Enamorada de mi estupido vecino.

Capítulo XXXII

N. Maya…

Junto con mi padre estábamos listos, solo esperábamos que mamá terminará de maquillarse, al salir me encontré con los Blake en trajes y a la señora Mariana con un bonito vestido.

-Cariño que linda te vez – dijo la señora Mariana.

-Muchas gracias, usted también no lo está – la abrace.

-Louren estas fantástica – volvió a decir pero ahora a mi mamá.

-Ay Mariana tu lo estas más – se abrazaron.

Miraba la escena contenta cuando sentí una mano fría en mi hombro lo que me provocó un escalofrío.

-Hola – saludo Alex con una tierna sonrisa.

-Tu mano esta fría – reí y voltee para besar su mejilla.

-Preguntaría que están tramando ellas dos pero supongo que no sabes – dijo Cris quien venía caminando a paso lento.

-Supones bien Cris – sonreí – y bolita?

-Lo deje en tu patio esta bien? – preguntó.

-Si, no hay problema – dije y le regale una sonrisa, seguido de eso la señora Mariana lo tomó de la corbata y empezó a sacudir su saco para quitar la pelusa de bolita, haciendo la escena algo graciosa.

-Estas hermosa Maya – dijo Alex al tomarme la mano.

-Tu estas guapo – dije y me regalo una sonrisa.

-Bueno entonces nos vemos en el restaurante no? – pregunto mi mamá.

-Si Lauren, nos vemos en el restaurante – dijo y avanzó hasta su carro seguido de los otros dos Blake.

-Nos vemos – dijo Alex y depósito un peso en mi frente y fue con su familia.

-Bueno Maya sube, cariño – habló mi padre.

Al llegar al restaurante me odie a mi misma por no traer un abrigo ya que el aire acondicionado estaba pegando me directamente.

-Quieres cambiar? – pregunto Alex.

-No, estoy bien – sonreí.

-Tu prematura hipotermia me dice lo contrario – se levanto para luego tomar mi mano en señal para levantarme para luego sentarme donde el estaba previamente.

-Mejor? – acaricio mi mano.

-Estaba bien ahí – dije ignorando su acción y comencé a tocar mis oreja.

-Maya, lindura, te conozco bastante bien como para saber que mientes – dijo y tomo mi otra mano.

-Buenas noches, mi nombre es Brandon y por hoy les atenderé ju to a mi compañero – dijo esa voz, ambos rápidamente te volteamos a ver al chico quien tenía la mirada en su libreta – desean ordenar algo para empezar? – preguntó y ahora sí levanto la mirada sonriente que rápido se borro al vernos.

-Brandon, ¡que sorpresa! – dijo la señora Mariana.

-Señor y señora Blake, que gusto verlos – sonrió – igual a ustedes señor y señora Stewart.

-Ha pasado tiempo muchacho, que tal la escuela? – preguntó ahora mi padre.

-Bastante bien señor – lo miro para luego voltear a vernos – Cris, Alex, Maya…

Me limite a darle un pequeño saludo agitando mi mano mientras miraba como Alex no tenía expresión alguna.

-Ordenarán algo? – preguntó nuevamente.