Capítulo XLIX

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-Creo que voy a vomitar – y no era mentira, caí de una altura de tres metros luego que Madie me diera de su “milagroso” batido, asqueroso.

-Maya, ¡Dios mío! – exclamó una de las chicas - ¡Por favor, perdóname! No fue mi intención, mis manos estaban húmedas y no encontré la tiza de práctica

-Está bien, no te preocupes – sonreí, ¿desde cuando su nariz estaba en su frente? – fue un accidente, esas cosas pasan.

Madie y las demás me ayudaron a levantarme y notó sangre en mis rodillas y empiezan a arder, doy dos pasos cuando siento el batido en la boca rápidamente salgo corriendo al baño, creo que ya no quiero helado…

-Creí que ya no querías helado – dijo Alex quién me cargaba en su espalda.

-Ya me siento mejor – si bueno, vomite todo el batido y tenía estúpidas benditas de osito en mis rodillas, claro que quiero mi helado.

-Bueno, si quieres terminamos el proyecto mañana – dijo para luego besar mi mamo y bajarme - ¿mandarina?

-Sip – dije y sonrió – y está bien terminemos el proyecto hoy.

-Me parece bien – me miró para luego darme mi helado – hoy llegó el correo de la universidad, Michael y yo aplicamos a la beca deportiva así que este helado es una celebración.

-¡En verdad?! – sonreí para luego abrazarlo y dejar un beso en su mejilla – estoy orgullosa de ti.

-Gracias preciosa – me tomo de la mano mientras íbamos rumbo a casa – y tu si iras a la entrevista de la beca?

-Ohm bueno, aún falta mucho para eso en realidad – dije mirando hacia arriba – quiero concentrarme en otras cosas por ahora, como el proyecto, la graduación, ah; y la boda de la madre de Madie será un día después de la graduación y eso.

-Bueno, creo que tienes razón, ya te aseguraste la beca después de todo, solo asegúrate de ir – beso mi cabeza – por cierto me acompañaras a elegir unas corbatas que combine con tus vestidos?

-¿Oh, planeas ir conmigo a ambas cosas? – pregunté con falsa sorpresa

-¿Pues claro, eres mi novia no? – frunció el ceño – a menos que quieras ir con Ashton.

-Uuuuh está celoso? – sonreí y piqué su estómago.

-Maya, siempre estoy celoso – dijo riendo.

Al llegar a casa, deje a Alex que arreglara las cosas mientras iba por ropa más cómoda ya que mis rodillas dolían por el pantalón; al bajar Alex estaba sentado en el sofá con la cabeza a recostada en el cojín dejando así expuesto su cuello, su respiración era tranquila.

Tan bonito.

Me acerque lentamente a él para no despertarlo y con mi nariz toque su oreja, ya no olía a su perfume si no a jabón recordando así que se había duchado luego del entrenamiento, con mi dedo índice sigo la línea de su rostro pasando por su mentón, su piel es tan suave y bonita, los vellos de su barba se notan muy poco pero no raspan, mi dedo continúa su recorrido por su cuello hasta llegar a su clavículas donde tiene un lindo lunar, me quedo embobada admirando a este dios griego cuando siento su mano sobre la mía y la posa en su abdomen.

Enamorada de mi estupido vecino.   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora