17. PENAS

100 10 0
                                    

Narrador omnisciente

Charlie apenas había llegado a la escuela y había logrado llamar la atención de todas las chicas en el lugar, no le extrañaba pero en ese momento no había nadie en quien pudiera pensar que no fuera Aubrey y todas las cosas que se habían dicho antes de que el se fuera.
La fiesta de bienvenida pintaba tranquila, solo había un montón de chicos y chicas bebiendo un poco, platicando entre ellos y algunos riendo, el, en cambio, se sentía fuera de lugar, no conocía a nadie y aunque esa era la idea en primer lugar, no se sentía del todo bien.
Pensó llamarla y decirle cualquier cosa, inclusive preguntarle la hora si era necesario, pero teniendo el teléfono en la mano, se retracto, ella no querría hablar con él, la conocía demasiado como para saber que ella estaría realmente molesta después de todo lo que él le había dicho, no lo sentía realmente, ¿como podría hacerlo?, si cuando la beso fue uno de los momentos más agridulces de su vida y ahora estaba solo, triste y sintiéndose el mayor idiota de la historia.

—hola — ese era un chico de gafas gruesas y cabello rubio  —¿esta ocupado este sitio?— preguntó señalando el banco a su lado — no, no, adelante — dijo saliendo de sus pensamientos —¿todo bien? — Charlie le miro como si tratara de entender porque ese chico le hablaba como si le conociera — si, supongo — era capaz de usar su tono de altanería y sarcasmo usual de ser necesario —bueno, pues deberías avisarle a tu cara, porque pareciera que vienes de un funeral —  no pudo evitar sonreír ante eso —pues casi — dijo más para el que para el chico — debes quererla mucho — Charlie le vio como si este chico fuese una especie de brujo o algo parecido — tranquilo, no leo la mente, solo que todos los chicos recién llegados, que tienen esa cara, usualmente dejaron alguien especial y por la forma en la que estabas viendo hacia el infinito ella debe ser muy especial, a menos que sea un el, de cualquier modo yo no juzgo... — Charlie le paro en seco — ella, es una ella y si es muy especial — el chico sonrió — entiendo, pues creo que si es tan especial, deberías llamarla a menos que quieras que tu "ella", se vuelva especial para alguien más — esas palabras pegaron duro en la mente de Charlie, en un segundo una punzada de celos le perforo el pecho — vaya...Ojalá fuera tan fácil — el chico negó mientras sonreía — ¿porque?, si me lo explicas creo que puedo entender —  por alguna extraña razón ese chico no había encendido las murallas que Charlie siempre ponía para alejar a la gente de el, tal vez porque era el primero que se acercaba a hablarle por cortesía —es una larga historia — dijo dándole un sorbo a su bebida — tenemos tiempo, soy Matt —extendió su mano — Charlie — y así comenzaron a conversar entre botellas de cerveza y recuerdos de Aubrey y la amada Lucy Anne de Matt.

—Por eso le dije "Lucy, siempre te voy a querer, pero no si eso implica tener que aguantar que tu hermano me trate como mierda" — contaba Matt, ya un poco pasado de copas, ambos estaban demasiado ebrios como para mentir — yo lo arruine todo, le dije muchas cosas y... Ahora me odia estoy seguro, y todo por culpa de ese hijo de puta... — dijo por su parte Charlie con la furia corriendo le por las venas  —¿porque seremos tan idiotas?— se preguntó retóricamente Matt —porque las queremos, porque no podemos estar sin ellas y tratamos tanto de tenerlas cerca que no nos damos cuenta que lo mejor es que estén con alguien que sea bueno para ellas, Ethan tiene razón en eso, ¿que tendría yo que ofrecerle a Aubrey?, solo soy un idiota al que soporta por lastima... —le dolía decirlo así que trato de desviar el tema —... se que Lucy te quiere y si la llamas probablemente te contestará, pero si yo le llamo a Aubrey, ella probablemente ni siquiera me conteste y la entiendo, después de todo fui yo quien le dijo que no la soportaba — Charlie estaba tan borracho y tan lastimado, que las penas  le salían sin filtro y eso le hacía falta, necesitaba desahogarse de esas palabras que le ahogaba el alma y que no pudo contarle a Harry porque este estaba muy ocupado —tranquilo hermano, ella también te quiere, pero la lastima te, ¿crees que haya alguna forma de arreglarlo? — el tono esparanzado de Matt solo lograba hacerlo más miserable —Tal vez, pero creo que es mejor... que sea feliz con quien pueda ser quien ella merece —.
Siguieron recriminado se hasta que un par de chicas se acercaron a ellos, una de ellas llevaba buen rato observando a Charlie y había quedado casi hipnotizada por sus ojos y su sonrisa, que ahora más bien parecía una mueca de dolor — hola chicos, la fiesta casi termina, pero seguiremos bebiendo en casa de Andy, ¿quieren ir? —ambos chicos se vieron —chicas, es muy amable de su parte, pero creo que la fiesta para nosotros ya acabo — Matt miraba su cerveza e intercalada la mirada entre esta y las chicas —¿tu que opinas? — dijo la chica rubia que miraba a Charlie como si fuera un pastel de chocolate de siete capas — concuerdo con mi hermano, con permiso  —y ambos salieron de ahí con rumbo  a los dormitorios.

Los Infortunios Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora