién levantada de Alex mientras sonreía

-Buenos días – dijo y se sentó a mi lado.

-Buenos días – le sonreí.

-¿Llevas mucho levantada? – preguntó sin quitar la vista del amanecer.

-No mucho, los mosquitos me quitaron el sueño – dije riendo. Alex me miro y luego tomo mi mano donde había una picada, subió la manga de mi suéter viendo mi brazo lleno de picaduras – ya no me pican – dije encogiéndome de hombros.

-Por qué no pediste repelente? – dijo mientras seguía acariciando mi brazo.

-Estaba medio muerta del sueño, no iba a salir a la mitad de la noche en medio del frío por un repelente – dije y el simplemente se limitó a reír.

Seguimos viendo como amanecía, como las aves empezaban a elevarse y como el frío disminuía, pude notar como sus ojos se tornaban más claros que no pude dejar de mirarlos…

-Tengo algo en la cara? – preguntó sin voltear la mirada.

-Si, tienes un moco – dije sería haciendo el que voltear a rápidamente tapando su nariz.

-Es enserio? – dijo sonrojado.

-No – reí y quite su mano de la cara – pero tienes un rostro muy bonito.

-Maya con esas cosas no se juega – dijo y empezó a reír.

-Eres exagerado Alex – dije y me pare para estirar cuando solo sentí que unas manos me empujaron haciéndome caer el agua, al salir una cortina de cabello me impedía ver pero al correr mi cabello note su mirada de burla como que si el no supiera que el agua me estaba congelando.

-Eres… un idi.. Idiota – dije a puras penas, estaba empezando a tiritar – ti.. Tienes suerte que no lle..llevara mi teléfono.

-Iré a salvarte espera! – dijo antes de sacar su teléfono junto sus audífonos de sus bolsillo y acto seguido salto al agua haciendo que me salpicara de nuevo.

Volví a quitar el cabello de mi cara encontrándome frente a él.

-Okey, el agua está un tanto helado – dijo riendo – pero vine a salvarte.

-Aléjate – le tire agua.

-Oh no lindura no hagas eso.. – dijo y volvió a tirarme agua.

-Alex para, tu empezaste – volví a tirar agua a su cara.

-Yo quería salvarte.. – tiro agua de nuevo.

-¡Basta! – hable antes que volviera a tirarme agua – ya me acostumbre – dije riendo.

-Bien.. – dijo y se acerco a mi por la espalda abrazándome por los hombros – por que yo aun tengo frio.

Voltee para quedar frente a él – si en definitiva necesitas un buen corte, esta más largo de lo que parece – reí mientras hacia su cabello hacia atrás.

Enamorada de mi estupido vecino.   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora