Capítulo XXIII

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Al despertar por la mañana me dirigí al baño para luego dirigirme al cuarto de invitados donde Alex seguía durmiendo, me dio ternura verlo dormir que no quería despertarlo pero debía hacerlo, me puse de rodillas sobre la cama al lado de el; seguido de eso tomé una de las almohada y empecé a golpearlo.

-¡¡Chico ebrio arriba!! – dije brincando mientras lo golpeaba con la almohada.

-Maya para… - dijo tirando la almohada al piso y tomándome de las muñecas para luego abalanzarse sobre mi quedando el encima de mi – Buenos días.

-Buenos días – dije dándole una leve sonrisa, sentía que el corazón se me iba a salir, ¿será posible que este imbécil siga ebrio?.

-Eres linda recién levantada – dijo acercándose a mi para darme un beso muy cerca de lo labios – y con un solo “Alex levántate” hubiera bastado sabes.. – dijo soltando mis muñecas para así incorporarme de nuevo.

-Y ese beso no era necesario sabes – dije evitando su anterior pregunta ya que tenia razón.

-Cierto creo que debí darte lo en los labios no? – dijo mirándome con ese hermosos ojos grises.

-No, así estamos bien – me levante para ir a la cocina seguido de él – que raro pensé que mis padres estaban aquí.

-Toma – Alex extendió una nota de mi madre la que en pocas palabras dicen que salieron temprano y que ahí estaba mi desayuno.

-Bueno, desayunamos? – pregunté sacando el jugo de naranja del refrigerador.

-Esta bien – dijo apoyándose en una de las esquinas del comedor justo donde estaban lo vasos – no sé si deba preguntar pero como llegué aquí a tu casa – dijo rascándose la nuca.

-Lucas y Madeline te trajeron anoche – dije sin mirarlo.

-Oh ya veo, bueno me espera un buena regaño por parte de mis padres luego – dijo riendo, volteo a verlo y lo veo pensativo – al menos solo fue eso.

Al escucharlo decir eso recordé lo de anoche, sobre su pequeño plan, necesitaba decírselo.

-Alex, sobre lo que pasó anoche ¿enserio no recuerdas nada? – pregunte acercándome a él.

-No, solo recuerdo haber tomado más de la cuenta y luego de eso nada hasta que me despertaste – dijo confundido.

-Que fuerte te pego para que no recuerdes…  - dije tomando dos vasos que estaban detrás de él.

-Por qué lo dices? – dijo seco y luego me tomo de los brazos – paso algo? Maya te hice daño, por favor dime que no, o si Maya no puede ser te pegue? Perdóname por favor no estaba consiente, no quise hacerlo no seria capaz de hacer algo así, sabes que.. Golpéame te dejare que me hagas pedaz… - no lo deje terminar ya que puse una de mis manos sobre su boca.

-Idiota cálmate, no me hiciste daño, al contrario hasta me hiciste reír – dije quitando mi mando para pasarla sobre su mejilla tratando de calmarlo – es sobre otra cosa.

-Dos cosas, uno me lo hubieras dicho antes – suspiro relajándose un poco – y dos hubiera sido mejor si me callabas de la misma manera como yo lo hice hace unos días.

-Dos cosas, uno no pensé que llegaras a pensar eso la verdad – dije riendo – y segundo… me acerque para darle un pequeño beso pero le terminé dando uno en la mejilla y me ájele con vasos en mano.

-Oye! – dijo riendo – que cruel eres, y bien que ibas a decirme.

-Era algo sobre… - me quedé pensando en que decir – algo así de un picnic, una cuantas rosas y sobre que alguien hará el ridículo cantando una buena canción de Ed Sheeran – dije y voltee a verlo, Alex ya no tenía su sonrisa, ahora su mirada parecía perdida y miro al suelo.

Enamorada de mi estupido vecino.   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora