Capítulo XXIV

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N. Alex…

-Por qué hay que ir tan temprano? – preguntó Cris mientras se subía al carro con una almohada y una cobija.

-El bebé va a dormir – dije riendo.

-Son las 4:00am por supuesto que voy a dormir idiota – dijo molesto. Si que a Cris lo despierten temprano y en lunes no es buena idea.

-Cuida tu boca Blake – dijo mi madre entrando al carro.

-Están listos familia? – preguntó mi padre al encender el motor – Víctor y los demás nos están esperando.

-¿Salieron antes? – pregunté.

-Hubieras visto a Maya, iba con pantuflas y llevaba como tres cobijas – dijo riendo – a estas horas el agua suele estar demasiado fría.

-Esa mujer tiene hue.. – Cris no termino la frase por la mirada que le lanzó mi madre – la querida Maya si tiene valor – se retracto.

-Duérmete Cris – dije serio. El se limitó a mirarme molesto y se dio la vuelta hacia la ventana y dormir.

-No es que me guste faltar a clase, pero ¿una semana? – dije confuso.

-Pedimos permiso hijo no te preocupes – dijo mi madre tomando su café.

-Son mis padres, se supone que nos obligan a ir a clase – dije.

-Pues míralo así, somos padres modernos – dijo mi padre poniendo  la radio.

Solo reí, estaba bien al final sabía que me enviarían lo de la semana por otro lado Cris ya estaba en el quinto sueño, hasta llegar a una gasolinera donde nos esperaban Maya y su familia, al bajar la vi adentro del mini restaurante con su cobija y sus pantuflas mientras descansaba su cabeza en la mesa, si… si se había quedado dormida.

-Buenos días cariño y tu hermano? – preguntó la madre de Maya.

-En el carro durmiendo – dije dándole una sonrisa.

-Esta igual que Maya eh? – dijo contenta – entra ella esta o estaba despierta.

-Bueno gracias, buenos días señor – salude a su padre.

-Buenos días hijo – dijo  y fue a saludar a mis padres.

Entre y compre un café con leche y una tartaleta de mandarina, pera luego irme a sentar a su lado, su leche con chocolate estaba a medio tomar y su cabello seguía húmedo, aparte uno de sus mechones para poder ver mejor sus largas pestañas seguido de eso me a recosté a su dirección luego pase la tartaleta de mandarina cerca de ella haciendo que se levantara de golpe al sentir el aroma así dándome señal para cerrar mis ojos.

-Alex? – la escuche decir. Sentí como paso su mano por mi mejilla y seguido de eso empezó a golpearla repetidas veces de forma leve.

-No estaba dormido Maya – le dije tomando su mano para que dejara de golpearme.

-Lose – dijo riendo – no tienes frío?

-Un poco – dije mirándola – no tienes suéter?

Ella solo se levanto la cobija y pude notar que una blusa manga larga y un suéter – creo que moriré de hipotermia.

-No lo creo, por que no te comes la tartaleta antes que se enfríe – le dije dándole una cuchara.

-Gracias – dijo y tomo la cuchara - quieres un poco?

-No, come tu – dije para luego tomar un sorbo de mi café.

-No, tu también – sonrió y paso la cuchara con tarta a mis labios, abrí levemente la boca para comer el bocado de tarta – esta bueno verdad? – dijo y asentí.

Enamorada de mi estupido vecino.   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora