2. PALABRAS

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Aubrey

Eran las 6 de la mañana y yo no había dormido desde las 3, así que me quede ahí,  pensando una y otra vez en lo mismo,  en eso que me torturaba,  en los miles de recuerdos que en unos meses se habían creado con Ethan,  las palabras que decía,  las cosas que hacía y todo lo que creí cierto,  mentiras y más mentiras. Tal vez parezca exageración, pero no podía evitarlo.

No me permití llorar,  mi dignidad  se mancharía con mis lágrimas, entonces llego un dilema a mi,  ir o no a la graduación,  lo lógico diría que si,  que había trabajado mucho para eso,  que era importante no sólo para mi,  que había más en el mundo que solo Ethan McGregor y su inmensa estupidez,  pero el corazón no piensa con lógica y pedía,  no,  exigía que me quedara recostada recordando lo a el y sus besos dulces todo el día y me torturara lo más posible, Dios,  lo juro,  mi cabeza era un nudo y sabía que si me quedaba recostada accedería a la exigencia del corazón y me quedaría pensando hasta acabar el día,  así que decidí poner mis pies en la fría madera y recorrí el pequeño tramo de mi habitación a la cocina,  para hacer café y extasiar mis papilas gustativas, con suerte lograría arrancar los recuerdos un rato.

—Buenos días hija— dijo mi mama con una sonrisa radiante que no hacía justicia a la hora.
—Buenos días mamá, ¿iras a trabajar? — ella me miró y sin necesidad de palabras me pidió una taza, se la di y comenzó a servirse café.
— Sí,   pero no te preocupes llegaré con tiempo a la graduación,  Jack pasará por mi —.
¿Jack? ¿que ese no era el nombre del padre de Charlie?,  mi madre vio mi confusión.
—Sí,  el padre de Charlie,  no se si te acuerdes pero estuvimos en la misma escuela y en la última reunión de generación nos pusimos a platicar y creo que ahora somos amigos — bien,  eso era raro,  mi madre no solía tener amigos hombres pero quien era yo para decirle algo,  de hecho me parecía  que era bueno,  pero aún no sabia que tan bueno podría ser que mi madre y el padre de mi mejor amigo sean amigos,  como lo dije,  es raro.

— Bueno,  esta bien,  pero ¿y si no voy?— dije bajando la voz y llevándome la taza a la boca
— Aubrey LeNoir Fitzgerald,  tienes estrictamente prohibido faltar a esa graduación, no hay justificación,  excusa o mentira que te libre de ir,  así que olvídate de eso — sabia que se iba a negar,  pero no que diría mi nombre completo en el proceso,  por que eso implicaba que hablaba completamente en serio.
—Bueno,   iré,  pero no me gustará — dije rendida.
— Eso es lo de menos,  en unos años me lo agradecerás,  al igual que ir al baile — estaba bien que me obligará a ir a la ceremonia,  pero no iría al baile,  por nada del mundo,  es decir,  mi pareja y novio me dejo,  mi mejor amigo no me hablaba, mi rival  iría con mi pareja y la mejor amiga de mi  rival de amores iría  con mi amigo,  así que iría sola,  por tanto no había manera de que me obligará,  pero no se lo diría en ese momento, sería como gritarle en la cara que gasto en una graduación y vestido muy caros para nada y no quería morir,  aun.
Estuve un par de horas caminando por la casa y haciendo algo de aseo,  hasta que faltaba al rededor de dos horas para la graduación.

Y empecé a alistar ropa, busque en el armario algo decente y encontré un vestido muy lindo,  me calce unos zapatos de piso y planche mi cabello, puse una fina línea de delineador encima de mis párpados y un poco de labial,  claro sin olvidar alargar mis pestañas para resaltar mis ojos,  pero estos se veían cansados y más que nada tristes,  pero eso el maquillaje no podría ocultarlo.

Faltando 10 minutos para irme un mensaje iluminó la pantalla de mi celular.

Maddy: Heyengendro ¿quieres que pase por ti?

Aubrey:Claro,  ¿en cuanto llegas plankton?

Maddy : Llegó en 5 minutos,  renacuajo n.n

Aubrey: Vale,  aquí te espero nariz de zanahoria.

Maddy : Ja ja... Buena esa.

Reí,  ella y yo solíamos llamarnos de formas cómicas,  era algo raro,  era mi mejor amiga,  pero más bien era como la hermana que jamás tendría.

—¿Lista? — dijo Maddy en cuanto abrí la puerta.
— pero mira nada más,  ¿quien eres y que hiciste con Aubrey? — dijo con exageración,  no era la primera vez que usaba vestido, pero si era bastante poco común,  era como si nevara en el desierto del Sáhara,  pero no era para exagerar.
— No exageres,  es importante, ¡hoy nos graduamos! — dije casi saltando de alegría.

— Sí,  recuerdo cuando era así de joven — dijo llevándose una mano a la barbilla — Que tiempos aquellos — era una maldita dramática, solo era un año mayor que yo.
— Ya basta,  vamonos,  ¿pasaste por Charlie primero? — ella hizo un gesto que no descifre y con sus ojos expectantes dijo — Bueno,  su casa está más cerca y no se si lo olvidaste pero es mi primo así que ya sabes,  se sentiría desplazado si pasaba por nuestra mejor amiga primero —.
Sonreí con tristeza y no dije más,  la forma en la que había dicho "nuestra"  me sonaba tan lejana,  pero no quise corregir lo que ella esperaba que corrigiera y solo avance al auto,  y ahí estaba el,  mi mejor amigo, con una seriedad que parecía tan rara en el pero completamente cierta,  se veía informal y desinteresado.

—Hola Charlie — dije al entrar en el auto.
—Hola Aubrey — dijo sin verme y una incomodidad se instaló en el pequeño vehículo.

Nunca en los casi 10 años que llevaba de conocer a ese chico,  mi nombre había salido de sus labios tan distante y casi impropio,  era como si decirlo de otra forma fuera imposible,  como si no hubiera en sus palabras un quedo del afecto que nos solíamos tener,  ahora mi nombre no era más que una palabra,  fría,  vacía y sin embargo tan doliente mente lastimosa para el.

El camino a la escuela estuvo tan silencioso que casi se podía escuchar el palpitar de los corazones de los ahí presentes,  Maddyson pareció no aguantar la tensión palpable en el ambiente y encendió la radio dejando que Wake me up de Avicii llenará el espacio que nuestras voces se negaban a tocar.

Después de unos largos minutos,  llegamos a la escuela y al salir del auto Maddyson se despidió diciendo que iría a estacionar el auto y ahí nos habíamos quedado Charlie y yo mirándonos,  como si las palabras quisieran desbordarse de nuestros labios pero ninguno era capaz de empezar.

Di un paso al frente y justo en el instante en el que iba a decirle lo que me estaba consumiendo,  una figura se posó al lado de Charlie,  era Olive.

Y tomando su brazo se lo llevo dejando que las palabras se quedarán ahogando me.

Los Infortunios Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora